José Tomás Pérez Indiano | Pintor

"La cartelería debe ser popular, como nuestras fiestas"

José Tomás Pérez Indiano posa en su estudio.

José Tomás Pérez Indiano posa en su estudio. / Juan Carlos Vázquez

José Tomás Pérez Indiano (1992) es un artista extremeño pero afincado desde hace años en Sevilla, ciudad en la que se siente muy arraigado e identificado. Ávido e inquieto en sus inclinaciones artísticas, desde muy temprana edad se siente muy vinculado al arte y a la tauromaquia, no dejando de lado su formación religiosa educativa. Su obra se resume en un estilo muy personal, innovando con nuevas técnicas y una composición valiente y arriesgada, especialmente en sus creaciones taurinas, y con una carga muy fuerte de simbolismo.

Ha sido elegido recientemente para pintar el cartel de las Fiestas de Primavera de Sevilla. ¿Qué supone para usted? 

Aunque suene a tópico, resulta un gran honor y una responsabilidad enorme. El día que comunicaron la designación estaba en una nube, como ahora mismo (risas), pero esa nube ha ido colmándose de una realidad muy feliz y de gran responsabilidad. Anunciar las fiestas mayores de la ciudad es un encargo vertiginoso pero a la vez de una gran pureza por parte del artista. Esa visión única que cada artista le da al cartel, resulta enriquecedora para todos. Es una noticia que me ha supuesto mucho a nivel personal, plagada de recuerdos y de vivencias que intentaré plasmar en el cartel. 

¿Considera la cartelería como un género en sí mismo? 

Claro que lo es. Además Sevilla es madre y maestra en el género de la cartelería. Desde hace años se han sentado unas bases y unos modelos que han sido imitados y porqué no decirlo, hasta copiados en muchísimos otros lugares. Es un patrimonio artístico que sabemos vender y hacerlo nuestro. Sólo hace falta pasear por la ciudad para darse cuenta de la importancia que suscita, interna y externamente. La cartelería debe ser popular, como nuestras fiestas. Tiene que llegar al corazón del espectador. Ahora vivimos una época en que lo "rancio" encuentra detractores hasta en las mismas personas, que más lo son con sus críticas hacia ello. No hay que desvirtuar el sentido religioso ni popular de nuestras fiestas, porque gracias a ello, mantienen esa esencia y han perdurado durante siglos. Creo en la innovación y en la actualización del arte, de hecho me considero transgresor en algunos ámbitos, pero sin perder la base. Aportar algo nuevo pero con sentido de deber y respeto.  

¿Qué debe tener un cartel para que funcione? 

Es algo muy personal, cada persona tiene una percepción de lo que le hace sentir y ahí reside la riqueza y lo atractivo de la cartelería. No debemos ni podemos gustar a todo el público. Pero bajo mi prisma, el cartel debe ser un medio, un camino al fin de lo que se anuncie. Nunca intentar igualarse ni estar por encima de lo anunciado. Debe ser popular y con esa aportación de la riqueza del estilo de cada autor. Debe tener en este caso, luz y liturgia, unción y tradición. Como sólo Sevilla tiene en primavera. 

De su obra dicen que tiene una composición valiente y arriesgada, especialmente en sus creaciones taurinas. ¿Qué busca transmitir? 

Intento transmitir fuerza y simbolismo. Mi obra contiene siempre muchos mensajes, que tienen relación con ella o con lo que busco que el espectador sienta. España es un país en el que los grandes autores y artistas, nos han dejado un legado que tiene que perdurar pero también tiene que ser actual. Intento rescatar siempre reminiscencias clásicas y contemporáneas, uniéndolas. Fusionándolas y esa mezcla, ese nexo es lo que me hace sentir mi obra. 

José Tomás Pérez Indiano posa en su estudio. José Tomás Pérez Indiano posa en su estudio.

José Tomás Pérez Indiano posa en su estudio. / Juan Carlos Vázquez

¿Cómo califica el arte sacro que se realiza actualmente? 

Maravilloso. El barroco que es el periodo que más ha marcado y logró su máximo exponente, es una fuente de belleza. Pero los periodos deben proseguir sin perder la base, la unción y el misticismo de las obras. Vivimos una época muy interesante tanto en imaginería, orfebrería y pintura, en el que muchos compañeros están creando obras, que pasarán a engrosar el rico legado que se nos ha dejado.  

¿Considera que hace falta sabia nueva en las creaciones relacionadas con la Semana Santa?

Nunca ha faltado esa sabia nueva afortunadamente. Somos espejo donde se miran otras regiones y hasta otros países. Por algo será. Adaptamos nuestras obras a los tiempos, que en el arte es fundamental. Que vayan de la mano contando historias. Generando devoción e ilusionando.  

¿Qué es la Academia Bonifaciana del Vaticano de la que es usted académico de mérito? 

Es una entidad que forman artistas de la Iglesia Católica y algunos organismos oficiales, para fomentar, potenciar y salvaguardar las artes en todas sus expresiones artísticas. Pertenece al dicasterio de Cultura del Vaticano. Fue creada por el Papa Bonifacio VIII. El cardenal Saraiva, prefecto emérito de la congregación de la Causa De los Santos del Vaticano, ostenta la presidencia honoraria. Su sede se encuentra en el palacio Papal de Bonifacio VII en Anagni, Italia.  Fue un nombramiento muy especial en mi carrera y que traspasó nuestras fronteras. Estar al servicio de la Iglesia como creyente primero y como artista después, fue un orgullo que comparto y agradezco a Dios a diario. Pienso que la fe es un medio para alcanzar la belleza a través de Dios, a mi particularmente me sirve para responderme en muchas ocasiones en las que aparecen “noches oscuras”. Me reconforta el arte que viene como regalo de Él. 

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