"Se puede querer a dos mujeres y no estar loco"

roberto fernández díaz. historiador, rector de la universidad de lleida

"Se puede querer a dos mujeres y no estar loco"
Francisco Correal

20 de marzo 2016 - 01:00

-Piense un puente entre Andalucía y Cataluña...

-Para conocer el comercio y la industria catalana sigue siendo obligatorio venir a investigar al Archivo de Indias. Es lo que hice yo en 1976 para preparar mi tesina y mi tesis doctoral.

-¿Hablar de burguesía catalana es redundancia?

-Habría que preguntarse si lo que hay ahora es una burguesía en el sentido más noble de la palabra o empresarios, que no es exactamente lo mismo.

-¿Va a contracorriente que un libro sobre Cataluña obtenga el premio nacional de Historia de España?

-El libro se titula Cataluña y el Absolutismo Borbónico, pero el subtítulo es tan importante como el título, Historia y Política.

-¿Hay que estudiar el pasado para entender el presente?

-El presente debe ser siempre historiado, pensado históricamente, pero el presente no debe estar condicionado por la Historia. Los muertos no deben condicionar a los vivos ni hipotecar su libertad.

-¿Condiciona la cuna?

-Yo nací en pleno franquismo en un barrio de Hospitalet de Llobregat que en la Guerra Civil era de murcianos anarquistas.

-¿Cómo han sido las relaciones entre Cataluña y la Corona?

-Después de la Guerra de Sucesión se crean puentes de colaboración y entendimiento de la Corona y las clases ascendentes catalanas, la burguesía comercial e industrial, parte de la aristocracia. La relación entre los catalanes y la Monarquía fue muy buena, hasta el punto de que en 1808 Cataluña es posiblemente la región de España que más se levanta contra los franceses.

-El nuevo secretario general de UGT, Josep M. Álvarez, habla de Cataluña y España como entidades diferenciadas...

-Yo no soy nacionalista catalán ni soy nacionalista español. Sólo soy aficionado del Espanyol. Es herencia de mi padre. Uno puede traicionar a la patria, pero no a la patria potestad.

-¿Cree que está calando ese discurso de Álvarez?

-Históricamente no fue así. En el siglo XVIII y parte del XIX hay un sentimiento catalanista que defiende una identidad diferenciada pero al mismo tiempo se siente español. Como decía el barcelonés Antonio de Capmany: Cataluña es mi patria, España mi nación. Era posible un patriotismo doble; se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco, como cantaba Antonio Machín.

-¿Qué rompe todo eso?

-La dictadura de Primo de Rivera y la dictadura franquista han hecho muchas cosas a favor de que en algunas ocasiones sea difícil sentirse español. El franquismo no hizo más España, hizo menos. Hay que defender una dialéctica entre España y las Españas. Y creo que la idea de España, a la espera de una construcción definitiva de Europa, es algo que todavía vale la pena defender.

-Boadella dice que el nacionalismo usa al Barça como almogávares...

-Yo soy catalanista, no nacionalista. Dice Capmany: Cataluña es mi nación, España mi nación-Estado. Hay un catalanismo que derivó en nacionalismo y en independentismo. Hay otro catalanismo no rupturista con el resto de los españoles que entiende que mi forma de ser español sea sintiéndome catalán.

-¿Estará el libro en la Generalitat?

-La Generalitat no tiene biblioteca. En la Biblioteca de Cataluña sí que está.

-A la ya extinta mayoría absoluta del PP la llamaban algunos absolutista...

-El absolutismo no era una dictadura. Utilizaban una autoridad real, casos de Federico II de Prusia o Catalina de Rusia, para llevar a cabo las reformas.

-¿Qué recuerda de aquella Sevilla hace 40 años?

-La pringá de la Venta Pilín, las tostadas de la Ponderosa, el cafelito en la plaza de Doña Elvira, el olor a dama de noche y la amistad con Carlos Martínez Shaw, mi maestro, mi hermano, mi amigo, que me acogió en su casa de la Puerta de la Carne.

-¿Vivió los Juegos del 92?

-En la final de Fermín Cacho me quedé afónico y terminé abrazado a un vasco al que no conocía. El día que eligieron a Barcelona lloré, salí a la calle, que estaba llena de alegría. Fue un año fantástico para Barcelona, Cataluña y España. Ojalá volviera el 92. Me gusta mucho esa letra del himno andaluz, por sí, España y la Humanidad.

-Si su libro fuera una película, ¿quiénes serían los principales actores?

-Los historiadores y los políticos. Los políticos han influido en algunas tesis de los historiadores del siglo XIX y viceversa. Los historiadores nunca hemos solucionado una guerra, pero hemos estado detrás de algunas. El conocimiento del pasado y su gestión es muy peligroso. Hay que gestionarlo a través del silencio de las pasiones y el método científico.

-¿Cómo fue su vocación?

-No tuve vocación de historiador. Me eduqué en el materialismo histórico, en una tradición de izquierdas y entendí que para cambiar el presente había que conocer cómo habían funcionado y cambiado las sociedades. Yo quería cambiar el mundo, todavía lo quiero hacer, más con la reforma que la revolución.

-¿Estudiar es trabajar?

-Cuando tenía 13 años, me puse a trabajar. En el matadero de Barcelona, vendiendo olivas, en Kelvinator reparando neveras y lavadoras, en las Páginas Amarillas de Telefónica, en el muelle de Barcelona. Cambiando de oficio en función de los horarios escolares.

-Así es difícil ser burgués...

-Mi padre era pintor de coches y se arruinó. Vengo de un barrio obrero; ninguna cosa especial, como miles de personas.

-¿Su ensayo histórico está recogido en la reputada literatura barcelonesa?

-No me sale un sí. Me sale un no. No está contado.

-El libro parece un encargo de la actualidad...

-El libro lo empecé hace ocho años. Puede ser oportuno, pero en ningún caso oportunista. Empecé por una necesidad personal para estudiar las relaciones entre ideología y ciencia. Yo me desnudo ideológicamente en el libro, hago lo que llamo egohistoria. Si mi ideología contamina las conclusiones científicas, el libro habrá sido un fracaso.

-¿Está la burguesía viviendo su decadencia?

-La burguesía da mucho para el esplendor, para el éxito y la decadencia. Como clase, sabe transformarse para seguir siendo clase dominante.

-¿Vínculos con historiadores andaluces?

-En quinto de carrera le organicé un homenaje a Antonio Domínguez Ortiz, uno de mis maestros junto a Pierre Vilar y John Elliot. A Ramón Carande lo veía en el Archivo de Indias. Me lo presentó Carlos (Martínez Shaw) en el barrio de Santa Cruz.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Mapa de Músicas | Vanessa Goikoetxea. Soprano

Vanessa Goikoetxea, sin etiquetas

Lo último