Enrique Girón Irueste | Actor y escritor

“El sueño de Azaña era convertir un país atrasado en uno moderno”

Enrique Girón Irueste.

Enrique Girón Irueste. / DS

Recientemente se puso en escena en Granada la obra ‘Los hunos y los hotros’, que han escrito Enrique Girón Irueste. La obra es un diálogo teatralizado entre Unamuno y Azaña, dos de los personajes más importantes e interesantes de nuestro pasado más reciente. Enrique Girón forma con Juan García de la Coba el grupo teatral llamado Callejón del Gato. Enrique Girón nació en Madrid en 1954, pero toda su vida laboral como profesor de Literatura la ha pasado en Málaga y Granada. Su pasión siempre ha sido el teatro.

–¿Cómo se le ocurrió la idea de escribir un diálogo entre Unamuno y Azaña?

–Nuestra compañía, aunque tiene una larga trayectoria, está compuesta por sólo dos integrantes, Juan García de la Coba y yo mismo, de ahí que a veces resulta difícil encontrar una obra adaptada a nuestra edad y físico. Viendo una obra titulada La disputa, cuyos protagonistas eran Voltaire y Rousseau, pensamos que sería una buena idea enfrentar a dos personalidades españolas de talla como Unamuno y Azaña de quienes en los últimos tiempos se viene hablando largo y tendido.

–¿Tenían algo en común estos dos personajes?

–Aunque no son exactamente de la misma generación ambos son intelectuales de gran altura. Tal vez no se sepa que Azaña fue Premio Nacional de Literatura y un notable traductor. Desde un punto de vista político creo que ambos podrían considerarse de centro izquierda, aunque las circunstancias hicieran que se escorasen hacia posiciones más radicales.

–¿Cómo era en realidad Unamuno?

–Difícil pregunta. Creo que era una persona bastante inclasificable a la que a menudo se le tildaba de contradictorio. De qué estáis hablando que me opongo podría definir bastante bien su talante dialéctico. Pienso que era un humanista convencido al que nada le satisfacía por completo. Buscaba respuestas que quizás nunca encontró.

–¿Cómo era en realidad Azaña, personaje que interpreta Juan de la Coba?

–Azaña, creo que es un personaje menos conocido que Unamuno. Su vida política abarca desde el año 1931 a 1940 fecha de su muerte. Poco se sabe de su vida antes de esos años. Huérfano de padre y madre antes de cumplir los diez años hizo de la política su razón de ser. Su sueño era convertir un país atrasado en uno moderno y democrático de corte europeo.

–¿Cree que a Azaña lo ha maltratado la Historia?

–Pienso que sí. A diferencia de lo que ocurre con Unamuno, la figura de Azaña ha venido sufriendo la incomprensión de muchos. Es cierto que últimamente partidos políticos de toda laya lo reivindican y parafrasean, aunque creo que eso no es más que oportunismo político. Era un buen presidente en tiempos de paz, pero no para momentos de una crisis como la que sufrieron todos los españoles.

–Usted hace el papel de Unamuno, un personaje contradictorio donde lo haya ¿Tiene algo de él?

–¡Ojalá! Lo cierto es que todos los seres humanos somos presas de nuestras contradicciones. Yo soy yo, y mis circunstancias como diría Ortega. Al ser Unamuno una persona de mucha relevancia sus contradicciones fueron objeto de críticas lacerantes.

–Si tuviera que escribir un diálogo parecido con dos personas actuales… ¿Quiénes serían?

–Sinceramente, creo que en la actualidad no hay nadie en política que tenga ni de lejos la talla de nuestros protagonistas. En los últimos tiempos, un Fraga, un Felipe González o un Anguita habrían dado quizás cierto juego en una obra similar.

–Lo de llamar ‘Los hunos y los hotros’ a la obra es al menos original. ¿Cómo se le ocurrió?

–Leyendo cosas de Unamuno encontré una misiva en la que poco antes de morir venía a decir que entre los hunos y los hotros estaban destrozando España. En puridad ni Azaña ni Unamuno pertenecían a esos hunos y a esos hotros, pero si es cierto que en ambos bandos había facciones verdaderamente extremas.

–Usted forma con Juan de la Coba el grupo Callejón del Gato. ¿Es un grupo bien avenido?

–En realidad, somos una pareja artística que nace hace casi cuarenta años con los problemas de convivencia de cualquier pareja. En general prima el entendimiento a la hora de solventar cualquier problema. Como en la obra lo que pretendemos es que la razón esté por encima de las dificultades que surjan. Así que en ese sentido sí somos una pareja bien avenida.

–Esta pregunta es la clásica. ¿Cómo ve el futuro del teatro en estos tiempos de nuevas tecnologías?

–Desde que tengo uso de razón el teatro está en crisis. Con el advenimiento del cine se decía que el teatro tenía los días contados. También se dijo lo mismo cuando surgió la televisión. Cada vez hay más grupos de teatro aficionado y no digamos profesional. El teatro cohabita con las nuevas tecnologías y nosotros mismos, nos aprovechamos, sin perder nuestra esencia, de cuantos recursos audiovisuales y tecnológicos están a nuestro alcance. ¡Larga vida al teatro!

–¿Es esta una obra más fruto del encierro por la pandemia?

–Efectivamente. Aunque la idea la tenía desde hace tiempo, ha sido durante el confinamiento y sus secuelas cuando la he escrito. Se estrenó en Málaga y ya tenemos otras actuaciones previstas.

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