Entrevistas

"El arte de vivir consiste en elegir y no dejarte avasallar"

-¿Cuál es su filosofía para la vida cotidiana?

-Algo que practico desde hace años en mis terapias. Si padeces una fobia no basta con perder el miedo: hay que ser valiente. Y si eres desgraciado, no basta con salir de la depresión: debes ser feliz.

-Como si fuera tan fácil…

-Se trata de dar el salto a un estilo de vida saludable. Y para ello he encontrado en la filosofía antigua una fuente de inspiración. Los griegos tenían una gran capacidad de transformación del yo inexplicablemente vigente.

-¿Tan poco hemos cambiado?

-Mi opinión es que las necesidades básicas y los deseos de los seres humanos siguen siendo los mismos que para los griegos. Hay principios esenciales que se han mantenido a lo largo de la historia.

-¿Cuáles son?

-La coherencia, la autosuficiencia, ocuparse de uno mismo, la paz interior, que los griegos llamaban ataraxia, y vivir de acuerdo con la naturaleza.

-Empecemos por la coherencia.

-A un paciente mío el jefe le ofreció subirle el sueldo si le hacía de espía con sus compañeros. Era un hombre de valores y entró en una gran contradicción. Le ayudé a resolverla leyendo unas disertaciones de Epícteto.

-¿Por qué Epícteto?

-Los clásicos tenían un modo de vida que respaldaba todo lo que decían. Hay que pensar, sentir y actuar en una sola dirección. Epícteto te pregunta cuánto vales y en cuánto te valoras a ti mismo.

-No todo el mundo tiene un precio.

-No. Pero tú debes saber si lo tienes o no y, en todo caso, saber cuál es. Había un ministro inglés que dijo: "renuncio porque se están acercando a mi precio". Se retiró antes de que lo compraran.

-Un gesto loable.

-La pérdida de las ideologías y creencias fundamentales nos ha dejado sin puntos de referencia. Séneca decía: "ser sabio es tener unos principios que no sean negociables". Cuando tienes claro qué negocias y qué no, ya eres un sabio.

-¿Cree que hemos renunciado a esa sabiduría?

-Sólo dedicamos un 5% del tiempo a ocuparnos de nosotros mismos. Habría que escuchar a Plotino, un romano neoplatónico, que hablaba de esculpir la propia estatua. Limpia, pule, quita, endereza, y surgirá tu figura.

-Pensaba que aprender es acumular información.

-Una clave de la sabiduría es desaprender, desprendernos de las ideas absurdas para encontrar nuestra esencia.

-¿Y qué logramos con ello?

-Tranquilidad de espíritu. No vivir temiendo el futuro, ni arrepentidos del pasado. Séneca, que en eso es muy claro, dice que uno, antes de acostarse, debería preguntarse si ha vivido. Si la respuesta es positiva puede que la providencia te regale otro día más.

-Séneca era cordobés.

-Fue un cordobés estoico y gran cortesano. Predicó la autosuficiencia del sabio, lo que ellos llamaban la autarquía. Decía que la felicidad está en lo que depende de ti. Lo que no, hay que dejarlo ir.

-¿No es más feliz el que más tiene?

-Se trata de lograr el mayor desapego posible. A Séneca se le criticaba que era un ricachón. Pero él se defendía diciendo: tú no puedes vivir sin la plata y yo, en cambio, la puedo dejar cuando quiera. En resumen: la plata te tiene a ti, yo tengo la plata.

-Reconozca que el dinero ayuda.

-Depende. Los griegos dicen que el destino existe y que tu libertad consiste en saber cómo lo vas a seguir. Un perro atado a una carreta no tiene más remedio que ir detrás. Pero puede hacerlo arrastrándose y aullando, o saltando y contento.

-Visto así…

-El arte de saber vivir consiste en elegir. Sócrates decía que el camino de la sabiduría es saber lo que no tienes que hacer. Decía que hay que entender que el "no sé" es liberador. Él siempre giraba alrededor del no.

-¿Ser feliz, entonces, es no sufrir?

-Epicuro, que era un hedonista consecuente, decía que la felicidad no consiste en recibir estímulos positivos, sino en no sufrir. Que te levantes y pienses: sigo vivo.

-¡Y no me ha dado un infarto!

-Vivir con ese sentido de gratitud. Epicuro es la pedagogía del placer. Te enseña cómo tener placeres que no sean insaciables. Era tan frugal que su desliz fue: mándame un pedazo de queso que quiero darme un festín.

-¡Si conociera la sociedad de consumo!

-Ese es el problema de la posmodernidad. ¿El consumismo es nuestro punto de referencia? Mire a Diógenes, que también se oponía al consumismo. ¡Hacía cosas impresionantes!

-¿Como qué?

-Era un irreverente. Fue la escuela mendicante y ascética más fuerte, pero con humor y sarcasmo. Se paraba en las estatuas, les pedía limosna y decía: "Me estoy entrenando en el rechazo social".

-Dicen que todos tenemos un Diógenes dentro.

-Y hay que usarlo. El tipo vivía en un tonel y decía que era una mansión giratoria. Es el preámbulo de los hippies, la contracultura y los actuales movimientos de resistencia civil.

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