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El desafío independentista

La presión vecinal obliga a un hotel a expulsar a guardias civiles de Sevilla

  • Los agentes denuncian un escrache de varias horas mientras que la alcaldesa de Calella censura su reacción ante una protesta "pacífica"

Cierre del establecimiento tras el desalojo de los guardias civiles.

Cierre del establecimiento tras el desalojo de los guardias civiles. / M.G.

Hotel Cerrado. Ésa es la frase que lucía este lunes por la tarde una de las persianas del establecimiento hotelero Vila de Calella (municipio costero de Barcelona) tras ser abandonado por más de 200 guardias civiles, la mayoría perteneciente a la Comandancia de Montequinto de Sevilla, después de que la empresa propietaria les instara a marcharse por el enfrentamiento que mantuvieron algunos agentes con un grupo de vecinos del pueblo al regresar de participar en el operativo ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para impedir el referéndum.

La principal denuncia vino del Ayuntamiento por la reacción de los guardias civiles ante la protesta "pacífica" frente al establecimiento de un grupo de personas que "ejercían su derecho democrático". En un vídeo difundido por Radio Calella, los manifestantes les gritaron que se fueran, les insultaron reiteradamente y les llamaron fascistas con continuos reproches por la actuación en la jornada del referéndum. La alcaldesa de Calella, Montserrat Candini, detalló que un grupo de estos guardias civiles cargaron tras el escrache contra las personas que se agolpaban en la calle. Al lugar acudió una patrulla de los Mossos d'Esquadra, que recibieron el aviso por parte de los agentes del instituto armado de que un grupo estaba ante su hotel gritándoles. La Policía catalana explicó que acudieron al hotel, hicieron un cordón de seguridad e intentaron mediar para que la gente se fuera. Los agentes cruzaron el cordón y comenzaron a cargar contra los manifestantes con porras extensibles. El incidente concluyó con 14 contusionados y cuatro heridos.

La tensión entre policías y ciudadanos se extiende a otros municipios de Cataluña

La versión de la Guardia Civil es bien diferente. Los agentes aseguran que al regresar al establecimiento hotelero sufrieron un escrache de varias horas, soportaron gritos, insultos e incluso el lanzamiento de botellas hasta altas horas de la madrugada. La mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) mostró su "creciente preocupación por este clima de hostilidad hacia los guardias civiles, una situación que se ha desbocado en tan sólo unos días, y que dificulta enormemente el trabajo de los agentes en defensa de la legalidad y el orden en Cataluña". La asociación destacó que este acoso está provocando "situaciones muy difíciles incluso en el seno familiar de trabajadores que hasta hace escasas fechas vivían plenamente integrados en Cataluña". La Dirección General de la Guardia Civil ubicó a última hora de la tarde en otras instalaciones a los agentes afectados.

Éste no fue el único incidente con los cuerpos de seguridad. Agentes de la Policía Nacional fueron increpados en diversas poblaciones de las provincias de Gerona y Barcelona por pequeños grupos de ciudadanos al grito de "fuera las fuerzas de ocupación". En Pineda de Mar (Barcelona), unos 40 agentes abandonaron el hotel y se dirigieron a dos autobuses entre los insultos y abucheos de un centenar de vecinos, un grupo de los cuales llegó a hacer un cordón de seguridad para facilitar la salida de los policías, sin presencia de los Mossos d'Esquadra. Por otro lado, agentes de la Policía Nacional y un conductor que les increpaba por los sucesos del 1-O protagonizaron unos momentos de tensión en Girona, según aseguraron diversos testigos y confirmó una portavoz de este cuerpo de seguridad.

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