Política
Carlos Navarro Antolín
Guardiola, ante un nuevo atracón de bellotas con cáscara
Elecciones en Extremadura
El crecimiento de Vox en las elecciones en Extremadura, que ha doblado su resultado con creces, ha levantado las alarmas en el PP andaluz que ha visto lo que puede suceder cuando se pongan las urnas en Andalucía la próxima primavera. Y también ha encendido las luces rojas entre las filas socialistas que no creen que la catástrofe extremeña se deba sólo al perfil del candidato. Había mucho interés en Andalucía en esta convocatoria electoral por razones evidentes. Eran la primera muestra real de cómo está la temperatura política del país y también la prueba de cómo una lideresa regional del PP era capaz de defender su gestión y de capitalizar el desgaste del PSOE tras los casos de corrupción y acoso. Y eso es, precisamente, lo que más les interesaba a los responsables andaluces de los principales partidos que no han montado ningún dispositivo especial en Andalucía para el seguimiento de la noche electoral, pero que han pasado la noche pegados a los medios de comunicación. En el fondo, el foco estaba puesto en el mismo sitio: el resultado de Vox.
Y esa ha sido la noticia de la jornada por más que los datos no se puedan extrapolar de manera automática a Andalucía. Aunque hay un factor importante a tener en cuenta. Santiago Abascal ha sido la cabeza visible de Vox en Extremadura, con un candidato poco conocido para el gran público; exactamente la misma fórmula que tienen prevista para Andalucía, donde se van a dejar de experimentos (como el de Macarena Olona) para apostar por el portavoz en el Parlamento, Manuel Gavira. Abascal volverá a estar onmipresente, lo mismo que harán en Aragón y Castilla y León, las dos citas con las urnas antes de la de Andalucía.
En el PP andaluz destacan que ha quedado demostrado "que todo lo que toca Sánchez se va al subsuelo", un argumento que sí entienden que se puede aplicar a Andalucía; están convencidos de que afectará de manera directa a María Jesús Montero. La opción socialista ha sido el silencio... y destacar que la situación de Gallardo, imputado y a punto de sentarse en el banquillo de los acusados, no tiene que ver con la de la candidata andaluza, una mujer en cuyas expectativas siguen confiando. Al menos desde la dirección; otra cosa son los cuadros andaluces que miran las barbas de su vecino.
La particular campaña que ha llevado a cabo María Guardiola, muy personal y sin invitar a los líderes regionales (Feijóo sí ha estado en ocho actos electorales en los últimos quince días) ha dejado a Juanma Moreno al margen de estos resultados; no está implicado en los mismos por más que afecte de manera importante al PP; también refuerza su discurso de que es necesaria una "mayoría de estabilidad" que es como el presidente andaluz ha denominado para estos próximos comicios a la mayoría absoluta de la que dispone y que está en solfa. No sólo porque así lo digan las encuestas sino porque también se ha demostrado que el crecimiento de su verdadero rival, Vox, no es sólo cosa de expectativas. Durante la noche de este domingo, el presidente andaluz ha seguido las noticias sin su equipo y este lunes participará en Madrid en la Junta Directiva Nacional donde se analizarán los resultados.
Tampoco se han cubierto las expectativas en Izquierda Unida por más que el candidato de la formación a la Junta, Antonio Maíllo, destacaba la subida de su formación en tres escaños. No han sabido capitalizar el fracaso socialista y eso que en Extremadura se han presentado todos los partidos a la izquierda del PSOE bajo las mismas siglas. En Andalucía, por el momento, tienen hasta tres papeletas diferentes.
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