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Feria de Abril

La salvación para las flamencas

Cinco y media de la tarde del viernes de Feria. A una joven, María Cañas, se le ha roto un volante del traje de flamenca. Llega al taller de costura que se ha montado en la avenida de Carrero Blanco, en un módulo prefabricado. Se quita el traje en un probador y espera fuera con una bata que le cede la costurera. En apenas cinco minutos tiene el vestido arreglado. Su amiga, Marina Martín, aprovecha que está en el taller para ajustarse su traje. "Esto está genial, la verdad, porque se te rompe algo del vestido y no tienes por qué irte a casa a arreglarlo. Y lo mejor de todo es que es gratis", dicen las dos chicas antes de regresar a la Feria.

Este proyecto lleva cuatro años funcionando y cada vez es más conocido. Cada día son más de 70 mujeres las que visitan el taller de costura con algún problema en su traje de flamenca. Todos los arreglos son gratuitos. Corren a cargo de la empresa de moda flamenca Molina. Al responsable de esta entidad, Francisco Molina, se le ocurrió la idea de habilitar un taller de costura en la Feria del año 2007. "Estaba en mi caseta y vi a una chica que al levantarse se enganchó el traje con la silla y se lo rompió. Aquello le estropeó completamente el día. Como vivía en el Aljarafe, se tuvo que ir a su casa y ya no volvió", explica Molina, que propuso a la concejal de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, la idea de crear un taller para arreglos rápidos.

"Lo único que le pedimos al Ayuntamiento fue que nos facilitara un módulo donde colocarnos. Los dos primeros años estábamos algo más retirados de la Feria y venía menos gente, pero en estos dos últimos años cada día vienen más mujeres. Y también cada día se conoce más esto y eso hace que venga más gente, claro. En estos días pasados incluso ha habido colas y todo". El taller está situado en un módulo en la avenida de Carrero Blanco, en la acera contraria de la portada, casi enfrente de la caseta de los niños perdidos, y está abierto cada tarde a partir de las cuatro.

"Ponemos la maquinaria y las costureras y no cobramos nada. Primero porque a la Feria hay muchas personas que vienen sin dinero y no nos parece bien que sólo pueda permitirse seguir la fiesta una persona que tiene dinero. Y segundo porque creemos que es una forma de agradecerle a Sevilla todo lo que nos ha dado", explica Molina, cuya empresa se fundó en la capital andaluza en el año 1969. "Nos han llamado de otras ferias para que pongamos un taller igual que éste, pero es algo que sólo hacemos en Sevilla".

Los desperfectos más frecuentes son principalmente dos: la rotura de cremalleras, que se suelen dar en los trajes más ceñidos y se producen sobre todo al sentarse; y los descosidos de parte del cuerpo del traje, que ocurrir con frecuencia cuando se engancha el vestido en alguna de las atracciones de la calle del Infierno. "Lo que hacemos son soluciones muy rápidas, con la idea de que la persona que está disfrutando de la Feria pueda reincorporarse a la fiesta lo antes posible. Por eso tenemos que tener cremalleras de distintos tamaños y colores, así como hilos y otras piezas preparadas para colocarlas rápido. En unos minutos está cosido el traje o reparada la cremallera y para ello tenemos costureras profesionales. Mientras espera, se le da a la mujer una bata de cortesía para que pueda salirse del probador y no tenga que estar metida todo el rato ahí dentro hasta que se termine el arreglo".

Francisco Molina relata una anécdota ocurrida esta misma semana, cuando le arreglaron el vestido a una turista de Bilbao. "Si para una persona de aquí, de Sevilla, es importante que le arreglen esto sobre la marcha y no tener que volver a casa, imagínate para los de fuera. El otro día vino una mujer de Bilbao y nos dijo que, de no haber sido por nosotros, se tendría que haber ido al hotel porque aquí no conoce ningún sitio para que le reparen el traje". La mejor prueba de la aceptación que tiene la iniciativa es la sonrisa con la que sale cada mujer del taller. "Y hay quien ha llegado a darle un abrazo o dos besos a la costurera cuando ha visto cómo había quedado el traje una vez reparado".

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