Davidelfín, un paso adelante
Guiños a la estética colegial y un estilo mucho más femenino imperan en la colección que el malagueño presentó ayer en Madrid
La cuarta jornada de la Mercedes-Benz Fashion Weekdeparó ayer mucho sentimiento. Una vez más David Delfín volvió a volcar su amor sobre la pasarela en un regreso triunfal. Ya lo había hecho anteriormente dedicando un desfile a su desaparecida perrita Alicia, con la que compartió 15 años de su vida. Y esta vez dedicó su nueva colección a su pareja, Pelayo Díaz. Sobre él, sobre su historia de amor y su complicidad, tanto en el terreno personal como en el profesional, gira No one, colección con la que se ha reconciliado esta mañana con la antigua Cibeles y que precisamente debe su nombre a una canción de Chris Isaak, Wicked game, clave para la pareja, que termina diciendo "nobody loves no one".
El malagueño ha vuelto a Madrid tras su ausencia de septiembre -edición a la que no acudió porque "necesitaba reflexionar" sobre el por qué de su trabajo- con energías renovadas. Era, sin duda, uno de los más esperados de esta edición y la expectación era máxima. Pasadas las 11:15 de la mañana, el diseñador abrió la cuarta jornada en Ifema, de nuevo con su musa, Bimba Bosé.
Su nueva colección de otoño/invierno sigue la estela de sus últimos trabajos. Piezas muy comerciales, ponibles y funcionales, de estilo urbano, con la inspiración masculina muy presente y, en esta ocasión, con guiños a la estética colegial y más concesiones lady. Las modelos bajaron por una escalera metálica hasta la pasarela para exhibir unos vestidos estampados con bacterias en blanco sobre negro, y negro sobre blanco, y otra serie de vestiditos con faldas plisadas, pantalones cortos con el tiro muy largo y trajes de chaqueta.
En la paleta, predominio del binomio blanco y negro -en formato rayas y con pequeñas motas 'bacterianas'- que ha compartido protagonismo con notas de colores vibrantes y favorecedores, como el orquídea (tono estrella este 2014 y muy presente en No one), el azul klein o el verde añil.
Sobre la pasarela, con la lana, el algodón y el poliéster como trío de tejidos fundamentales, vestidos camiseros con faldas plisadas (donde el color se reserva a puños y cuello), minivestidos con vertiginosos escotes en uve, monos (muy repetidos en la colección), trajes de chaqueta con faldas largas, coloridas biker y atrevidos esmoquin cortos para la noche visten a una mujer fresca, divertida y juvenil con ese punto moderno y canalla tan Delfín.
Prendas que mantienen la esencia y filosofía de la firma Davidelfín. Algunas, tras un estudio, han evolucionado; así, se ven abrigos con detalles de alta montaña y pinceladas de snowboard. Otras, son una revisión de ediciones anteriores, como la camisa Narciso, dos camisas invertidas, a modo de espejo.
Una vez más, el juego de superposición de prendas está presente en numerosas propuestas de día y de noche. La novedad ha sido la ausencia de tacones, sustituidos por botas para todos, hombres y mujeres, y para cualquier momento día, ya sea con calcetines o con medias.
Si hubiera que destacar un complemento, serían las medias de rejilla maridadas con botas Dr Martens -ya un clásico en los desfiles del malagueño-, y los bolsos diseñados por Pelayo, con mosquetones de colores y cuerdas de alpinismo, unos recursos que ya se vieron en los accesorios de Ana Locking. Como curiosidad, las prendas no llevan botones. En su lugar se utilizan velcros, cremalleras, tiras y corchetes.
Bimba Bosé compartió protagonismo con Verónica Blume en un espectáculo que siguieron muy de cerca desde el front row algunos de los fieles del malagueño, como Alaska, Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández, Javier Cámara, Antonia San Juan y Rossy de Palma. También se dejaron ver apoyando a Delfín Carmen Lomana, Nuria Roca y Mar Flores, entre otros.
Un regreso que supone un paso adelante, una revisión de su estilo vanguardista, cada vez más femenino y favorecedor. Cada vez más ponible y realista.
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