"Parezco así más inalcanzable por mi imagen"

Su fuerza sobre el escenario contrasta con un carácter que, en privado, se torna dulce y hasta tímido. Así es Erika Leiva, una linense que, tras participar en la primera edición del concurso Se llama copla, acaba de lanzar al mercado Grande, muy grande, una primera incursión en el mercado discográfico en la que mezcla temas inéditos con revisiones de piezas de la canción española tan populares como el clásico Como a nadie te he querido, Ten cuidado o ese pequeño homenaje que, a través de Si amanece y Dónde estás, amor realiza a la recordada Rocío Jurado.

-Le quedan otros cuatro años por delante.

-Hay quien, con menos de lo que le ha pasado -en cuanto a popularidad-, pierde un poco la cabeza… ¿No le ha sucedido?

-No. La verdad es que complicado digerirlo. Vienes de un mundo donde, el que la gente te pare o te pida un autógrafo, te parece inalcanzable. Cuando ves que aprecian lo que haces, es bonito pero hay que saber asimilarlo porque es duro. A mí, al principio, me daba un poco de vergüenza aunque llegas a sumirlo de forma natural. Hay que tener siempre los pies en la tierra.

-¿Incluso en un concierto, como el que dieron en el Estadio Olímpico, puede mantenerse el temple?

-Imagínate… Había como treinta mil personas por lo menos. Aquello nos impactó a todos los compañeros. Nos mirábamos y, nuestras caras, eran para hacer un cuadro. Es muy difícil llenar un espacio de esas características.

-¿Se considera una actriz de la copla?

-Pienso que sí. Si no la transmites y logras que, a quien te esté escuchando, se le erice la piel -y se crea lo que interpretas-, no estás alcanzando tu objetivo. Eso no quita para que sigas estudiando y formándote en otros terrenos musicales.

-Lo malo es que siempre se está empezando de cero… ¿No le da angustia la inestabilidad de esta profesión?

-No. De todo se aprende y son experiencias nuevas que hay que vivir. Hay que arriesgar para poder ganar.

-Da apariencia de ser fuerte pero, lo mismo tras eso, hay fragilidad, ¿no?

-Sí. Has dado en el clavo (risas). La copla es de "rompe y rasga" y precisa de ese carácter pero, luego, no es así. Cuando me conocen suelen comentarme que parezco más inalcanzable y eso es por mi imagen. Hay dos "Erikas Leiva": la de casa y la del escenario (risas).

-¿Quién ha sido la mejor para usted?

-¿La mejor coplera? Marifé de Triana. Sin duda. Y la mejor voz, Rocío Jurado.

-Mujeres con grandes historias de amor… ¿Es cierto que la suya, con su novio, empezó tras su participación en el programa?

-Justo al término, sí. El comienzo de la gira fue al mes siguiente y, toda ella, la vivimos juntos. Lo pasamos genial yendo de un sitio a otro.

-¿Cómo es Erika Leiva como pareja?

-Pues tengo tarea yo (risas)… De vez en cuando me sale mi genio coplero pero, en fin, yo creo que soy domable.

-Entonces… ¿la boda?

-A ver si es verdad. A mí todavía no me lo han propuesto… Ojalá que pronto… (risas).