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Así fue la boda del rey Juan Carlos y doña Sofía hace 58 años

Los novios ya recién casados.

Los novios ya recién casados.

El 14 de mayo de 1962 Atenas acogió una de las bodas reales más importantes del siglo XX. Don Juan Carlos y doña Sofía se daban el sí quiero en la capital griega, acompañados por todas las monarquías europeas y con cerca de 30 casas reales representadas. 

Las crónicas de entonces hablaban de un verdadero cuento de hadas entre un "alto y apuesto joven rubio" y la primogénita de los reyes de Grecia, una joven "tímida y discreta, aunque concienzuda".

En aquellos tiempos las casas reales organizaban encuentros en fiestas, cruceros y bailes para que los jóvenes de las distintas dinastías se conocieran. Pocos apostaban entonces por esta pareja, ya que los primeros indicios apuntaban a que Juan Carlos tenía puesta sus miras en María Gabriela de Saboya, una princesa que, como él, no tenía trono.  Y Sofía, por su parte, hacía parecía congeniar con Harald de Noruega.

Pero aquellas parejas no acabaron de cuajar y llegó 1961 y la celebración  de la boda de los duques de Kent. Los dos futuros reyes de España volvieron a encontrarse y, ya fuera por Cupido o por las circunstancias del momento, decidieron comenzar una relación.

Nacidos ambos el mismo año, 1938, fue ese mismo 1961, antes de terminar el verano, cuando se celebró la pedida de manos oficial de Juan Carlos y Sofía, ambos muy jóvenes, en la ciudad suiza de Lausana, residencia de la reina Victoria Eugenia, abuela del novio.

Algunos inconvenientes

Pero la boda no iba a ser algo fácil. El primero de los obstáculos iba a ser la religión, ya que la novia era ortodoxa mientras que el novio era católico, por lo que el papa de entonces, Juan XXIII, debía autorizar el enlace. 

Además, Franco seguía gobernando en España y, a pesar de no tener claro aún el futuro, ya tenía "ahijado" al príncipe desde hacía varios años. Su visto bueno era fundamental para llegar a buen puerto.

El primero de ellos, Juan XXIII dio su visto bueno a una boda con dos ritos, además de pedir la conversión al catolicismo de la novia. Por su parte, el Generalísimo, a pesar de haber preferido un "chica española", dio también su conformidad al enlace.

La boda

El 14 de mayo de 1962 los novios se dieron el sí quiero hasta en tres ocasiones. La primera de las bodas tuvo lugar en la catedral católica de San Dionisio. A continuación, los protagonistas acudieron a la Catedral Metropolitana de Atenas, donde se esposaron por el rito ortodoxo para, finalmente, volver a demostrar su amor por el rito civil.

En España, la disyuntiva en la que se encontraba Franco hizo que la boda no tuviera demasiada repercusión mediática. A pesar de tener al príncipe Juan Carlos bajo su protección, el dictador aún no tenía definida su sucesión. Por ello, no quería que la boda sirviera como un escaparate a la monarquía. De hecho, una de las principales preocupaciones del generalísimo era que el padre del novio, don Juan, no apareciera en los medios de comunicación.

Los futuros reyes siendo coronados. Los futuros reyes siendo coronados.

Los futuros reyes siendo coronados.

La vida en Madrid

Una vez esposados, la vida del nuevo matrimonio no fue del todo fácil a su llegada a Madrid. La vida social de la pareja era nula hasta 1969, siete años después del enlace, cuando Franco designó a don Juan Carlos como su sucesor en el régimen.

La futura reina, por su parte, a pesar de su timidez y de los remilgos de la sociedad madrileña de entonces, supo adaptarse a su papel a la perfección en todas y cada una de las etapas a las que su matrimonio real le llevó. 

Cuando llegó a España apenas hablaba alguna que otra palabra del idioma, pero pronto demostró su profesionalidad aprendiendo, con un uso más que correcto, el español, aunque, eso sí, con un marcado acento que nunca ha abandonado. 

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