Tras los pasos de Lady Di: una ruta por el recuerdo

Mientras los actuales duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, visitaban la India el pasado año, una imagen llegaba del recuerdo para imponer paralelismos inevitables: la princesa Diana, sola, sentada en un banco frente al Taj Mahal en 1992. Una fotografía bella y desoladora a la vez que ha representado para muchos el difícil matrimonio de una de las figuras británicas más queridas de todos los tiempos.

En su viaje, Lady Di visitó albergues, escuelas, y conoció a la madre Teresa de Calcuta, protagonizando muchas más imágenes que aún quedan en la memoria, pero la India no fue el primero ni el más recordado de los grandes viajes de Diana de Gales. El primero junto a su marido fue por Australia y nueva Zelanda y, el más recordado, lo hizo también acompañada, pero no precisamente de su marido. París fue su última parada.

Mucho antes de la tragedia pero ya cerca de los últimos estertores de su matrimonio, en 1986, los príncipes de Gales llegaban a España, concretamente al palacio de Marivent, para ser huéspedes de los Reyes de España durante unas breves vacaciones. Según dicen, fue entonces cuando la princesa descubrió "la libertad".

Un año antes, los rumores de crisis habían llegado para quedarse. El detonante ocurrió durante un viaje oficial a Estados Unidos: el mítico baile de Diana con John Travolta en la Casa Blanca fue la oportunidad perfecta para dar pie a toda clase de sospechas. El actor de Grease contó más tarde que fue Nancy Reagan quien se encargó de pedirle el baile para la bella británica, ya que "era su deseo" bailar con él.

En su lado más humanitario y comprometido, el gran legado de la princesa del pueblo fue su campaña contra las minas antipersona y, fruto de ella, sus viajes por Bosnia y Angola, ya a partir de 1996. Después de su divorcio encontró en estas actividades una forma de aprovechar la atracción que ejercía ante los medios para una buena causa. Junto a la Cruz Roja, en Angola, se comprometió a luchar contra unos artefactos que habían mutilado ya a uno de cada 334 habitantes. Sobre este compromiso habla justamente en la última carta suya que se conserva, dada a conocer en 2007 y escrita el 11 de agosto de 1997. Poco después de firmarla Lady Di comenzaría las últimas vacaciones de su vida.

Con Dodi Al Fayed comenzó el fatídico viaje y con él lo terminó. Ambos viajaban en aquel coche y ambos perdieron la vida. Las imágenes de aquella noche son el anticipo de la catástrofe y también las más difundidas y analizadas de todas las que alguna vez se tomaron a Diana. Junto al Sena, en la ciudad del amor, acabaría el último viaje de la princesa que enamoró al mundo.