Un Juzgado de lo Penal de Sevilla ha condenado a un protésico dental y al propietario de una clínica, también protésico de profesión, a un año de prisión y de inhabilitación de sus funciones por un delito de intrusismo profesional.

Según ha informado el Colegio Oficial de Dentistas de Sevilla, que ha llevado a cabo la acusación particular en el caso, el primero de ellos ha sido también condenado por un delito de lesiones a 11 meses de prisión al causar a su cliente una deformidad facial y una desviación mandibular que no es posible corregir, por lo que además debe indemnizarle con 34.552 euros.

El juez destaca en el auto que el primero de los protésicos, que carecía de título académico exigido para el ejercicio de la profesión y especialidad, "realizó varios actos propios de la misma con aplicación de tratamientos dentales y odontológicos a varios clientes".

Entre ellos, trató entre marzo de 2013 y marzo de 2017 a una persona a la que colocó "un aparato quad hélix y una barra de mantenimiento". El juez asegura en la sentencia que "como consecuencia de este tratamiento" el paciente "tuvo que ser asistido en otra clínica dental y en el servicio de cirugía maxilofacial del hospital Virgen del Rocío, derivándose importantes perjuicios consistentes en una deformidad por asimetría facial".

El presidente del Colegio Oficial de Dentistas de Sevilla, Rafael Flores, ha recordado la importancia de asegurarse de que el profesional que trate a los pacientes sea un dentista y ha garantizado que la institución colegial seguirá persiguiendo los delitos de intrusismo profesional. "Supone un grave peligro para la salud general de los pacientes que personas sin la titulación ni la formación requerida los atiendan y traten", ha concluido.