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Más de 102.000 firmas piden el indulto a María Salmerón

María Salmerón en una concentración en los juzgados.

María Salmerón en una concentración en los juzgados. / M. G.

María Salmerón lleva más de veinte años en un laberinto jurídico que comenzó cuando se separó de su pareja en 2001 tras dos años de casada y con un bebé porque su marido la maltrataba. Durante más de veinte años esta se ha visto envuelta en numerosos procesos judiciales, como denunciante y denunciada.

Tras la separación, su hija tuvo que acudir a las visitas supervisadas hasta que en 2010 la mujer aseguró en  a la entonces menor de edad se le había causado un "daño y un sufrimiento" en el marco de la batalla judicial que emprendió para que la Justicia respetara la "voluntad" de ésta cuando tenía sólo diez años.

Tras el anuncio de su inminente ingreso en prisión, comenzó una campaña en Change.org para solicitar su indulto al Gobierno en la que han conseguido más de 102.000 firmas que se entregarán en la Delegación del Gobierno en Andalucía mañana miércoles 1 de junio, días antes de su entrada en prisión. “La justicia patriarcal tiene que parar y el Gobierno debe poner todos los medios posibles para prevenir y reparar a mujeres que como yo, estamos a un paso de la cárcel por culpa de una justicia machista”, afirma Salmerón.

La petición fue creada por la Plataforma en Apoyo a María Salmerón y está dirigida al Ministerio de Justicia: “Si la justicia falla a las víctimas, necesitamos que por lo menos las instituciones pongan todos los medios para que no ocurra esta aberración”, exigen.

“Me llamo María Salmerón y en unos días, si no hacemos algo para evitarlo, entraré en la cárcel por proteger a mi hija de su padre maltratador”, denuncia Salmerón en la petición online. “Mi lucha comienza cuando mi hija, ahora de 20 años, tenía solo cinco meses. Me separé de mi marido porque durante la relación me agredía física, emocional y sexualmente. Él fue condenado a 21 meses de prisión, que nunca cumplió, y un juez le dio derecho a visitar a la hija que tuve con él. Mi hija creció con miedo a la violencia de su padre, quien jamás mostró cariño ni aprecio hacia ella. Ni un abrazo, ni un beso, ni un regalo de cumpleaños… nada", afirma.

"Gracias a mi madre hoy puedo contarlo"

Miriam Ruiz, hija de María Salmerón y víctima de violencia vicaria, explica que vivir con su padre era “un infierno”: “Yo era muy pequeña y no me daba cuenta pero crecí con miedo hacia mi padre quien jamás mostró interés ni cariño por mí. Cuando vivía con él no podía ir a los cumpleaños de mis amigos, hablar con mi madre, ir al médico de toda la vida, me vigilaba hasta cuando jugaba con el ordenador… Ver a mi padre se convirtió en una tortura y por eso mi madre respetó mi decisión de no verle”, explica. Ella se considera una víctima de violencia vicaria y lo expresa a través de su experiencia: “Lo único que ha hecho mi madre toda su vida es cuidarme y quererme lo mejor que ha podido. Sin ella, mi vida podría haber corrido aún más peligro pero gracias a su protección estoy aquí para contarlo”, lamenta.

Para Ruiz el Ministerio de Justicia está siendo negligente permitiendo que Salmerón entre en la cárcel: "Si de verdad las supervivientes de violencia machista y vicaria importamos, esta injusticia y desprecio absoluto hacia nuestras vidas no estaría pasando. A mi madre la detuvieron por primera vez delante de mí cuando yo tenía 12 años. ¿En serio alguien piensa que esto es proteger a la infancia? Ya que la persecución institucional hacia mi madre no me ha dejado vivir una vida normal, por lo menos pido su indulto inmediato y que termine de una vez esta pesadilla”, ha declarado Ruiz. Además, añade que “esta es la lucha de todas" porque si Salmerón entra en la cárcel “estaremos aceptando una injusticia para todas las mujeres que sufren o sufrirán violencia machista”.

María Salmerón explica que no se arrepiente de lo que hizo y asegura que el mejor regalo de su vida es “ver a su hija crecer en un ambiente sano y sin violencia” y subraya que "la felicidad de su hija no la cambia por nada”. Asimismo ha destacado que, aunque las leyes van mejorando con los años, la justicia “sigue beneficiando a los agresores y poniendo en peligro a las mujeres y nuestr@s hij@s”. “Los últimos casos de menores instrumentalizados e incluso asesinados por sus padres nos muestran algo que yo llevo años diciendo: un maltratador no puede ser un buen padre. La justicia patriarcal tiene que parar y el Gobierno debe poner todos los medios posibles para prevenir y reparar a mujeres que como yo, estamos a un paso de la cárcel por culpa de una justicia machista”, reivindica.

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