Juicio por la muerte del bebé de El Cerezo

El acusado de matar a su bebé en El Cerezo: "Nunca golpeé a mi hijo"

  • El jefe del Grupo de Homicidios advirtió que la madre podía manipular a los testigos

El acusado de matar a su bebé en El Cerezo

El acusado de matar a su bebé en El Cerezo / Belén Vargas

Tanto el padre como la madre del bebé muerto en El Cerezo en 2017 señalaron a la amiga que convivía con ellos y que bajó al bebé de seis meses por la escalera como la causante del golpe. Según declaró la madre, acusada de maltrato por omisión y abandono de familia, ante el tribunal del Jurado, "ella va diciendo por el barrio que se le cayó el niño". De hecho, recordó que cuando en el hospital preguntaron si el niño se había dado algún golpe ante la negativa de Bryan S. R., se dirigió hacia la amiga, Raquel, "que se puso nerviosa" y lo negó.

Según ambos, un vecino vio cómo Raquel recogía al niño del suelo, "pero no quiere declarar ante el juzgado". La acusada no quiso responder a la defensa de Bryan S. R., por lo que el letrado leyó las preguntas para que se recogieran en el acta del juicio, aunque la acusada respondió sin querer a algunas. Una vez leídas, la magistrada Mercedes Alaya ordenó omitir las preguntas relativas al intento de suicidio del acusado y al papel de los servicios sociales.

El padre, que se enfrenta además de a los delitos de maltrato y abandono familiar, a la prisión permanente revisable por asesinato con alevosía, afirmó que "nunca ha pegado a su bebé" y que su hijo "no tenía ningún golpe en la cabeza cuando fue al hospital". Algo que niegan los pediatras que atendieron al niño. En su declaración durante el juicio indicaron que el niño presentaba un hematoma en el cuero cabelludo. 

Bryan S. R. ha mantenido durante todo el tiempo la misma versión. Estaba dándole el biberón al niño cuando se atragantó e intentó hacerle el boca a boca y lo sacudió para que tomara aire. Al ver que no respondía, avisó a Raquel, una amiga que convivía con ellos, que acudió corriendo al domicilio y bajó al bebé por las escaleras mientras que él terminaba de vestirse para llevar al bebé al hospital.

Los dos acusados reconocieron que fumaban porros, aunque no coincidieron si delante del bebé o no. La madre afirmó que el niño estaba delante, mientras que el padre señaló que cuando fumaban lo hacían en el balcón de la casa. El pelo del bebé dio positivo en cannabis. Sobre el trabajo de los servicios sociales, Bryan S R. reconoció que los Servicios Sociales del Hospital Virgen Macarena sabían que eran ocupas.

Sobre el hecho en el que se basa la acusación del maltrato, la madre, Ruth F. explicó que el niño tenía  dificultades para succionar, por lo que había que hacerle unos masajes en la cara para estimular la succión, pero fue más fuerte de la cuenta y le hizo unos hematomas. "Nunca he creído que Bryan golpeara al niño", afirmó.

Sin embargo, el inspector jefe del Grupo de Homicidios declaró que el acusado, Bryan S. R. le dijo a Ruth F.: "Cari, si tú hubieras estado, no habría pasado nada". Ella declaró que el acusado se refería a que pensaba que era un "inexperto con el niño".

Ruth F. no estaba en el domicilio cuando sucedieron los hechos puesto que había ido a casa de su hermana, que vive a unos 30 metros de la casa, a por una medicina y a recoger a su sobrina del colegio. La madre reconoció que suspendió el tratamiento de hierro que se le había prescrito al bebé una vez abandonó el hospital, donde estuvo hasta seis meses después del nacimiento por ser un gran prematuro. Tampoco asistió, al menos a nueve citas médicas para el seguimiento del niño.

Por su parte, el inspector jefe del Grupo de Homicidios declaró que los vecinos confirmaron a los agentes que la pareja tenía continuas discusiones. Incluso llegó a decir que en alguna ocasión "llegaron a las manos". Es más, explicó que durante uno de los interrogatorios Ruth F. contó que Bryan S. R. "se encerraba en la habitación porque se ponía muy nervioso cuando el bebé lloraba". El policía advirtió cuando se dejó a Ruth F. en libertad "que había posibilidades de que manipulara a los testigos si volvía a la calle".

Por último, los pediatras que atendieron al bebé en el Hospital Virgen Macarena recordaron que el niño ingresó por un "sofocamiento" y se le trató como tal. Sólo cuando lo intubaron y le volvieron la cabeza apreciaron un hematoma en el cuero cabelludo. Preguntaron a los padres pero ninguno sabía si el niño había tenido un golpe fuerte.

Al día siguiente, en el TAC se apreció la fractura craneal "algo que no se produce sólo por un zarandeo, sino por un golpe de cierta intensidad, porque el cráneo de los bebés es muy flexible".

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