"Don Juan, ya no puedo más. Yo no maté  a mi hijo. Todos mienten". Con estas palabras se dirigía Bryan Steven R.G. a su abogado al término de la tercera sesión del juicio con jurado en el que se le acusa de matar a su bebé de seis meses en junio de 2017. Anoche, el acusado, que está en prisión provisional, intentó quitarse la vida clavándose un pincho en el cuello. El preso fue trasladado inmediatamente al hospital Virgen del Rocío, en concreto a la unidad penitenciaria, donde según su abogado, está intubado en la UCI.

El joven, que lleva dos años y medio en prisión provisional, se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable por parte de la fiscal por la muerte de su hijo, de sólo 6 meses. El pequeño Ian Steven fue ingresado el 12 se junio de 2017 con sintomas de asfixia en el Hospital Virgen Macarena, según sus padres y en parada respiratoria. Posteriormente los pediatras encontraron un fuerte traumatismo craneoencefálico con tres fracturas craneales que le provocaron la muerte días después. Según la Fiscalía, las lesiones se las provocó el padre, con ánimo de causarle la muerte o sin importarle que muriera, y se produjeron tras apretarle la cabeza y "chocarla violentamente contra una superficie lisa y dura no determinada, al tiempo que lo zarandeaba de forma brusca y acelerada".

El juicio ha sido suspendido hasta el próximo lunes, a la espera de la evolución del acusado. En el caso de que la vista no se reanudará en cinco días naturales, habría que empezar de nuevo, incluida la constitución de otro jurado. La celebración de la vista oral está siendo bastante accidentada. En la sesión anterior, la madre, que está acusada de abandono familiar y maltrato en comisión por omisión, no compareció a la hora prevista y tuvo que ser buscada por su abogada, lo que hizo que fuera abroncada por la presidenta del tribunal, la juez Alaya.