Condenan a un narco que volvió a traficar e intentó chantajear a tres amigos de la infancia estando en libertad condicional
Drogas
El TSJA ratifica los seis años y medio de cárcel que la Audiencia de Sevilla impuso a un hombre que cometió estos hechos cuando cumplía otra pena de la Audiencia Nacional por pertenecer a una banda de narcotraficantes
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El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado en todos sus extremos una sentencia de la Audiencia de Sevilla que impuso seis años y medio de cárcel a un hombre que, en pleno cumplimiento de otra condena de la Audiencia Nacional por ser miembro de una organización criminal dedicada al narcotráfico, aprovechó que salió de prisión al conseguir la libertad condicional para volver a traficar con droga. En ese proceso, y al menos durante cerca de un año, retomó la relación con tres amigos de la infancia pero no lo hizo por revivir viejos tiempos sino para intentar extorsionarlos.
En una resolución fechada el 7 de febrero, la Sala de lo Civil y Penal desestima el recurso de apelación de la defensa y ratifica la sentencia dictada por la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla el 6 de septiembre de 2022, que condenó a Antonio C.M. a cuatro años y medio de reclusión por un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud con la agravante de reincidencia, un año y cuatro meses por un delito de tenencia ilícita de armas y ocho meses por un delito de extorsión en grado de tentativa. También fue absuelto de dos delitos continuados de extorsión.
El acusado, según detallaba la Audiencia en su sentencia, tenía "múltiples antecedentes policiales" por distintos delitos y el 25 de septiembre de 2019 había sido condenado en firme a cuatro años y medio de cárcel por la Audiencia Nacional por un delito contra la salud pública y por pertenencia a una organización criminal. Esos hechos databan del 15 de junio de 2015.
En 2019, estando en libertad condicional, pero con la prohibición de salir de España y la retirada del pasaporte, Antonio C.M. contactó con sus entonces amigos y después denunciantes para recuperar la relación que le unía a ellos "desde la infancia hasta su entrada en prisión". Hasta mayo de 2020, momento en el que fue denunciado, el encausado protagonizó distintos hechos que también narra la Sección Primera.
En primer lugar, a través de llamadas telefónicas y mensajes de audio o de texto, reclamó a uno de sus conocidos "de forma reiterada" dinero en metálico "de origen y cuantía indeterminada" que de hecho le fue abonado. El tribunal no consideró probado que la víctima "se hubiese visto obligada a solicitar con cargo a su nómina varios microcréditos a favor del acusado presionado por el temor que le infundía" Antonio C.M.
Cuando lo denunció el 9 de mayo 2020, esta primera víctima pidió medidas de protección "por temor a sufrir un daño en su integridad física con el fin de no ceder a la presión del acusado, que venía exigiéndole desde finales de 2019 que solicitara un préstamo a su favor".
Tras formular la denuncia, entre el 19 y el 27 de mayo, el acusado envió al otro varón mensajes amenazantes: “Más vale que sea verdad lo del préstamo. Si no, más vale que te pierdas del mapa”; “esto lo arreglamos ya porque el que vas a salir perdiendo vas a ser tú”; “¿a qué carajo estas jugando?”; “que sepas que yo tengo mis cartas para jugar contigo”; "tú sigue”; o "como no me des señales de vida y me soluciones ya, puto yonqui loco embustero, van a ir luego una gente a tu casa hoy, sin falta que van”
Estos y otros mensajes de contenido similar fueron reiterados por el acusado incluso cuando la víctima ya estaba en la comisaría y en presencia de los investigadores policiales. Estos pudieron oír cómo Antonio C.M. advertía al denunciante de que "le partiría las piernas él mismo" si no le entregaba el dinero que le reclamaba y que "se iba a enterar si decía algo a la policía", todo ello "en un tono agresivo y violento con el fin de atemorizar al denunciante para que accediera a pedir un préstamo a su favor".
En cuanto a la segunda víctima, el acusado le prestó 900 euros para el pago de una fianza y, con el fin de devolverle ese dinero, él y el tercer amigo montaron un negocio de reparación de vehículos. No se probó, sin embargo, que Antonio C.M. intimidase a uno de ellos "para obligarlo a suscribir el contrato del alquiler del local o a realizar trabajos sin remunerar con cargo a la deuda preexistente".
El último hecho referido por la Audiencia data del 28 de mayo de 2019, cuando el investigado puso a nombre de su tercer amigo un vehículo que solo él utilizaba, aunque tampoco consta como acreditado que la víctima consintiese hacerlo "por miedo a sufrir las represalias" de Antonio C.M.
El 3 de junio de 2020, el Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla autorizó la entrada y registro en el domicilio del acusado, en Sevilla capital. Los policías hallaron una pistola para la que no tenía licencia y distintos paquetes con cocaína, heroína, resina de hachís y resina de cannabis. "Las sustancias intervenidas, en su mayoría envasadas y preparadas con sustancias de corte como paracetamol y cafeína, las poseía el acusado con la intención de distribuirlas a terceros por dinero", reflejaba la Sección Primera.
Frente a la petición de la defensa, el tribunal rechazó la atenuante de drogadicción. Así lo justificó: "El acusado ha sido consumidor moderado de cocaína, sin que esta adicción limitara su normal capacidad de comprensión y de actuar conforme a esta comprensión en la fecha de los hechos”.
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