Delito de lesiones

Condenan a un torero a seis meses de cárcel por dar una paliza a su apoderado

  • Los hechos ocurrieron en 2020 cerca de Utrera: el entonces novillero tuvo una discusión con la víctima y, a base de puñetazos en la cara, lo dejó sin un diente y le rompió la nariz

  • El investigado no entrará en prisión gracias a un acuerdo de conformidad entre las partes, pero deberá no cometer ningún delito en dos años e indemnizar a la víctima con más de 11.000 euros

  • El Pleno del Tribunal Supremo analizará la condena a un sevillano por "stealthing"

Imagen de archivo de un novillero en la Maestranza.

Imagen de archivo de un novillero en la Maestranza. / Juan Carlos Muñoz

La Audiencia de Sevilla ha condenado a seis meses de cárcel a un torero que, en su época de novillero, protagonizó un altercado con quien había sido su primer apoderado y le dio una paliza. La víctima perdió un diente y acabó con la nariz rota. El acusado esquivará la prisión gracias a un acuerdo entre su abogado, la Fiscalía y el letrado de la otra parte, pero deberá pagar más de 11.000 euros por el daño y las secuelas que ha dejado a su oponente.

La sentencia fue dictada por la Sección Primera el pasado 7 de noviembre, el mismo día del juicio. En virtud de la conformidad previa, el torero renunció a ejercer cualquier acción, penal y civil, contra su antiguo apoderado. Este, de hecho, llegó a la mañana de la vista oral también como acusado. El Ministerio Público pedía para él una multa de 720 euros por un delito de lesiones leves. Tras el cambio de postura del otro encausado, quedó directamente absuelto.

La Fiscalía también rebajó su petición de pena para el diestro, desde los dos años de cárcel iniciales a seis meses. La representación legal del apoderado se adhirió a esa solicitud. El delito por el que fue castigado es el de lesiones del artículo 147.1 del Código Penal, que condena al que “por cualquier medio o procedimiento causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental”. Esa infracción está penalizada con entre tres meses y tres años de reclusión, así que al torero le ha caído la horquilla mínima.

Los hechos ocurrieron el 13 de diciembre de 2020 cerca de la urbanización La Herradera, en Utrera. Sobre las tres y media de la tarde, los dos varones emprendieron una discusión y el acusado, que entonces tenía 27 años y todavía era novillero (tomó la alternativa en agosto de 2023), quiso “atentar contra la integridad física” del otro hombre. En concreto le dio “varios puñetazos” en la cabeza, según hace constar la sentencia.

Como consecuencia de la agresión, el representante sufrió la pérdida de un diente, la inflamación del arco zigomático izquierdo (la parte lateral de la cara), una herida en la ceja izquierda y la fractura del tabique nasal. Para recuperarse de esas lesiones necesitó treinta días en los que perdió calidad de vida en un grado “moderado”. En cuanto a las secuelas, se valoran en diez puntos pero no se describen.

El torero, que no tiene antecedentes penales, no tendrá sin embargo que entrar en prisión. Al tratarse del primer delito por el que es condenado y ser la pena impuesta inferior a dos años, su abogado solicitó la suspensión de la ejecución de la pena de prisión y ninguna de las acusaciones se opuso. A continuación, la Sección Primera le concedió ese beneficio con la condición de que no cometa ningún delito en un plazo de dos años y que indemnice a quien fue el primer apoderado de su carrera taurina con 11.682,09 euros. El procesado se comprometió a pagar en varios plazos a lo largo de un año.

Lo que no figura en la resolución es la orden de alejamiento que sí se solicitó por parte de la Fiscalía tras la investigación del caso, llevada a cabo por el Juzgado de Instrucción número 2 de Utrera. El Ministerio Público llegó a pedir que al acusado se le prohibiera acercarse a menos de 500 metros del apoderado y comunicarse con él durante cuatro años. Como inicialmente los dos hombres fueron procesados, la acusación pública también requirió que el representante no se acercase al torero durante seis meses. Todo eso queda en nada.

La sentencia, anticipada verbalmente por la presidenta del tribunal en la misma sala, también fue declarada firme al ser el resultado de una conformidad y anunciar todas las partes que no tenían intención de recurrirla, como era lógico tras el acuerdo.

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