Narcotráfico y lesiones

Acusado a las diez, víctima a las doce

Los hechos de los dos juicios ocurrieron en el mismo domicilio de Marchena.

Los hechos de los dos juicios ocurrieron en el mismo domicilio de Marchena. / D.S.

La Audiencia de Sevilla estuvo a punto de albergar ayer una versión judicial del niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro, esa expresión que se emplea para recalcar el protagonismo de alguien. En la Sección Cuarta había previstos dos juicios, uno por un delito de tráfico de drogas y otro por un delito de lesiones. Y la curiosidad es que el acusado del primer juicio era la víctima en el segundo. Manuel G.V. iba a ser juzgado por dar metadona a un menor de edad y después iba a comparecer como testigo contra su propio hermano, que durante una discusión le dio una cuchillada en una mano y le amputó un dedo. Un juicio estaba señalado para las diez de la mañana y el otro, para las doce, pero finalmente no se celebró ninguno por la sencilla razón de que el acusado-víctima no se presentó.

Los hechos relativos a la vista oral sobre narcotráfico ocurrieron en la medianoche del 13 de abril de 2020. Manuel G.V., que en aquel entonces aún tenía íntegros los diez dedos de las manos, invitó a su domicilio de Marchena a dos jóvenes. Uno tenía 16 años. Según la Fiscalía, el encausado lo sabía y aun así le ofreció alcohol y cuatro pastillas de metadona. El menor consumió una allí mismo y se llevó las otras tres (dos con la misma sustancia y una sin principio activo), pero no llegó muy lejos porque inmediatamente sufrió una intoxicación y tuvo que ser ingresado, inconsciente, en el hospital de La Merced, en Osuna. Este chaval fue precisamente el único testigo que se presentó ayer en la Audiencia.

Las circunstancias de este caso también derivan en una llamativa petición de condena: siete años de cárcel y una multa de 5 euros. La gravedad de la pena de prisión se debe a que la metadona está contemplada como sustancia que causa un grave daño a la salud y a que la víctima era menor de edad. Y la nimiedad del castigo económico obedece a que el valor en el mercado de la droga incautada habría sido de 1,86 euros.

Los hechos relativos a la vista oral sobre lesiones ocurrieron casi dos años más tarde, en la noche del 31 de enero de 2022, en el mismo escenario: el domicilio familiar. Manuel G.V. estaba allí junto a su hermano Juan María y comenzaron a discutir. Durante esa refriega, Juan María cogió un cuchillo de cocina y “con ánimo de menoscabar la integridad física” de Manuel, o así lo recoge la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, se dirigió contra él y le amputó el dedo pulgar de la mano izquierda. También le diseccionó el tensor extensor del índice. Para curarse de semejante trauma, el herido necesitó que se le suturaran varios tendones y se le remodelase el muñón del pulgar. Tardó 50 días en recuperarse, aunque lógicamente todavía padece las secuelas.

Por este suceso, que para el Ministerio Público constituye un delito de lesiones con “pérdida, inutilidad o deformidad de órgano o miembro no vital” con la agravante de parentesco, Juan María G.V. se expone a una pena de cinco años de cárcel, la prohibición de acercarse a su hermano Manuel durante siete años y el pago de más de 20.000 euros en concepto de indemnización.

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