El jurado ha considerado probado por unanimidad que Bryan S. R.,  acusado de matar a su bebé en El Cerezo en junio de 2017 lo hizo "de forma intencionada y con total desprecio hacia la vida del niño", de seis meses de edad. El veredicto declara probado para  la totalidad de los miembros del jurado que el bebé  falleció de un traumatismo craneoencefálico causado por una fuerte y enérgica sacudida del bebé seguida de un golpe severo  contra una superficie roma. El veredicto del jurado considera que ambos progenitores cometieron dejación de sus obligaciones como padres al no llevar al niño a las revisiones indicadas por los médicos, faltando a las citas programadas hasta en siete ocasiones, además de no suministrar al niño el tratamiento prescrito y fumar porros en su presencia.

Tras la lectura del veredicto, la fiscal ha solicitado que se prorrogue la situación de prisión provisional para Bryan S. R. que en verano cumplirá tres años en esta circunstancia. Por su parte, Juan Isidro Fernández, abogado del acusado ha expresado su total disconformidad con el veredicto "y con la ley del jurado" puesto que no ha tenido en consideración ninguna de las pruebas aportadas por ellos. Asimismo ha solicitado la pena mínima para su representado y ha anunciado que apelará ante el TSJA.

El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, ha desestimado, por 5 votos frente a 4, la posibilidad de que el acusado actuara movido por un ataque de ira o furia derivada de la situación de extrema necesidad en la que se encontraba, al ser un padre joven, inexperto, "sin un futuro seguro" que vivía de okupa en una casa.

El jurado considera unanimidad, que el bebé no se le cayó por las escaleras a la conocida de Bryan S.R. que bajó al niño por la escalera mientras que el padre se vestía para llevar al niño hasta el hospital.

Según el veredicto del jurado, el niño comenzó a llorar mientras que el padre le daba el biberón "por circunstancias que no se conocen" y que "puede ser" la rotura del frenillo al "intentar darle de comer a la fuerza". Tras esto, y según el relato de los hechos que el jurado considera probado por unanimidad, el acusado zarandeó al niño de forma brusca y terminó de sacudirlo con un fuerte golpe "de forma intencionada".

Asimismo, considera que carece de credibilidad el informe del forense que vio al niño en la UCI del hospital, que afirmó durante el juicio que el niño había muerto por una crisis de sofocación al atragantarse con la leche, dándole mayor credibilidad al de los doctores que realizaron la autopsia

Los cinco médicos del Instituto de Medicina Legal han coincidido en que el niño murió a causa de un edema cerebral provocado por una sacudida enérgica seguida de un golpe severo. Los forenses explicaron que el mecanismo es un zarandeo del bebé "fuerte y firme". Asimismo explicó que las hemorragias retinianas como consecuencia de estas sacudidas violentas estaban presentes en los globos oculares del bebé, en los nervios ópticos y en la grasa que rodea al ojo. Los forenses descartan el accidente en el fallecimiento del menor. Para la forense que realizó la autopsia,  la causa de la muerte es "traumatismo craneoencefálico severo en un contexto de maltrato".  Esta gran energía al golpear al niño se aprecia, afirma la forense, "en la existencia de un contragolpe en el lado izquierdo, lo que indica una energía enorme que deformó el cráneo del niño y este estalló".

Sobre el delito de abandono de familia del que están acusados ambos progenitores, el jurado considera probado que hicieron dejación de sus obligaciones familiares al no acudir a las revisiones médicas ni llevar al pediatra la bebé, en contra de lo indicado por los médicos de nenonatología del hospital Vigen Macarena. Asimismo, reconocen probado que ambos acusados fumaron porros delante del bebé al encontrarse en la autopsia restos de cannabis en la superficie del pelo del menor.