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El caso del teniente de la Guardia Civil de Sevilla llega a juicio con lagunas en la acusación

  • Un agente encubierto asegura que el teniente le propuso dinero a cambio de eliminar una reclamación sobre un narcotraficante, aunque dice que no pudo grabar la conversación

  • Ese mismo día y a esa misma hora, en cambio, sí consta en el sumario un encuentro grabado entre ambos en el que no aparece este soborno

  • Un audio de un robo de droga puede ser clave en el juicio contra el teniente 

Guardias civiles con un alijo de hachís en Sevilla.

Guardias civiles con un alijo de hachís en Sevilla. / JUAN CARLOS VÁZQUEZ

El caso del teniente de la Guardia Civil acusado de colaborar con una red de narcotraficantes llega a juicio esta semana, con una petición de 14 años para el principal acusado por varios delitos, entre los que destacan el cohecho, la revelación de secretos y el hurto. Como este periódico adelantó hace unas semanas, en la vista será clave un audio del que se deduce que el robo de droga que se organizó en la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla pudo ser inducido por un agente encubierto, utilizado por el Servicio de Asuntos Internos del cuerpo para investigar las supuestas conexiones del teniente con una banda de narcotraficantes.

Fuentes del caso explicaron que en la acusación que pesa sobre el teniente hay una serie de lagunas o errores. La principal carga acusatoria se basa en el trabajo del citado agente encubierto de la Guardia Civil, que aporta una serie de encuentros con el teniente, muchos de ellos grabados y otros no grabados. En uno de los que supuestamente no se grabó, el teniente habría propuesto al agente encubierto quitar de la base de datos una reclamación que pesaba sobre un narcotraficante, que a cambio les daría una determinada cantidad de dinero.

Esa conversación se produjo, según Asuntos Internos, a las seis y media de la tarde del 23 de junio de 2020, pero no quedó grabada en ningún sitio y su contenido se basa en la palabra del infiltrado. Sin embargo, en uno de los anexos del sumario, al que ha tenido acceso este periódico, sí consta la transcripción de un encuentro grabado ese mismo día y a esa misma hora. Se trata de una conversación que dura una media hora y que mantienen el teniente R. P. M. y el agente encubierto. 

En ella, según dicha transcripción, los dos guardias civiles hablan de temas personales durante unos 24 minutos. A partir del minuto 25 empiezan a hablar de algo relevante para la investigación que mantenía abierta Asuntos Internos. "El... nos vamos a entrevistar con el (ininteligible), ¿vale? El amigo del (ininteligible). Ahora me quieren (ininteligible) la razón", explica el teniente. Su interlocutor le pregunta si han contactado ellos o ha sido él. "Sí, él. Iban a verse allí pero estaban en un entierro, que ha muerto el padre de uno de los de Colombia. Y hoy han ido a contactar, ya se han reunido y ahora vienen a darme razón, a ver, de la reunión", responde el teniente. "Bueno, a ver si tenemos suerte", contesta el infiltrado.

La conversación sigue un rato hablando de temas personales "relacionados con el precio de la cena". "Tú lo ves to mu fácil cabrón, pero el que se mete luego ahí soy yo (sic)", cuenta el agente encubierto, que sigue diciendo: "Me habías vendío (ininteligible), no tienes tú peligro, cabrón, ya me contarás. Oye, esta tarde te aviso si voy, ¿vale? Yo te llamo antes, venga, ¿mañana vas tú a eso, por cierto, o va otra gente?". El teniente pregunta que a dónde y el infiltrado responde que "a lo de sanidad". El teniente dice que va un cabo suyo y diez u once más. "¿Estos cargan en fardos?", pregunta el encubierto. La respuesta del teniente es ininteligible y el encubierto termina despidiéndose: "Te invitas a desayunar y le digo que lo pagas tú. Hasta luego, adiós, mamona", le dice. Finaliza el audio con el ruido ambiente y el sonido de los pasos del agente encubierto.

En ningún momento de esa transcripción figura que el teniente proponga quitar una requisitoria a otra persona a cambio de dinero, como sí reflejó el agente encubierto. Según el informe de Asuntos Internos, el 23 de junio de 2020, el teniente R. P. M. hizo una llamada de WhatsApp al agente encubierto a las dos de la tarde, "con el objeto de saber si sigue activa una requisitoria de detención" sobre dos personas. Después, a las seis y media de la tarde, "el teniente se pasa por el domicilio" del agente encubierto, "proponiendo colaborar con uno de los narcotraficantes a cambio de una retribución económica". Según el infiltrado, ni la llamada ni el encuentro se grabaron. "Al no encontrarse prevista ninguna reunión con el teniente, no puede grabar el audio del encuentro de las 18:30 horas. Pese a ello, el agente encubierto informa que, durante esta cita, el teniente propone eliminar la requisitoria de detención de una persona a cambio de una cuantía económica". A pesar de esta afirmación, en el sumario sí consta un encuentro grabado por el agente encubierto el mismo día y a la misma hora en la que no se hace referencia alguna a este supuesto soborno.

Fuentes próximas al entorno del teniente acusado aseguran que esto podría suponer una falsedad documental o una simulación de delito, "al negar que hay una grabación de un momento concreto que sí existe". Las mismas fuentes apuntan que "el servicio de Asuntos Internos usaba supuestos encuentros no grabados para incriminar al teniente y que estos encuentros se falseaban a su interés, pero en este hecho concreto se les olvidó eliminar el anexo de transcripción de un encuentro que sí fue grabado".

Para estas fuentes, "se siembra una gran duda". "Si lo han hecho de forma tan clara esta vez, ¿cuántas veces no habrán hecho la misma artimaña, con tantos encuentros no grabados como hay en el procedimiento? Bajo el paraguas de Asuntos Internos, el agente encubierto contaba con la ventaja de ser él mismo quien decidía si grababa un encuentro o no, o si ese encuentro se eliminaba o alteraba y modificaba", añaden. "¿Por qué cada vez que ocurre algún hecho relevante en la investigación, casualmente aparece en un encuentro no grabado?", se preguntan.

El entorno del teniente detecta una veintena de lo que consideran irregularidades en el procedimiento. Entre ellas, hay audios que son audibles de los que no existe transcripción, audios que no existen en la evidencia legal de los audios de microfonía, grabaciones completas de las que constan frases en las diligencias remitidas al juez por Asuntos Internos, pero no existen, frases que no existen en las transcripciones y fueron puestas en las diligencias... También hay frases en las que invierten el interlocutor, se altera alguna palabra o se repite el contenido completo de la conversación. O palabras que se consideran ininteligibles y que en las diligencias sí constan.

El juicio arranca el próximo viernes 5 de mayo en la Audiencia de Sevilla con la selección del jurado. La declaración de los acusados, el teniente y dos personas más, está prevista a partir del lunes. El teniente pasó 15 meses en prisión provisional y se encuentra actualmente en libertad condicional. 

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