Oposiciones a Judicatura

Nuevos fiscales y jueces: Un camino de esfuerzo y disciplina con vocación de servicio público

Las togas de fiscales y jueces llegarán a estos jóvenes después de mucho esfuerzo y estudio

Las togas de fiscales y jueces llegarán a estos jóvenes después de mucho esfuerzo y estudio / EFE

Ha sido un camino duro, casi extremo, pero han llegado. Atrás han dejado horas de estudio, fiestas que no celebraron y risas que no se pudieron permitir porque tenían un objetivo y, ahora ha llegado su momento. Cinco, seis o siete años de mesa y codos, cantar temas y enfrentarse ante un tribunal que tenía en su mano la llave para la Escuela Judicial o el Centro de Estudios Jurídicos .

Son seis representantes de un nutrido grupo de futuros fiscales y jueces sevillanos que aprobaron la última convocatoria y que desde el 18 de enero han comenzado la formación en los centros que el Ministerio dispone para fiscales  y jueces respectivamente. Ellas destacan el esfuerzo realizado para llegar hasta este punto y reconocen que no sólo han aprendido un extenso temario de 328 materias, sino una forma de entender la vida y, sobre todo, se han conocido a ellas mismas, probando sus límites y, lo que es más importante, aprendiendo a superarlos. 

Algunas de ellas, como Carmen Gallardo García, tenían claro que querían ser fiscal desde los 12 años, a otras la vocación le vino con el estudio de la carrera o, incluso a la hora de hacer las prácticas o probando directamente el trabajo del ministerio público como fiscal sustituto en Algeciras, como en el caso de María Talero Fernández. Algo similar le ocurrió a Sara Sánchez Domínguez, en el último año de carrera aún no sabía qué hacer hasta que empezó las prácticas con el magistrado Joaquín Yust en el Penal 11 de Sevilla. "La forma de transmitirnos que éramos la esperanza de los desesperanzados, hizo que no tuviera dudas en lo que quería ser", explica. También hay quien se plantea la oposición mientras trabaja en un despacho de abogados, como Macarena Espinosa Contreras. "En el despacho fue cuando me di cuenta de que quería ser juez, aplicar el Derecho desde un punto imparcial, y no solo de una de las partes. Empecé a darme cuenta de que podía prestar un servicio muy importante a la sociedad", recuerda. 

María Rodríguez Camacho María Rodríguez Camacho

María Rodríguez Camacho / M. G.

"Lo que de verdad espero de la profesión de Fiscal es contribuir a una sociedad mejor"

Lo cierto es que todas coinciden en la vocación de servicio y en el deseo de contribuir, desde su trabajo en la Fiscalía, a una sociedad mejor.  María Rodríguez Camacho lo sintetiza en una frase: "Lo que de verdad espero de esta profesión es poder contribuir a que la sociedad sea mejor, más empática, más solidaria, más generosa". Sara Sánchez recuerda la función del fiscal definida en el artículo 124 de la Constitución española: defensor de los derechos de los ciudadanos. 

Son seis mujeres que creen fervientemente en lo que hacen y que, como a Ángela Carmona Álvarez, otra de las futuras fiscales de la LX promoción,les "apasiona estudiar Derecho" y, sobre todo, no tienen miedo a los retos. Todas señalan que durante la carrera los profesores les advirtieron de la dureza de las oposiciones. Ángela Carmona explica que sólo había una manera de comprobar "que era tan imposible como apuntaban, si realmente solo llegaban los hijos de fiscales y jueces: intentarlo. Y yo lo tenía claro, como en cada reto que me he propuesto. Iba a ir a por todas". Han sido cinco años  "muy duros y sacrificados, pero no por el temario. Requiere desde el primer momento una fuerte disciplina y constancia". 

Ángela Carmona Álvarez Ángela Carmona Álvarez

Ángela Carmona Álvarez / M. G.

"El debate sobre el acceso a las oposiciones debía centrarse en mejorar el sistema de becas, no en si quienes aprueban son hijos de jueces y fiscales"

Y es que, según coincide la mayoría de ellas, llegar al último examen, caer ante el tribunal, y tener que volver a empezar desde el primero a los pocos meses es un "golpe psicológico" que la familia, pareja amigos y el preparador, ayudan a superar. Todas insisten que el logro es también de todo este equipo de apoyo. "Espero ser algún día la mitad de grande que mi familia", añade Sara Sánchez

Además de la familia y pareja, la figura del preparador es esencial, asegura María Talero, otra de las futuras fiscales que comenzó a prepararse las oposiciones nada más terminar la carrera, en 2011. Lo intentó hasta que en 2017 le surgió una oportunidad laboral y en mayo de 2019 fue como fiscal sustituto a Algeciras. Entonces, "no sin cierto vértigo", retomó el estudio de la oposición. Esta vez aprobó en 2021. "Tener un buen preparador diferencia tus temas del los del resto de compañeros y te da ese algo que llama la atención del tribunal".

María Talero Fernández María Talero Fernández

María Talero Fernández / M. G.

"La figura del preparador es esencial y se convierte en un apoyo fundamental"

"En mi caso, han sido siete años de incertidumbres e inseguridades. Sacrificar la vida personal y familiar pasa factura", recuerda María Rodríguez Camacho, que ha llegado tres veces a cantar los temas ante el tribunal. Ella estuvo siete años preparando las oposiciones, cambió de preparador cuando llevaba tres años y medio porque necesitaba motivación. Asegura que aprendió de los dos, pero el que ha tenido los últimos tres años, Fernando Soto, ha sido su "mayor apoyo", asegura. "Confiaba en mi y eso me inspiraba a seguir intentándolo. Mi éxito también es suyo". "Ha sido mis manos y mis pies. Te guía, escucha y da las fuerzas cuando crees que ya no tienes más que dar", asegura Sara Sánchez Domínguez de su preparador, Joaquín Yust.

Sara Sánchez Domínguez Sara Sánchez Domínguez

Sara Sánchez Domínguez / M. G.

"He aprendido el significado de paciencia, que las cosas llegan cuando tienen que llegar y que tengo más fuerza de la que pensaba"

Una estricta disciplina que tiene su lado bueno porque el opositor adquiere una gran formación teórica, constancia, confianza en sí mismo. "Este tiempo ha servido para conocerme, saber dónde están mis límites y superarlos", afirma María Rodríguez. "Aprendes a valorar las pequeñas cosas de un modo extraordinario", añade María Talero. "Ahora, viéndolo desde el otro lado, ves que con esfuerzo se alcanza. No hace falta ser el mías inteligente, solo constancia y esfuerzo. No hay nada imposible, tú eres tu único límite", añade Sara Sánchez. 

Carmen Gallardo García Carmen Gallardo García

Carmen Gallardo García / M. G.

" Te lo juegas todo a un examen que te puede cambiar la vida"

Una forma de entender la vida durante los años de estudio que marca. Carmen Gallardo lo explica de una forma nítida: "no creo que sea la misma persona que empezó la oposición hace unos años. Lo más duro para mi ha sido gestionar la ansiedad y la presión. Ella quiere dedicarse a la Fiscalía de Menores, "me interesa porque el fiscal asume la dirección del proceso y considero que es muy importante ya que aún se está a tiempo de reinsertar a menores que en muchos casos están en esa situación por mala suerte, su entorno, malas compañías,etc. Creo que la fiscalía hace una labor muy buena y sería muy gratificante".

Macarena Espinosa Contreras Macarena Espinosa Contreras

Macarena Espinosa Contreras / M. G.

" Son muchos años de dedicación y tu familia se quita de cosas para dártelo a ti y que puedas cumplir tu sueño"

Según el CGPJ , el 94% de los jueces en prácticas no tienen familiares directos dentro del sistema judicial y un 30% manifestó carecer de cualquier tipo de vinculación con el sector jurídico. Sin embargo, cada cierto tiempo, vuelve a saltar la polémica sobre el acceso a las carreras judicial y fiscal. Las seis ponen el acento en la necesidad de un sistema de becas y ayudas públicas para quienes quieran acceder a las oposiciones. "Aquí es donde hay que poner el punto de mira, y no en si las plazas solo son ocupadas por personas que proceden de clases elitistas", destaca Ángela Carmona.

Macarena Espinosa explica que todos los que se presentan a la carrera judicial o fiscal tienen un algo sentido de la vocación y lo hacen "con gran esfuerzo de nuestra familia. Son muchos años de dedicación, y que tu familia se quita de cosas para dártelo a ti y que puedas cumplir tu sueño. En mi caso particular, mi madre es ama de casa y mi padre es autónomo, y simplemente mientras tu entorno se compra ropa, viajes etc., tú y tu familia gastamos lo mínimo en caprichos, para poder seguir con la oposición".

Seis formas de encontrar el camino

Saber cómo quieren ejercer el Derecho es la primera de las preguntas de la oposición. Algunas de ellas, como Carmen Gallardo García, tenían claro que querían ser fiscal desde los 12 años, a otras la vocación le vino con el estudio de la carrera o, incluso a la hora de hacer las prácticas o probando directamente el trabajo del ministerio público como fiscal sustituto en Algeciras, como en el caso de María Talero Fernández.

Algo similar le ocurrió a Sara Sánchez Domínguez, en el último año de carrera aún no sabía qué hacer hasta que empezó las prácticas con el magistrado Joaquín Yust en el Penal 11 de Sevilla. "La forma de transmitirnos que éramos la esperanza de los desesperanzados, hizo que no tuviera dudas en lo que quería ser", explica. También hay quien se plantea la oposición mientras trabaja en un despacho de abogados, como Macarena Espinosa Contreras. “En el despacho fue cuando me di cuenta de que quería ser juez, aplicar el Derecho desde un punto imparcial, y no solo de una de las partes. Empecé a darme cuenta de que podía prestar un servicio muy importante a la sociedad”, recuerda.

Ahora está en la Escuela Judicial. Ella quiso estudiar Derecho siguiendo los pasos de su prima mayor, y jamás se planteó opositar, pero ahora, sabe “que mereció la pena y mucho. Y sólo acaba de empezar”. Ante ella, como por delante de todos los que han aprobado la oposición, se abre un año lleno de formación teórico-práctica donde conocer de primera mano el día a día de la Justicia.

Si Macarena no se planteó jamás opositar, María Rodríguez lo sabía desde el primer momento. “Siempre he querido ser fiscal. Me lo planteaba antes de empezar Derecho y ya durante la carrera lo confirmé. Sabía que mi objetivo, mi sueño, era llegar a serlo. Lo veía difícil y, durante la oposición, a veces imposible, pero siempre he seguido luchando y reponiéndome para conseguirlo”, afirma.De las seis, Carmen Gallardo es la que más claro tenía su futuro desde que era una niña: Con doce años quería ser fiscal. Lo decidí desde muy pequeña, alrededor de los 12 años. Conocer la profesión judicial desde pequeña tuvo mucho que ver. “He vivido muy de cerca el amor a esta profesión ya que mi abuelo fue magistrado y mi padre lo es actualmente. Gracias a ellos conocí lo bonita y satisfactoria que es y desde que tengo uso de razón quise seguir sus pasos”, afirma.

Para María Talero Fernández, el camino empezó nada más terminar la carrera. “Comencé directamente a estudiar la oposición en octubre de 2011. En 2014 llegué al tercer y último examen cantando todos los temas y suspendí, continué intentándolo las siguientes convocatorias volviendo a caer en el examen oral tres veces más”. En 2017, tras volver a suspender, comenzó a trabajar en la empresa privada. “Durante ese tiempo en que estuve trabajando siempre tuve la espinita clavada de que no era ese trabajo el que realmente me gustaba pero el desgaste psicológico de los años anteriores me había hecho mella”. En mayo de 2019 fue fiscal sustituto en Algeciras y dejó el trabajo para prepararse las oposiciones a Fiscalía.

Todas tienen en común el amor por el Derecho. Ángela Carmona, apunta otra característica: la pasión por la profesión. “Quería participar directamente en la justicia, quería que mi profesión fuese algo que me motivara, me apasionase y a la vez me sintiera realizada y satisfecha por la labor que desempeñase en un futuro. La abogacía nunca me llamó la atención, quizás era la última opción que tuve en mente, quería ir a por lo que realmente me atraía”.

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