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Oposiciones a notarías: Esfuerzo, disciplina, constancia y la experiencia de los que ya son notarios

  • La Academia Sevillana del Notariado tiene un servicio para los opositores en la que los preparadores son notarios voluntarios

Laura Sanz, opositora a notaría, canta un tema ante su preparador

Laura Sanz, opositora a notaría, canta un tema ante su preparador / José Ángel García

Las oposiciones a notario tienen fama de estar entre las más duras para los aspirantes que, además de estudiar, aprenden la importancia del esfuerzo y la disciplina para alcanzar la tan deseada plaza. Nadie mejor que quienes ya han pasado por esta prueba para indicar el camino de los jóvenes notarios.

Laura Sanz, José Manuel Pedrera y Marta García Ramos-Paul son tres de los jóvenes que cada día hacen de la disciplina, la rutina y el estudio su trabajo. Un esfuerzo que se verá recompensado cuando consigan estar al frente de una notaría. Para que esta travesía esté más despejada, una treintena de notarios ejercen como preparadores de la cantera de fedatarios.

Siguen la senda abierta por Rafael Leña, decano del Colegio de Notarios de Sevilla que en 1981 decidió organizar dentro de la institución, junto a su junta directiva, la Academia Sevillana del Notariado compuesta por tres secciones: conferencias, preparación de oposiciones y biblioteca. En la última convocatoria aprobó un número importante de alumnos que habían pasado por la Academia. 

La directora de la Academia, Carmen Vela, la opositora a notaría Marta García Ramos-Paul y el creador de la Academia, Rafael Leña La directora de la Academia, Carmen Vela, la opositora a notaría Marta García Ramos-Paul y el creador de la Academia, Rafael Leña

La directora de la Academia, Carmen Vela, la opositora a notaría Marta García Ramos-Paul y el creador de la Academia, Rafael Leña / José Ángel García

"Desde que empezó a funcionar, la Academia ha tenido una media de unos 15 alumnos, pero hace unos seis o siete años bajó hasta cinco. En los últimos años se ha vuelto a la media anterior", explica la directora de la institución. 

Los preparadores no reciben ningún tipo de retribución y la propia Academia sólo cobra a los opositores que puedan hacer frente a este gasto, 100 euros en concepto de mantenimiento. Si el alumno no puede permitirse el coste, la propia institución les ofrece una beca de 180 euros.

Carmen Vela, directora de la Academia del Notariado Carmen Vela, directora de la Academia del Notariado

Carmen Vela, directora de la Academia del Notariado / José Ángel García

"Esta vocación de servicio social va implícita en los notarios", explica la actual directora de la Academia, Carmen Vela, que también es preparadora. Tanto es así que Juan Varela, el más joven en aprobar la oposición en los últimos 40 años, está ahora ayudando a los aspirantes. Ambos compartes la inquietud por ayudar a los nuevos notarios inculcada por un preparador común: Rafael Leña.

Los dos primeros ejercicios son similares a los de otras ramas jurídicas. La diferencia está en el tercero: el dictamen. Aquí se presenta un caso real y es necesario conocer profundamente el temario para poder resolverlo. "Hay que saber muchísimo Derecho y, sobre todo, entender lo que estudias para poder pasar el dictamen. Las pruebas orales son duras por los nervios al cantar los temas ante un tribunal formado por registradores, notarios y jueces, pero es necesario interiorizar los temas para poder hacer un buen dictamen", explica Juan Varela, que una vez en semana emprende el camino desde Alcalá de los Gazules donde tiene su notaría para tomarle los temas a sus tutorizados.

El notario Juan Varela, uno de los preparadores de la Academia El notario Juan Varela, uno de los preparadores de la Academia

El notario Juan Varela, uno de los preparadores de la Academia / José Ángel García

Él lo tiene muy claro: "Lo han hecho por mi y yo lo hago por otros". Un mantra de la vocación de servicio que repite la actual directora, Carmen Vela. "Me gusta ser preparador, nos obliga a estar al día porque tenemos que conocer los 348 temas de la oposición", explica. "La oposición fue el momento de mi vida en el que hice un mayor esfuerzo, cuando más empeño puse en algo. Las cosas que vives entonces se quedan marcadas", recuerda.

Jóvenes con cultura del esfuerzo

Los opositores son jóvenes y tienen los mismos problemas, inquietudes y experiencias vitales que sus compañeros. Su deseo es ser notario y saben que para conseguirlo tienen que estudiar y prepararse. La media para sacar plaza está en unos cinco años. "La preparación es dura, pero asequible", apunta Carmen Vela. 

En estas circunstancias, la relación con el preparador es casi familiar. "Se establece una relación de confianza porque todo el entorno del opositor influye en esos momentos de preparación", asegura Rafael Leña. 

Laura Sanz, opositora a notaría Laura Sanz, opositora a notaría

Laura Sanz, opositora a notaría / José Ángel García

Laura Sanz quería ser notaria casi desde la adolescencia, como ella explica, "sin ningún motivo aparente". Mucho tuvo que ver en su decisión las prácticas que hizo en la notaría de Carmen Vela durante la carrera. Un periodo ese que también sirvió para que otro de los opositores de la Academia, José Manuel Pedrera, se decantara por esta opción. "La pandemia terminó por decidirme", añade.

José Manuel Pedrera, opositor a notaría José Manuel Pedrera, opositor a notaría

José Manuel Pedrera, opositor a notaría / José Ángel García

Marta García Ramos-Paul escogió ser abogada del estado. "No me convenció y vi que la notaría era un trabajo interesante y daba la posibilidad de ayudar a las personas", explica.

Marta García Ramos-Paul, opositora a notaría Marta García Ramos-Paul, opositora a notaría

Marta García Ramos-Paul, opositora a notaría / José Ángel García

Los tres reconocen que la experiencia es dura y que produce un cambio en la vida. "No sólo es impresionante el conocimiento jurídico que adquieres, sino el nivel de madurez que alcanzas. Tienes que enfrentarte a inseguridades, a cómo gestionar tu tiempo...", matiza Laura Sanz. "Aprendes mucho a valorar el tiempo libre y a aprovecharlo", añade José Manuel Pedrera. "Es una preparación dura que requiere mucha constancia y te hace crecer", afirma Marta García. 

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