Estafa

Seis años de cárcel al falso cura sevillano por estafa

  • Se hizo pasar por "filántropo adinerado y abnegado" y llevó a cabo una "puesta en escena" sobre la actividad humanitaria de su fundación

Manuel Tobaja Villegas

Manuel Tobaja Villegas

La Audiencia de Cádiz en Jerez ha condenado a seis años de cárcel al falso cura sevillano Manuel Tobaja Villegas por estafar a tres personas que hipotecaron sus viviendas para financiar las actividades de una fundación que supuestamente rehabilitaba a presos y personas marginales. Les convención de que estaban ante una "persona admirable, filántropo adinerado y abnegado" y consiguió que le entregaran los préstamos hipotecarios de 90.000 y 85.000 euros que recibieron.

La sentencia, a a que tuvo acceso este periódico, indica que a lo largo de 2011 las víctimas -un matrimonio y la hermana del marido- entraron en contacto con Tobaja, quien les explicó que presidía una fundación llamada Luz del Mundo dedicada a la rehabilitación de presos y marginados. También contó que él mismo había estado preso en Puerto Rico, que había escrito un libro sobre su vida y que había recibido un cheque por una cantidad equivalente a 11,3 millones de euros por sus derechos de autor y por su participación en la explotación de una película basada en dicho libro.

Tobaja, que afirma haber sido ordenado sacerdote en Puerto Rico, tiene en Sevilla otra causa por otra presunta estafa con el mismo modus operandi.

Según la sentencia de Jerez, convenció a las víctimas para que viajasen a Sevilla, les enseñó un edificio de tres plantas donde tenía su sede la fundación, donde comprobaron la actividad que se  desarrollaba y les enseñó la fotocopia del cheque por los 11,3 millones de euros. Les presentó a otro señor del que dijo que era el vicepresidente de la fundación, que había ocupado antes un cargo en otra fundación de Cádiz y que era economista e ingeniero industrial.

Tobaja les convenció para que pidiesen un préstamo hipotecario por dos viviendas de su propiedad en Jerez y entregarle a él la cantidad que obtuvieran, con la promesa de devolver el importe en pocos meses, además de hacerse cargo de todos los gastos y abonarles la mitad del valor de tasación como retribución por su financiación. Esta oferta de retribución fue incrementada unos días después al total de los bienes que hipotecasen.

La sentencia absuelve al segundo acusado, el prestamista Santiago M.G., por falta de pruebas de que  actuase de acuerdo con Tobaja para beneficiarse de los préstamos hipotecarios ni que conociera el engaño desarrollado. Tampoco se pudo determinar qué cantidad exacta entregó al falso cura, ante las versiones contradictorias entre ambos.

También absuelve a Tobaja de una segunda estafa por los 8.000 euros que le prestó otro denunciante con la promesa de devolverlos una vez vendido su libro. En este caso “solo contamos con las versiones contradictorias de uno y otro además el afectado mencionó por primera vez este hecho, ocurrido en 2011, en octubre de 2016”, por lo que el delito estaría  prescrito.

Un "admirable filántropo" solvente, adinerado y abnegado 

Los jueces creen que Tobaja llevó a cabo un engaño suficiente pues “hizo creer a sus víctimas que era una persona muy adinerada y dedicada abnegadamente a una labor benefactora, al frente de una fundación con gran actividad y medios”, aunque “ocasionalmente tenía un problema de liquidez, de poca gravedad en comparación con su solvencia".

Aunque la historia que contaba sobre su prisión en Puerto Rico podía  generar dudas y el precio que iba a recibir por su libro era “totalmente desorbitado”, llevó a cabo una “puesta en escena de la fundación dedicada a labores humanitarias, con un edificio de tres plantas en plena actividad en Sevilla”, lo que  convenció a los denunciantes de que estaban ante una persona “en quien se podía confiar y que estaba entregado a la ayuda a los demás”.

“Desempeñó convincentemente su papel de admirable filántropo” y “supo estimular la ambición económica de las tres víctimas mediante la promesa de pagarles el valor de tasación de los bienes hipotecados por el mero hecho de mantenerlos en esa situación durante seis meses”.

Tobaja es condenado a seis años de prisión por un delito continuado de estafa agravada y una multa de 18 meses con cuota diaria de seis euros (3.240 euros)  y a la devolución de los bienes hipotecados a sus dueños. Además indemnizará en 6.000 euros a cada uno de los tres querellantes por el daño moral.

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