Campaña. Día 4

La ojana de Sánchez con Sevilla

Antonio Muñoz y Pedro Sánchez, el pasado sábado en Sevilla

Antonio Muñoz y Pedro Sánchez, el pasado sábado en Sevilla / J. M. (Sevilla)

Ea, ya pasó. Ya pasó. Antonio Muñoz ya no beberá más de cierto cáliz. Se fue el presidente del Gobierno. Por fin. Ningún candidato socialista quiere tenerlo a su vera, nunca a la verita suya. El tipo ha venido en el comienzo de campaña. Hay tiempo suficiente hasta el 28-M para que al personal se le olvide la foto del candidato con el jefe del Gobierno más desprestigiado de la democracia. ¡Menuda ojana nos regaló con lo de la charla sobre Sevilla en el Despacho Oval! Ay, Señor, lo que tuvo que pensar el alcalde al oír aquello en directo. Nos intentó colocar el crecepelo, la trampa para ratones y la enciclopedia de lomos dorados que queda la mar de bonita en la vitrina del salón. Sevilla, mentada en la Casa Blanca. Oh, presidente, qué cosa más bonita que no se puede aguantá. La cara de tontos que tenemos que tener los sevillanos para que alguien nos pretenda colocar semejante mensaje. Vamos, que Sánchez parecía en ese momento echarnos el brazo por el hombro a cada vecino de esta ciudad con un yo te voy a explicar dónde he estado hoy hablando de ti. Con la fama que tenemos de ombliguistas, el caso es que no tenemos tanto ombligo como para eso. Todavía no. Semejante paparruchá me recordó al que aseguró que en la Moncloa se habían interesado por unas elecciones al Consejo de Cofradías. ¿Estamos con las cabezas idas?Sevilla, por cierto, fue la única ciudad española que se cayó de la ruta de Obama cuando el presidente acortó el periplo por culpa de la muerte de varios policías. Hace tiempo que pintamos poco, salvo en los libros de Historia. Quizás por eso habría que potenciar y amarrar la apuesta americanista de las Reales Atarazanas. Y la próxima vez, presidente, consiga dar la rueda de prensa conjunta con Biden. Que la categoría máxima no la logró. Y nos quiso vender la ojana... a nosotros. Ya pasó, Antonio, ya pasó. Ea, ea.