La caja negra

Las predilectas de la Cruz y el ejemplo del Tiro

  • Las hijas de Sor Ángela continúan su labor en silencio por las calles de la ciudad silenciada. Santa Genoveva mira por la economía de sus hermanos en pleno estado de alarma. 

Hermanas de la Cruz en una parada de Tussam

Hermanas de la Cruz en una parada de Tussam / M. G. (Sevilla)

Las hermanas de la Cruz caminan en silencio por la ciudad silenciada. No hay estado de alarma que altere el cumplimiento de sus obligaciones. Andan o esperan el autobús, pero llegan al destino de igual modo. Los necesitados no entienden de limitaciones por decretos. Las monjas no necesitan certificados. Todo el mundo sabe a qué se dedican. Nunca quieren reconocimientos ni oropeles.

No hace muchos años les quisieron dar el título de Hijas Predilectas de la ciudad. “Llamó un señor muy amable de la Alcaldía, pero le dijimos que no, que muchas gracias”, nos confesó una vez una hermana en una conversación telefónica. La ciudad ya las tiene por predilectas hace muchísimos años, desde que se le concedió a la fundadora la calle en tiempos de la República. Y en Sevilla ya se tenía por santa a Sor Ángela, que para muchos sigue siendo Sor Ángela a secas. Ellas ya están donde hay necesidades sin esperar a que haya un presupuesto, un monitor que haga el diagnóstico y un plan de seguimiento. La caridad (que tantas veces se camufla de solidaridad) se demuestra arrimando el hombro. Unas veces dos, otras cuatro. Unas veces a pie, otras en un autobús urbano. Si a esta ciudad le quitaran el silencio de las hermanas de la Cruz, vanguardia de la mejor Iglesia de Sevilla, se armaría un gran ruido…

Si la Iglesia no estuviera presente por medio de tantas entidades, asociaciones y congregaciones allí donde no llega la Administración, se provocaría un tragedia. No lo duden. Pero algunos solo se preocupan de la titularidad de la Giralda o del pago del recibo del IBI, asuntos que como tantos otros han sido laminados a golpe de virus. Ocurre igualmente con asociaciones de la Iglesia en el Polígono Sur, donde el proyecto Fraternitas ha repartido 30.000 mascarillas, de las que las hermandades de vísperas han aportado nada menos que diez mil. Las cofradías del Viernes Santo están también muy implicadas en la causa, además de hermandades en particular como la del Buen Fin. En el reparto de la comida que nunca puede faltar se afanan los párrocos de la Oliva, Jaime Conde, y de Jesús Obrero, Andrés González.

Hermanas de la Cruz Hermanas de la Cruz

Hermanas de la Cruz / M. G. (Sevilla)

La Fundación Don Bosco está haciendo en sus talleres de formación unas cien mascarillas al día gracias a la donación de materiales de la empresa Iturri. Las mascarillas irán a entidades y profesionales del Polígono Sur. Y en el Tiro de Línea han dado un buen ejemplo. La cofradía, que tiene 5.000 hermanos, aplicará una moratoria del pago de la cuota correspondiente a este trimestre. No se emitirá el recibo. Ya se pagará esa cuota de forma prorrateada en los siguientes trimestres, si es que para entonces todo ha pasado. Se entiende que el dinero debe estar ahora en el bolsillo de los hermanos para atender las necesidades básicas. La junta de gobierno toma la medida “consciente del impacto social y económico que conlleva la situación de esta de alarma”.

Es una forma de dar un paso al frente y de no permanecer como si nada hubiera ocurrido, porque todos sabemos que el primer día sin estado de alarma comienza una tragedia que, de hecho, ya se percibe en muchos servicios sociales de la capital y la provincia. Quienes viven al día se agolpan ya en las ventanillas donde se reparten ayudas a falta de peonadas que firmar. “Que Dios nos de salud y fuerza para lo que viene”, comenta un cargo público andaluz.

La ministra se ríe

Los pescadores piden a los consumidores por las redes sociales que compren caballa fresca para evitar que se tire. Sí, se está tirando la caballa que tanto cuesta pescar estos días en que España está casi cerrada. Hay que comer más productos sanos y menos enlatados, dicen en la televisión. En la radio se difunden anuncios de un conocido restaurante de la calle Albareda como si nada hubiera pasado. La cuña publicitaria termina como una indicación casi hiriente. “¡Reserve su mesa!”. ¡Más quisieran algunos! Hay ciertas publicidades que son como los semáforos de una avenida cortada al tráfico: siguen funcionando sin nadie que los atienda. Ahora no hay más mesa que la de camilla hasta nuevo aviso de la autoridad competente… Y risueña. Porque la ministra de trabajo se ríe tela. No sabemos de qué. Se ríe al explicar varias veces distintos detalles de los ERTE y el número de parados. No hallamos la gracia por más que la buscamos en estos días tan necesitados de buen humor.

No es que Yolanda Díaz tenga que estar más seria que Arias Navarro, pero el Iván Redondo de turno podría explicarle algunas claves de la comunicación, sobre todo por aquello de no distorsionar el mensaje. Y el ministro de Seguridad Social, tres cuartos de lo mismo. No hay nada, absolutamente nada, que sea motivo de risa en estas mañanas de conteo de parados y muertos. Ni siquiera que los profesionales de la información pregunten siete veces lo mismo o incluyan como parados a los afectados por un ERTE. Señores ministros, no se rían, aunque sólo sea por decoro. Hay ministros de mañana como los hay de tarde. Hay ministros de turno por si hubiera que acompañar al Rey a alguna salida, al igual que se ha organizado el reparto del papel de ministro de pandemia. Cada día le toca a uno o a dos.

El Gobierno reparte las comparecencias. Hay que dar sensación de frenética actividad y de seguridad. El propio Fernando Simón, director general de Emergencias, comparece desde su casa al estar convaleciente. Nos estamos hartando de ver ministros encantados de que en la sala no haya un solo periodista, sino un alto cargo que lee las preguntas con tono de supertacañón. La calle está parada, pero en la televisión no para de aparecer gente que nos marea con cifras, curvas y predicciones. El exceso de información genera ruido. Ni un español sin pan ni una franja horaria sin su ministro de… pandemia. Ayer compareció en el turno de pandemia hasta el de Ciencia, esa olvidada por ser considerada la cenicienta durante tantos años. Hoy es Viernes de Dolores. Sólo lo anuncian los naranjos. Es el día del año que más viajeros registra Tussam en condiciones normales. Ha muerto el primer taxista por coronavirus, como esta semana murieron los primeros boticarios. Este año la Semana Santa va por dentro, como la procesión.