La ventana
Luis Carlos Peris
El Rey, en su rol de oasis
Salud
El Virus de la Inmunodeficiencia Felina es un virus específico de la especie y los gatos que viven con la enfermedad no pueden trasmitírsela a sus dueños. Se trata de una enfermedad importante, pero los gatos que la padecen pueden llegar a vivir durante muchos años con los cuidados adecuados.
Tal y como informa la web especializada Anicura, la principal vía de contagio para los gatos es a través de los mordiscos. La presencia del virus en la saliva de estos felinos es muy alta y un simple mordisco puede bastar para contraer la enfermedad. Los gatos también pueden contagiarse en espacios sociales compartidos con otros gatos mediante el acicalamiento o a través de bebederos y comederos comunes. Algunos gatos que nacen de hembras infectadas también pueden contraer la enfermedad y se desconoce si los parásitos hematófagos como las pulgas pueden diseminar la infección.
Por desgracia, para esta enfermedad a día de hoy no existe ni cura ni vacuna y el tratamiento se centra principalmente en el cuidado de las infecciones secundarias. A diferencia del VIH, existe una vacuna registrada en Estados Unidos para prevenir la infección del Virus de la Inmunodeficiencia Felina. Sin embargo, la vacuna no está aprobada en Europa debido a que los datos sobre su eficacia son limitados.
Anicura da una serie de consejos sobre cómo intentar evitar el contagio del Virus de Inmunodeficiencia Felina:
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