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CONSEJOS Conducción en hielo y nieve

Para hacer los movimientos, continúa, "con suavidad debemos prever qué vamos a necesitar hacer. Por ejemplo, si bajamos un puerto de montaña y vamos a llegar a una curva, tener la previsión de que en la curva deberemos ir más despacio será fundamental; así podremos anticipar nuestros movimientos, decelerar frenando o reduciendo con el cambio en la recta nos permitirá llegar a la curva "con los deberes hechos", a la velocidad a la que debemos negociar la curva. De esta manera, sólo tendremos que girar".

Por otra parte, "los neumáticos tienen una capacidad máxima de transmitir movimiento; si esa capacidad la empleamos sólo para uno de ellos, en este caso girar, aprovecharemos toda esa capacidad siendo más efectivo en el giro que si además de girar frenamos o aceleramos". Además, la distancia de seguridad ha de ser mayor que en un firme con agarre. Es muy habitual, explica Carlos Vecino, "que nos peguemos al vehículo que nos precede porque va muy despacio, si surgiera un imprevisto, no tendríamos tiempo ni espacio para reaccionar ya que no podríamos anticipar nuestros movimientos".

Hay que dejar también, concluye, "al menos el triple de la distancia de seguridad habitual nos dará margen suficiente para frenar o esquivar el peligro. La velocidad siempre moderada, rodamos sobre un firme muy cambiante, podemos estar circulando sobre nieve recién caída que tiene un relativo agarre y toparnos de repente con una placa de hielo y perder el control del vehículo. La previsión de que esto pueda pasar nos hará ir más despacio".

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