Diálogo. Ésa es la palabra que más han pronunciado en las últimas horas todas las partes después de que Colombia votara en contra del acuerdo de paz con las FARC el pasado domingo. Por tanto, el conflicto puede aún solucionarse si el Gobierno de Juan Manuel Santos y los contrarios al documento firmado con la guerrilla llegan a puntos de encuentro. Mostró ayer esa disposición el ex mandatario del país Álvaro Uribe, que celebró el triunfo del no en las urnas.

Uribe tendió la mano a su sucesor en el cargo, Santos, para tratar los cambios que considera deben hacerse al acuerdo de paz firmado con las FARC. "Si me toca pedirle una cita al presidente para decirle qué nos preocupa de los acuerdos, le pido esa cita", dijo Uribe, principal opositor al acuerdo de paz, en una entrevista con RCN Televisión. Agregó que no podría ir solo, sino que tendría que acudir "en grupo" con otros miembros de su partido, el Centro Democrático, y decirle: "Vea, presidente, respetuosamente nuestras preocupaciones son éstas". Uribe también reiteró que "se requiere que el Gobierno pueda decir claramente que hay voluntad de corregir".

El no, promovido por Uribe, se alzó con la victoria en el plebiscito sobre el acuerdo de paz con el 50,21% de los votos, frente al 49,78% del sí. "Por el bien de esta democracia, hay que preguntarle al presidente si hay la voluntad de corregir estos acuerdos, examinar con el Gobierno y saber hasta dónde está dispuesto", añadió Uribe. Acerca de la posibilidad de ir a La Habana, sede de los diálogos de paz, para tratar directamente con las FARC los cambios que considera oportunos en el acuerdo, negó que vaya a hacerlo porque "estaría usurpando competencias".

Tras el rechazo, el Centro Democrático nombró a tres delegados para dialogar con el Gobierno acerca de las modicaciones que consideran oportunos. Esos tres miembros son Óscar Iván Zuluaga, rival de Santos en las elecciones presidenciales de 2014, su compañero de fórmula para la Vicepresidencia, Carlos Holmes Trujillo, y el senador Iván Duque, una de las nuevas figuras del uribismo.

Igualmente, desde el Ejecutivo colombiano se lanza el mensaje de diálogo tras el varapalo en la consulta. Santos abrió una vía con la oposición uribista para encaminar la paz, al afirmar que recibió "con entusiasmo la designación de tres portavoces del Centro Democrático para sentarse a dialogar y llevar a feliz término el proceso de paz". Para hablar con los tres representantes de la oposición, el jefe de Estado designó al jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle; a la canciller, María Ángela Holguín, y al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Este último apuntó que "el presidente Santos nos pidió salvar este gran esfuerzo por la paz. Vamos a repasar los asuntos que desde ese sector político consideran necesarios para avanzar con el acuerdo de La Habana y también veremos las posibilidades de mejorarlo, para hacer de este un gran acuerdo nacional. Aquí queremos defender el interés nacional por encima de todo", agregó Villegas, quien hizo énfasis en que los plazos del diálogo con el uribismo no deben demorarse mucho tiempo.

Asimismo, las FARC reiteraron ayer que renunciarán a los fusiles y que su única "arma será la palabra". En un vídeo publicado en su cuenta de Twitter y firmado por la Comisión de Propaganda de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la guerrilla muestran esa voluntad de dejar las armas con una imagen en la que entierran entre flores un fusil.