50 años de 'Bohemian Rhapsody': la canción que cambió la historia del rock
El tema compuesto por Freddie Mercury revolucionó las normas del rock con su estructura operística y su innovador videoclip.
Este mes de noviembre se cumple medio siglo de la publicación de la legendaria canción Bohemian Rhapsody de Queen, considerada por muchos como una de las melodías más importantes de la historia del rock. Pero, ¿qué hay detrás de su origen y qué la convirtió en un éxito atemporal?
La canción formaba parte del álbum A Night at the Opera (1975). Con una duración de 5 minutos 55 segundos y con una sección operística incluida en su estructura, el tema rompió con las normas de la industria musical de su momento. Desde su lanzamiento llegó al puesto número uno en las listas del Reino Unido, donde permaneció durante nueve semanas.
El proceso creativo: tres canciones en una
La mayoría de la composición corrió a cargo de Freddie Mercury, quien la comenzó a escribir en su casa de Londres. En su despacho de la calle Holland (Kensington) —según relató el entonces manager de Queen, John Reid— Mercury componía al piano, con velas en la cabecera de la cama, y cuando quería tocar "se limitaba a estirar el brazo". El tema fue grabado en agosto de 1975 en los estudios Rockfield Studios, en Gales.
Según declaraciones de los miembros del grupo, se tardaron tres semanas en completar la grabación del tema. Durante ese tiempo, Mercury, el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor realizaron ensayos vocales continuos de 10 a 12 horas al día. La complejidad fue tal que se hicieron más de 178 o incluso 180 versiones de sobregrabaciones (overdubs) sólo de la parte coral/operística.
Uno de los aspectos más destacados de 'Bohemian Rhapsody' es precisamente su compleja estructura musical. La canción se divide en varias secciones estilísticas: una balada inicial, un solo de guitarra como puente, un extenso pasaje de ópera, una parte de hard rock y una conclusión suave. Esta mezcla de estilos era prácticamente inédita en el rock popular de la época.
La elección como single: una apuesta arriesgada
Cuando el álbum estuvo finalizado, elegir el single fue todo un dilema: con casi seis minutos de duración, Bohemian Rhapsody suponía un verdadero riesgo comercial. El manager John Reid mostró la canción a conocidos, entre ellos el músico Elton John, quien respondió: "Están locos". A pesar de las críticas, la banda mantuvo su decisión y el tema empezó a sonar en las radios, convirtiéndose en el éxito que todos conocen.
El videoclip que cambió el juego
La imposibilidad de interpretar la canción en directo al completo llevó a Queen a producir un videoclip. Fue dirigido por Bruce Gowers y grabado el 10 de noviembre de 1975 en el Elstree Studios de Londres. La producción fue rápida y económica: costó alrededor de 4.500 libras esterlinas, una cifra modesta incluso para la época, y se rodó en apenas cuatro horas.
Gowers utilizó una mezcla de efectos ópticos simples pero innovadores, aprovechando el juego de luces y los reflejos para crear una atmósfera misteriosa que combinaba con el tono de la canción. El icónico plano inicial, con los cuatro rostros de los miembros de Queen iluminados desde abajo, está inspirado en la portada del álbum Queen II (1974), fotografiada por Mick Rock.
El vídeo contribuyó decisivamente a proyectar a Mercury y al grupo a una fama global. Muchos historiadores de la música consideran este clip como el primer videoclip moderno, antecedente directo de lo que años más tarde sería la era de MTV.
Por qué sigue fascinando medio siglo después
La canción sigue funcionando porque combina estructuras poco convencionales para el pop/rock: no tiene un estribillo tradicional repetido, sino que avanza como una pequeña ópera rock: balada, solo, ópera, rock y coda final. Eso la hace inmune al paso del tiempo.
Además, la densidad de capas vocales y musicales —las más de 180 sobregrabaciones— le confieren una riqueza sonora que aún sorprende. Las tres voces principales del grupo (Mercury, May, Taylor) aparecen incluso en los pasajes operísticos, generando lo que un productor llamó “una muralla de sonido”.
Todo ello contribuye a que, más allá de su época, la canción siga siendo redescubierta y releída por nuevas generaciones.
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