ICÓNICA FEST

Bizarrap convierte la Plaza de España en una pista de baile con su concierto en Sevilla

Bizarrap en Icónica Fest / Antonio Pizarro

Las canciones de Bizarrap no tienen títulos. Tampoco hicieron falta a la hora de presentarlas durante la noche de ayer en el concierto que puso a bailar a toda la Plaza de España en Icónica Fest. En lugar de nombres, sus temas son sesiones y ayer ofreció una de las que hacen leyenda y que explica, sin necesidad de muchas palabras y justificaciones, por qué se ha convertido en el productor de oro con el que todas las estrellas quieren grabar una canción en su famoso estudio teñido con luces azules y verdes en Buenos Aires.

Más de 15.0000 personas se congregaron en el emblemático conjunto histórico de Aníbal González. Unas cifras que recuerdan a la multitud que llenó el enclave el pasado septiembre para presenciar el espectáculo de C. Tangana. Como el año pasado, los de Icónica han aprovechado el primer fin de semana de la cita para ofrecer uno de los platos fuertes de su programación. Con el sold out desde hace meses, como ocurrió con El Madrileño, la disparidad de edades entre el público fue llamativa. Grupos de jóvenes tarareando el Quédate durante la espera, parejas, niños, o turistas que han aprovechado su paso por la capital hispalense para presenciar el recital. Todo tipo de públicos cabían alrededor de la fuente.

Gonzalo Julián Conde, el protagonista de la fiesta, tiene sólo 24 años y un puñado de artistas a los que ha catapultado al éxito. Y se ha posado en el Olimpo de las reproducciones junto a los intérpretes que ya estaban en la cima.

Cuentan los que le conocen que su timidez fue el motivo principal por el que comenzó a llevar gafas de sol y gorra. Una suerte de escudos protectores que se han convertido en su seña de identidad. Ataviado con ambos accesorios se subió al escenario para hacer vibrar a un público que, antes de empezar, se preguntaba cómo sería el concierto sin los cantantes que dan voz a sus ritmos. La respuesta no tardó en llegar una vez empezó el show. El argentino fue hilando un tema tras otro (una sesión tras otra más bien) con destreza. Enlazando ritmos de trap, de electrónica, de reggaetón y de hip-hop. No se dejó ni uno de sus grandes hits sin tocar. Y eso que no cuenta con músicos sobre el escenario, ni con instrumentos, ni con vocalistas que entonen en directo.

El productor empezó sus primeras sesiones con un programa de mezclas amateur, un micrófono de baja calidad y la cámara del móvil de un amigo. No vendo trap -que no sonó- fue el primer tema que publicó en una plataforma musical con su inseparable amigo, el rapero Duki. Con el también protagonizó su última sesión el año pasado, la 50, en la que recuerdan sus inicios en las batallas de gallos, concretamente las de El Quinto Escalón. "Empezamos tocando para 30 personas y ahora te llenamos el estadio", dice la canción y así es. Así lo demostró ayer con muchos temas que interpretó.

Otro momento de la actuación de Bizarrap. Otro momento de la actuación de Bizarrap.

Otro momento de la actuación de Bizarrap. / Antonio Pizarro

No faltaron otros himnos mucho más conocidos con los que Sevilla se dejó la garganta y las rodillas bailando y dando saltos. Desde Nathy Peluso, canción con la que comenzó su concierto y su "Manda mensaje, dice que dice, pero después no hace ni mmm". Pasando por "Bombona, todos quieren contigo", que canta el también argentino Tiago PZK. Hasta apuntar "al horizonte con un rifle sin mirilla" que recita Residente en la sesión número 49.

Todos los estilos tienen cabida. El rap puro de Villano Antillano y su "si tú no puedes conmigo, mala mía" hasta el reggaetón made in Canarias de Ptazeta y su "cri-cri-criminal" con el que era inevitable no soltarse. Se nota que ésto lo hace para divertirse y hace partícipe a todos de ello. El de Buenos Aires apenas habla. Con la bandera de Andalucía como bufanda y un "buenas noches Sevilla", juega detrás de su mesa de mezclas. El productor hila las bases electrónicas con el hip-hop del cantante Arcángel para volver a Nathy Peluso de una manera tan sencilla que parece que cualquiera podría ponerse delante del aparato a controlar los volúmenes, los loops y los ecualizadores. Nada más lejos de la realidad. Tampoco necesita mucho decorado en el escenario. Algunos fogonazos de humo en los momentos álgidos y una gran pantalla a sus espaldas que baila con los colores de las luces.

El productor Bizarrap durante el concierto que ofreció en Plaza de España. El productor Bizarrap durante el concierto que ofreció en Plaza de España.

El productor Bizarrap durante el concierto que ofreció en Plaza de España. / Antonio Pizarro

Uno de los momentos estrella, como no podían ser de otro modo, llegaron de la mano de la sesión que Shakira dedica con destreza y sin despeinarse a Piqué, la número 53. Ni una persona en Plaza de España se quedó sin gritar eso de "las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan". Y que siga sonando fuerte en el resto de ciudades por las que todavía tiene que montar una fiesta el argentino.

El de Argentina acabó su recital, como no podía ser de otro modo, con Quédate. Aunque la canción no se llama así. El tema es la sesión 52 con el palmense Quevedo. La Plaza de España enloqueció cuando sonaron los primeros acordes. Móviles en alto y a vociferar el famosísimo estribillo. Y es que quien no haya oído la frase "Quédate que la noche sin ti duele", aunque sea por pura casualidad, no vive en la Tierra. El tema se ha alzado con el hito de ser el más escuchado del mundo en Spotify, con más de seis millones de reproducciones. Ayer la coreó Sevilla sin dudar. "Estoy lejos de mi casa, voy a estar de gira acá en Europa y me hacen sentir muy bien", finalizó el productor mientras se hacía una foto con un público que, sin duda, tenía ganas de más. 

A pesar del repaso por sus grandes éxitos, que son la mayoría, el ya bautizado como Rey Midas de la música dejó con ganas de más a todos los asistentes, que saciaron sus ganas de fiesta con los dj’s posteriores aunque fuera domingo. Y eso que el de Ramos Mejía sólo lo hace para divertirse.

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