Canciones para el último verano
Crítica cine. adverntureland
Comedia dramática, EEUU, 2008, 110 min. Dirección y guión: Greg Mottola. Fotografía: Terry Stacey. Música: Yo La Tengo. Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Ryan Reynolds, Martin Starr, Bill Hadern. Cines: Arcos
Como ya ocurriera con su anterior y magnífica Supersalidos, Adventureland, tercer largometraje de Greg Mottola (Daytrippers), corre el riesgo de caer en el mismo saco al que van a parar tantas películas mediocres para adolescentes con mucha hormona y poco seso. Nada sería más injusto. No sólo estamos ante una de las mejores comedias (románticas, generacionales) norteamericanas de la temporada, sino también ante una de esas cintas tocadas por la gracia que saben capturar la esencia, también la atmósfera, de una época, de la juventud, a través de una mirada cálida y cercana que borra estereotipos o, al menos, juega con ellos para llevarlos a un territorio realista y afectivo que, en cierta forma, nos recuerda el aire liviano y trágico de aquellas cintas sobre cuitas sentimentales de un Truffaut o un Rohmer.
Si en Supersalidos la impronta de Apatow marcaba el tono desaforado y gamberro de una noche loca de juerga y ganas de sexo que acababa en un entrañable canto a la amistad masculina antes de la separación y la vida universitaria, Adventureland se sitúa en una misma encrucijada para dibujar, ahora con menos voluntad satírica y un tempo más pausado, el proceso de educación sentimental de un elocuente joven amante de la literatura y la filosofía (Jesse Eisenberg), enamorado de su compañera de trabajo (Kristen Stewart) en el decadente parque de atracciones en el que pretende ganarse unos ahorros durante las vacaciones de verano.
Mottola traza un paisaje adolescente tocado por la sensibilidad romántica y construye personajes inteligentes (lo corroboran unos magníficos diálogos) que trascienden los clichés para alcanzar entidad propia en el reconocible paisaje suburbano de la clase media de unos postreros años 80 recreados desde una cierta nostalgia. Así, todo en esta Adventureland fluye suavemente bañado por unos tonos crepusculares y acompasado por canciones (David Bowie, Lou Reed, The Velvet Underground, The Cure o Crowded House) que envuelven y protegen a sus criaturas en su aprendizaje de la amistad y la decepción, en el ejercicio, puntuado por el humor y la tristeza, de despedida de una época irrepetible, esa de las punzadas y el dolor del primer amor verdadero, la del descubrimiento, en fin, de uno mismo en el espejo y el carrusel de la vida.
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