Polaco de nacimiento y criado en Estados Unidos, Paul Cesarczyk mostró anoche ser un guitarrista de enorme sensibilidad, atento siempre a la expresividad de los afectos y las emociones por encima de aspectos más vistosos. No busca el brillo del sonido por sí mismo, ni deslumbrar con rápidas y efectistas digitaciones, sino detenerse en el corazón de las músicas que aborda, sea ésta la renacentista de Reys (tocada a manera de compromiso entre lo histórico y lo actual), la romántica de Mertz (tocada con exquistez suprema en el fraseo), la neorromántica de García Abril (riqueza de portamentos muy ad hoc) o las propias versiones del folclore polaco.