La imaginería, la representación escultórica de temas religiosos, tuvo en la España del Siglo de Oro tal auge que se convirtió en la escuela más importante de Europa, desde donde irradió su fuerza a América. A través de la técnica más habitual, la talla de madera policromada, los más insignes artistas del XVII -como Juan Martínez Montañés, Pedro de Mena, Luisa Roldán o José Risueño- extremaron el realismo para conmover al espectador, siempre al servicio de la propagación de la fe.

En los últimos años el mercado internacional ha vuelto sus ojos hacia estas figuras y tanto las representaciones más dulces como las de mayor patetismo son objeto de deseo de los coleccionistas adinerados, sobre todo si vienen avaladas por informes técnicos, catalogaciones y un razonable estado de conservación. Las principales ferias de arte y antigüedades europeas así lo atestiguan, como Brafa (Bruselas), la cita que inaugura el año, o la más importante de todas, Tefaf (Maastricht), que se clausura este domingo. En todas ellas es frecuente encontrar piezas que originalmente pertenecieron a las iglesias, conventos y casas señoriales españolas y que ahora ponen a la venta en sus expositores las galerías de Londres, París o Bruselas por decenas y centenares de miles de euros. Si durante años las imágenes de la Contrarreforma, como el gesto convulso del Ecce Homo o la carne lacerada por la penitencia de María Magdalena y otros santos, provocaron el rechazo en la Europa protestante, en los últimos tiempos, y especialmente a partir de la exitosa muestra Lo sagrado hecho real. Pintura y escultura española 1600-1700 que comisarió Xavier Bray para la National Gallery de Londres y la National Gallery of Art de Washington, se puede afirmar sin exagerar que las imágenes de la Contrarreforma española son tendencia entre el coleccionismo más exigente.

Destacan obras de La Roldana, Pedro de Mena, Martínez Montañés o Gregorio Fernández Isbilya quiere celebrar una subasta anual en Madrid y abre una línea de negocio inmobiliaria

En Andalucía, la firma Isbilya que dirige José Muñoz lleva años moviendo estas piezas devocionales junto con sus más conocidos lotes de pintura antigua y decimonónica. Y para dar testimonio de la calidad de los fondos que atesora su red de clientes, la casa de subastas ha decidido inaugurar su flamante sede del barrio de Los Remedios con una exposición integrada por piezas privadas de toda España. La muestra, titulada La imagen religiosa y el triunfo de la madera y la piedra, se abre al público desde mañana en la impresionante nueva sede de Isbilya en el número 5 de la calle Virgen de la Antigua. Son 700 metros cuadrados y dos plantas orientadas no sólo al mercado del arte y las antigüedades, como venía desarrollando la firma durante sus cuatro subastas anuales en la sede de la Alfalfa (que cierra ahora), pues Isbilya ha abierto una rama inmobiliaria, dedicada a la venta de viviendas singulares y que sigue el modelo de diversificación de la oferta que están practicando las casas líderes, como Sotheby's.

"Con esta muestra queremos que el público general pueda admirar creaciones de los grandes maestros españoles del XVII y recordar que España se constituyó como nación en la Edad Moderna alrededor del hecho religioso", explica el director de Isbilya, José Muñoz, que también avanza que tiene previsto celebrar al menos una subasta anual en la delegación que la firma tiene en Madrid. Alrededor de 15 personas trabajan ya para Isbilya en Sevilla, Madrid y Ronda, la ciudad malagueña donde nació su director y donde tuvo su origen este proyecto que ha logrado dinamizar el coleccionismo andaluz al dar salida a piezas que han codiciado museos como el Nacional de Escultura de Valladolid o el del Greco en Toledo.

Además de admirar en la planta baja la muestra de esculturas, un proyecto muy curioso pues no es frecuente que se organicen exposiciones colectivas de fondos privados que quieren preservar el anonimato, en la planta superior el visitante podrá conocer algunos de los trabajos que saldrán a puja en la subasta de primavera de Isbilya, la primera en este local de Los Remedios. Entre esas obras destaca un bodegón del valenciano Tomás Yepes (h. 1600-1674) que cuenta con permiso de exportación para la UE y perteneció al antiguo virrey de México, el duque de Mancera. Sale a puja por 170.000 euros. Como siempre, la pintura sevillana del XIX sigue al alza y hay obras que sin duda se rematarán por un precio mayor, como el bodegón de Gustavo Bacarisas que se pone a la venta a partir de 6.000 euros y varios paisajes pintados por Manuel Barrón.

Volviendo a la planta baja, la exposición El triunfo de la madera y de la piedra arranca con relieves y esculturas de las escuelas castellanas del XVI para viajar al XVII e ilustrar el apogeo del arte religioso español con una miscelánea de obras, algunas firmadas por los grandes maestros, otras anónimas y otras atribuidas a algunos de los talleres más importantes de la Península. Como si accediera a un museo, el visitante encontrará trabajos de gran calidad de Gregorio Fernández (exponente de la Escuela de Valladolid) o de Pedro Alonso de los Ríos y Juan Alonso Villabrille (Escuela Madrileña). De Fernández, por ejemplo, descuella una Santa Faz en madera tallada, policromada y estofada que Isbilya pone en relación "con lienzos del mismo motivo iconográfico firmados por El Greco y Zurbarán". De Pedro Alonso de los Ríos sobresale un Ecce Homo donde el hijo de Francisco Alonso de los Ríos continúa el estilo de su maestro, Gregorio Fernández.

El conjunto más completo de la muestra, como no podía ser de otro modo, lo integran tallas de las diferentes escuelas andaluzas, en especial la sevillana y la granadina. De la Escuela Sevillana destacan dos magníficos ángeles turiferarios de Luisa Roldán, muy cercanos a los que podemos admirar en el Hospital de la Caridad, y varias tallas policromadas de Juan Martínez Montañés, como una elegante Virgen de la Leche y un Niño Jesús, modelo muy frecuente en la producción del artista.

La Escuela Granadina está representada con piezas de Pablo de Rojas, los Hermanos García, José de Mora, José Risueño y del maestro Pedro de Mena, de quien puede verse un Niño Jesús Dormido, tumbado sobre un almohadón, que pudo formar parte de un conjunto en el que la Virgen rezase delante de él, y también una espléndida Inmaculada inspirada en los modelos creados por su maestro, Alonso Cano.

Y más allá de este paseo por los temas del pecado, la penitencia y la redención, merece la pena detenerse también ante algunas imágenes no religiosas que confirman el grado de refinamiento y excelencia en la ejecución que lograron las escuelas coloniales, como ocurre con dos retratos en relieve del siglo XVII y Escuela de Quito que representan a los hermanos Pizarro, Gonzalo y Francisco, los conquistadores del Perú.

"Hemos hecho un cambio muy fuerte, al cambiar la Alfalfa por Los Remedios, pero sé que todos salimos ganando con el cambio: nosotros porque la logística de los transportes es más sencilla en la calle Virgen de la Antigua que en el centro, y los clientes, porque las instalaciones son mucho más amplias y adaptadas, y permitirán exponer los lotes con mayor holgura. Creo que en España apenas hay galerías de estas dimensiones y como local de subastas estamos entre los más punteros. Isbilya está en un momento de crecimiento, queremos organizar exposiciones esporádicas pero sin desatender nuestro compromiso con las licitaciones y con el mercado del arte español. Esta exposición de escultura religiosa es nuestra tarjeta de presentación para demostrar a nuestros clientes que seguimos siendo su casa de referencia en Andalucía", concluye José Muñoz.