Cultura

"Espero que el 'New York Times' nos haga algo"

  • La muestra 'Aguilera 3 Generaciones' se inaugura hoy en la galería Queensborough de Nueva York · Antes pasó por Ayamonte y el convento de Santa Inés de Sevilla

La Habana es Cádiz con más negritos, Nueva York es Ayamonte con más atunes. Los que pintó Sorolla cuando vivió en la ciudad fronteriza en 1919 e inmortalizó en el cuadro que está en la Hispanic Society. Esa ruta artística es como el cuaderno de bitácora de una delegación artística. El día que se conmemoran los veinte años de la clausura de la Expo, tres pintores de Ayamonte van a descubrir América. Aguilera 3 Generations es el nombre de la muestra que se inaugura en la galería Queensborough. Cuadros de Rafael Aguilera (1903-1998), Florencio Aguilera (1947) y Chencho Aguilera (1975). Abuelo. Padre. Hijo.

92 cuadros de esta fértil familia ayamontina que simbolizan el alarde colombino. La exposición se inauguró en Ayamonte el 28 de julio de 2011, el mismo día que Zapatero anunciaba el adelanto de las elecciones generales. Después en Sevilla, convento de Santa Inés, que abrió sus puertas el 8 de marzo, día que empezó la campaña electoral de las andaluzas. Votantes de Obama y de Romney se pasarán por la galería neoyorquina a ver una obra que estará en Nueva York hasta el 12 de enero y coincidirá con los comicios de la Casa Blanca.

Florencio Aguilera ya ha expuesto en otras ciudades americanas: Buenos Aires, Miami, Chicago. "Cuando expuse en Chicago, aproveché para acercarme a Nueva York y subí a las Torres Gemelas". Al exponente de la generación intermedia, le hace mucha ilusión esta aventura por los otros dos sumandos de la muestra.

Su padre, Rafael Aguilera, trabajaba en la fábrica de conservas de Manuel Feu que dio cobijo a Sorolla cuando aparece por Ayamonte en 1919. "El primer cuadro que mi padre le enseñó a Sorolla está en el catálogo. Le habría hecho mucha ilusión ir a Nueva York. Vienen su obra y su alma conmigo", dice Florencio. "Para Chencho es importantísima esta oportunidad; él se va a quedar a vivir en Nueva York".

Exponen en una galería que después tiene programadas antológicas de arte africano y de Andy Warhol. En una ciudad que recientemente visitó Mariano Rajoy con la bienvenida envenenada de unas fotos de miseria española. "El comisario de la marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, es admirador de mi obra", dice Florencio Aguilera. "Yo espero que nos hagan algo en el New York Times, que no sólo salga de España en el exterior Otegi o el alcalde de Marinaleda".

Inicialmente la exposición iba a ser individual, pero cuando el galerista supo del proyecto generacional que Florencio iba a llevar con obra de su padre y de su hijo a Ayamonte, Sevilla y Madrid -se inaugurará en 2014- quiso sumarse a este circuito familiar lleno de sorpresas. "La obra de mi padre va a causar admiración. Empezó a pintar en serio con más de ochenta años". Inaugura cuando se recuerda el final de la Expo de Sevilla y la muerte de su padre le cogió en la Expo de Lisboa, participando en una muestra pictórica en el pabellón de España.

De Estados Unidos, de Michigan, le llegó el primer cheque millonario por uno de sus cuadros. "Estaba exponiendo en Colonia". Se lleva un bloc de apuntes y un libro de Saramago que compró en un quiosco del Algarve. "Escribe Saramago que te dejes llevar por el niño que fuiste. Yo hago ahora todo lo que quise hacer de niño: pintar, oír música. Cuando venía Carlos Cano a mi estudio me decía que allí estaba mi universo: mis nacimientos, el patio de la Jabonería, el cuarto de Goya".

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