Pedro Sierra | Crítica

Un lujo a su alcance

Pedro Sierra presentó su nueva obra en Sevilla.

Pedro Sierra presentó su nueva obra en Sevilla. / Grupo Joly

Un espectáculo muy enérgico, con abundancia de estilos festeros. Incluso los más graves, como soleá o seguiriya, también se ofrecieron de una manera contundente, con abundancia de rasgueados. Este recurso técnico, junto a los ligados y el uso del pulgar, son los elementos característicos del toque flamenco y en ellos este tocaor catalán asentado en Sevilla no tiene rival. Pero además sabe también ser sutil, íntimo, como en algunos pasajes de la soleá, de enorme sabor trianero.

Es un tocaor contundente pero también tiene gusto por la minucia melódica, por el fraseo suave. No obstante, son los picados frenéticos y los contratiempos su lugar natural. Siempre da una nota más, una nueva sorpresa rítmica. Porque puede, porque tiene un dominio absoluto de su instrumento y está en una forma extraordinaria. Por eso Llanto de la guitarra es una obra maestra, como lo fue su anterior espectáculo.

El joven Petete ofreció alguna intervención de mérito y Diego Villegas convirtió la bambera en una auténtico duelo melódico y rítmico. Por cierto que Sierra comentó que es la primera vez que se hace un toque solista por bamberas y yo no soy quién para contradecirlo. La Tobala puso su voz oscura, plena de armónicos, al servicio de los estilos festeros haciendo verdaderas creaciones por seguiriyas o cantiñas.

Pedro Sierra es uno de los tocaores más completos y versátiles del panorama actual, un maestro en el toque para el baile, para el cante y solista. Es un lujo cercano, familiar, a nuestro alcance.

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