Sevilla se reencuentra con su huella fenicia en el Museo Arqueológico
Tesoro del carambolo El original puede verse hasta el 10 de enero en la Plaza de América
La exposición 'El Carambolo. 50 años de un tesoro' acerca al gran público los avances científicos sobre el yacimiento de Camas · La muestra es también un homenaje al investigador Juan de Mata Carriazo
El que fue un tesoro "digno del rey Argantonio", el mítico monarca tartesso, según sostuvo en 1958 el profesor Carriazo, ha resultado ser el ajuar del sacerdote de un santuario fenicio dedicado al dios Baal y la diosa Astarté. Entre ambas interpretaciones y teorías median 50 años de investigación que han colocado a la Universidad Hispalense y al Museo Arqueológico de Sevilla en el centro del debate sobre Tartessos y el papel de las culturas orientales en la protohistoria peninsular. Hoy, los estudios sobre lo que significa el tesoro del Carambolo están más vivos que nunca. Y esa riqueza del saber, más allá de la opulencia de las 21 piezas de oro que datan del año 600 a.C., es la que palpita en la muestra inaugurada ayer.
El Carambolo. 50 años de un tesoro devolverá hasta su clausura, el 10 de enero de 2010, el esplendor y los visitantes que se merece al que es, según declaraba el jueves a este medio el profesor de Prehistoria de la Hispalense Fernando Amores, "el museo arqueológico más rico de España y el gran museo de este país porque sigue creciendo de manera exponencial", pese a que su reforma integral continúa siendo una de las grandes asignaturas pendientes de Sevilla. Amores es, junto al también profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología José Luis Escacena, el comisario de esta muestra que ocupa la remozada sala de exposiciones temporales en el pabellón diseñado por Aníbal González para la Exposición Universal de 1929.
Los dos comisarios subrayaron ayer, en la presentación del evento, el carácter de doble tributo que éste tiene. "Nuestra intención ha sido homenajear a Juan de Mata Carriazo, quien vinculó el hallazgo a la Universidad de Sevilla, donde impartió su magisterio, tanto como celebrar la aventura del conocimiento científico. Porque para que las cosas cambien y el saber avance, hay que mojarse, arriesgar y celebrar las propias contradicciones tanto como los hallazgos", defendió Amores.
Ese afán de "achicar la distancia entre el conocimiento erudito que disfrutamos en la Universidad y lo que conoce la sociedad" es el eje de esta exposición "pedagógica, espectacular y atractiva" que hace partícipe a Sevilla de todo lo que los arqueólogos saben ahora del Carambolo. Por ello, subrayó Amores, en lugar de un catálogo erudito se ha concebido una guía didáctica para el disfrute de toda la sociedad.
Patrocinada por la Consejería de Cultura, la Universidad de Sevilla, el Ayuntamiento y la Fundación Cajasol, en esta muestra brilla con luz propia el tesoro original, que en los últimos 30 años sólo ha podido verse en cuatro ocasiones. Como advirtió la consejera de Cultura, Rosa Torres, "más allá de la pureza del oro con la que está hecho, el valor incalculable del tesoro del Carambolo tiene que ver con que es una pieza clave para dibujar nuestro pasado". Y ese pasado no es inmóvil: está sujeto a interpretaciones y nuevos enfoques. Por eso, rubricó Torres, "esta muestra va a cambiar la idea que el público tiene de Tartessos y de cuanto sucedió en la Península Ibérica entre los siglos VIII y VI antes de nuestra era".
"El Tesoro impresiona. Posee algo mágico, más allá de los secretos que esconde. Tiene una energía y una belleza como sólo irradian las obras de arte", señaló por su parte el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. El regidor centró su intervención en el destino de las joyas, que "no pueden volver a guardarse en una caja fuerte. Ha llegado el momento de que el tesoro sea disfrutado el mayor tiempo posible por los ciudadanos".
Por su parte, el rector de la Universidad de Sevilla, Joaquín Luque, se refirió al simposio internacional que esta institución acogió en octubre de 2008, donde se actualizó el conocimiento sobre el tesoro y se estableció que estaría vinculado al origen fenicio de Sevilla. Todo un cambio de paradigma científico que puede conocerse a través de esta exposición, "la de mayor calado y proyección social entre todas las iniciativas que han conmemorado el cincuenta aniversario del descubrimiento del Tesoro del Carambolo", según la definió el presidente de Cajasol, Antonio Pulido.
Además de las joyas originales, la muestra incluye dos copias de las mismas y diverso material del profesor Juan de Mata Carriazo, quien exhumó los restos arqueológicos en las excavaciones de 1958. Además, se incluyen los más destacados hallazgos, pasados y recientes, así como paneles de texto, recreaciones topográficas, arquitectónicas y de rituales, junto con piezas procedentes de otros yacimientos y conservadas en museos de Madrid, Cádiz, Huelva, Jaén, Alicante, Badajoz y de varias ciudades portuguesas.
El interés por la cita, a cuya inauguración acudió el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, reunió en el Arqueológico a numerosas personalidades de la política y la cultura, como Enriqueta Vila, Carmen Hermosín, Magdalena Álvarez, Carmen Romero, Manuel del Valle o los herederos de Mata Carriazo y del orfebre Fernando Marmolejo, autor de la primera réplica del Tesoro, que también se exhibe.
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