Crítica de Cine

Stanislavski en el caserón

No contenta con revisitar los lugares comunes de siempre, del caserón ruinoso y encantado a las apariciones-susto en los espejos, de los crímenes que regresan y se repiten al runrún constante de la banda sonora, esta co-producción de terror hispano-argentina-uruguaya recupera a la siempre siniestra Belén Rueda como una improbable profesora de interpretación cuyas poco ortodoxas prácticas pedagógicas harían palidecer al mismísimo Stanislavski pasado de alucinógenos.

Bajo su tutela, dos aspirantes a grandes actrices dramáticas, interpretadas por unas sufrientes Eva de Dominici y Natalia de Molina, experimentarán en su propia piel las consecuencias del insomnio como método para extraer la verdad y conseguir el máximo realismo en su oficio, rocambolesco pretexto que Gustavo Hernández estira y retuerce sin límite ni medida para desplegar mundos paralelos entre un caprichoso pasado siniestro, un presente estancado e ininteligible y un escaso vuelo metafórico sobre la sublimación del arte que hacen de esta No dormirás un producto pretencioso y efectista que se toma siempre más en serio de lo que sus materiales de serie B aconsejan.

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