Noches de la Maestranza

Vanesa Martín voló sobre la Maestranza

  • La cantante volvió a demostrar que Sevilla es una de sus ciudades fetiche, ofreciendo en las Noches de la Maestranza un concierto lleno de sorpresas

Concierto de Vanesa Martín en la Maestranza / Juan Carlos Vázquez

Cuando Vanesa Martín asegura que se deja siempre la piel en el escenario no está faltando a la verdad ni en una sola letra de la frase. Así lo demostró anoche en el coso sevillano, con todo su aforo vendido desde hace tiempo, durante el concierto del ciclo de Noches de la Maestranza, ofreciéndonos casi una treintena de canciones con las que la artista apostó por un directo de fondo. No tengo corazón suficiente para agradeceros lo que me hacéis sentir cada vez que me presento a cantar ante vosotros, nos dijo, visiblemente emocionada, cuando apenas llevaba un par de canciones. Os considero mi casa, mi refugio, mi sueño, mi horizonte, mi deseo; sois mi familia.

Teniendo de base las que conforman su último disco, Siete veces sí, incluyendo algunas canciones de su nueva reedición, repasó toda su extensa discografía, en la que no faltaron arrolladoras interpretaciones de Complicidad o 9 días, que provocó que el público le estuviese haciendo la ola durante una cantidad respetable de tiempo, hasta ponerle a la noche con …y vuelo un brillante broche de oro. Cojo aire y vuelo, cantaba Vanesa, y nuestros pensamientos le respondían, como si fuese esta una canción de llamada y respuesta, con otro de sus versos, pidiéndole volver, volver, pronto.

Pero hasta llegar ahí, la noche nos dejó algunas sorpresas, llegando la primera de ella nada más salir al escenario para arrancar la velada directamente con Inventas, la canción en la que Vanesa intenta comprender a todas las mujeres que habitan en ella, como anunciaba en el título su disco de hace cuatro años. Y fue una sorpresa porque la chica lleva toda la gira comenzando sus conciertos sin el abrigo de sus músicos, lanzando a capela con su pasional voz las notas de No te pude retener. La razón del cambio la comprendimos más tarde, cuando después de interpretar Si pudiera, con su alma fuera del cuerpo, llegó el tramo de las canciones que habitualmente regala a su público en forma acústica, Y yo latiendo, con sus aires de rumba; La fiesta del tutú y una maravillosa Que no, con ella al piano, a solas con Alba Haro, la celista de la banda, admirables las dos en su simplicidad e inspiración, a las que sumó esta noche aquella No te pude retener, acompañada por Mi hermano y yo, el dúo que forman Jaime y Marcos, hijos de José Manuel Soto.

Vanesa Martín y Joaquín Calderón Vanesa Martín y Joaquín Calderón

Vanesa Martín y Joaquín Calderón / Juan Carlos Vázquez

Anda sobrada Vanesa de presencia escénica, pero además quedaba resaltada por el acompañamiento de una gran banda que le brindó infinitas posibilidades, capaz de ascender con ella desde la altura de tus ojos, en la canción de ese título, desde la serena turbación de su comienzo hasta la emoción exultante que van alcanzando poco a poco las guitarras de Joaquín Calderón, además pleno de feeling cuando fue la voz solista en La escalada, y Omar Alcaide, totalmente rocker en el solo de Hábito de ti; el bajo de Daniel Arjona, la batería de Andrés Tomás Rodríguez y la percusión de Francis Martín; el violoncelo de Alba y el piano de Alberto Miras, que ha logrado un magnífico equilibrio de arreglos homogeneizando los dos medleys que hicieron para no dejar atrás canciones importantes que los fans echarían de menos si no las revisitase: Polvo de mariposas, Cuestión de piel y Arráncame, enlazadas por un lado y Hábito de ti, Sintiéndonos y Frenar enero, por otro. Unas estrofas de Aún no te has ido, después, sirvieron de puente para llegar al final del set con Déjame a mí.

De las composiciones más nuevas, todavía inéditas en discos, venía ya dejando en conciertos anteriores Imán, pero es que aquí, en otra de las sorpresas de la noche, al inicio de los bises además estrenó en primicia ¿Quién lo diría?, el single que lanzará dentro de poco. Infecciones contagiosas de energía pop y melodías nos transmitió en la pareja de ases de canciones del disco más reciente, Todo cambia y Llega el momento, para ir desde ahí hacia atrás en el tiempo. De amar, de llorar, de reír; tiempo que no para, sino que pasa. En un suspiro pasó anoche en la Maestranza. Vanesa, sin escatimar ni una pulgada de su privilegiada voz, en evidente estado de felicidad compartida, puso en escena, durante casi dos horas y cuarto, una tan considerable dosis de sensibilidad, que hasta en el grito de Polvo de mariposas se mantuvo sin romperse… y luego voló.

Vanesa Martín Vanesa Martín

Vanesa Martín / Juan Carlos Vázquez

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