Vila-Matas saca a la luz su 'Dietario voluble'

Enrique Vila-Matas considera que su nuevo libro, Dietario voluble, presentado ayer, es lo contrario a un "striptease". "Yo estoy muy escondido dentro del texto y de quien hablo es de los otros", dice el autor a propósito de su nuevo lanzamiento, fruto de las anotaciones en su cuaderno de notas personal. Publicada por Anagrama, la obra es un paseo por la peripecia vital del escritor entre diciembre de 2005 y abril de 2008, a partir de los artículos que escribe cada domingo para la edición catalana del diario El País.

Pero también ha incluido nuevos fragmentos de su dietario, que dejan, por tanto, de ser inéditos, y notas para completar esta edición. "Siempre es divertido volver sobre lo escrito, aunque suponga un esfuerzo", dice. Aunque reconoce que no lo buscaba de forma deliberada, se trata de un relato "muy legible", tal como lo pudo comprobar hace unas semanas en México, por los comentarios que suscitaba en sus lectores.

No es un libro de artículos, advierte, sino "un diario donde funciona más que nunca la fórmula en la que se borran las fronteras entre la ficción, el ensayo y la biografía" y en el que se puede percibir, según el autor de Bartleby y compañía o París no se acaba nunca, "la arquitectura interna" de su obra. Otra de las características de su última propuesta es que el paisaje cambia continuamente. "Comento el mundo -asevera el autor- con una estructura interminable, inacabable".

Vila-Matas empezó a llevar un dietario en 1963, cuando contaba con 14 años. Este tipo de escritura, entiende el escritor, es la prueba "irrefutable" de que uno es distinto conforme va avanzando el tiempo. En este momento, según afirma, no sabe qué decir sobre sí mismo porque no se conoce, aunque dio algunas pistas: "Mi biografía es lo que he escrito", dice, y aclara también que siempre ha tratado de "decir la verdad". Desde Cervantes a Kafka, insiste el autor de Doctor Pasavento y El mal de Montano, ha habido escritores que "han utilizado la ficción para decir la verdad".

Respecto a la grave enfermedad que sufrió hace más de un año, indica: "Me aprovecho de todo, y le he sacado el máximo partido, incluso me he permitido cambiar de vida, abrir horizontes en mi escritura, serenarme". Implicado en una nueva novela, de la que no quiere avanzar ni un ápice, Vila-Matas dice que ahora tiene pendiente ver la película El viaje vertical, basada en su novela homónima, que ha dirigido Ona Planas, con Jeannine Mestre y Fermí Reixach (que se parece, dice el escritor, a su abuelo materno) como protagonistas.