Se acabó el pastel

El pastel de boda. Comedia, Francia, 2009, 100 min. Dirección y guión: Denys Granier-Deferre. Fotografía: Aurelien Devaux. Música: Olivier Bernet. Intérpretes: Jérémie Renier, Clémence Poésy, Danielle Darrieux, Jean-Pierre Marielle, Aurore Clément, Julie Depardieu.

Como en la vida misma, las bodas, banquetes y funerales cinematográficos se acaban pareciendo demasiado unos a otros. Aún así, podemos recordar un puñado de títulos recientes que han hecho del "hasta que la muerte os separe" o del "descanse en paz" todo un ejercicio de sensatez, humor cáustico o buen gusto coral a través de variantes de eso que los teóricos sesudos llaman "el cronotopo del banquete distópico", a saber, ese marco narrativo delimitado que sirve, a la postre, para sacar a flote las miserias humanas o los problemas de familia cuando de lo que se trata es, precisamente, de celebrar la armonía y la felicidad. Pienso en Un día de boda, del gran Robert Altman, en Cuatro bodas y un funeral, de Mike Newell, en El banquete de boda, de Ang Lee, en La boda de Muriel, de P.J. Hogan, en Celebración, de Thomas Vinterberg, en Un funeral de muerte, de Frank Oz, o en la más reciente y agridulce La boda de Rachel, de Jonathan Demme.

El pastel de boda, cinta francesa dirigida por el hijo del artesano Pierre Granier-Deferre, repite esquema y variaciones pero sin posibilidad alguna de ocupar un lugar de privilegio dentro del subgénero. Las suyas son unas imágenes planas y televisivas y el suyo un guión muy primitivo y elemental para un nuevo enredo interfamiliar en el que afloran viejas rencillas, viejos amores secretos, chistes malos de cuñados y suegras y otros tópicos habituales con una falta de gracejo y, sobre todo, de ritmo que echan por tierra cualquier atisbo de identificación o diversión. Da un poco de pena, la verdad, ver por aquí, en horas muy bajas y con personajes de tercera, a dos grandísimas actrices del cine francés como Danielle Darrieux y Aurore Clement.