El camino brillante de Álvaro Prados

Artes Escénicas / Cine

El intérprete andaluz representa en Madrid este fin de semana junto a Antonio L. Pedraza 'Yo quiero ser Nomi Malone', y protagoniza junto a Silvia Tortosa el cortometraje 'El purgatorio'

Álvaro Prados, junto a Silvia Tortosa en una escena de ‘El purgatorio’, de David Baquero.
Álvaro Prados, junto a Silvia Tortosa en una escena de ‘El purgatorio’, de David Baquero. / Maru Serrano

El holandés Paul Verhoeven venía encadenando unos cuantos éxitos en Hollywood, Robocop, Desafío total y especialmente Instinto Básico, cuando estrenó en 1995 Showgirls, la historia de una bailarina que se abría paso en la jungla luminosa y turbadora de Las Vegas, otro proyecto que estaba destinado a convertirse en un fenómeno y con el que se quería lanzar la carrera de Elizabeth Berkley, conocida hasta entonces por la serie Salvados por la campana, del mismo modo que se había disparado al estrellato a Sharon Stone con la película anterior de Verhoeven. Pero el espíritu kitsch de la propuesta, el peculiar humor que gastaban el realizador y su guionista Joe Eszterhas, chocaron contra el muro del buen gusto y el largometraje tuvo un recibimiento entre la incomprensión y la burla, aunque con el tiempo sería reivindicado como una obra de culto.

Ahora, el sevillano Álvaro Prados y el cordobés Antonio L. Pedraza parten de esa película para Yo quiero ser Nomi Malone, una pieza que representan el viernes y el sábado en el Teatro Pradillo de Madrid y con la que reflexionan sobre el tema del fracaso "y cómo éste influye en la formación de la identidad de las personas, cómo te condiciona la experiencia vital según el grupo social al que pertenezcas", señala Prados, que interpreta, escribe y dirige junto a Pedraza este montaje que, entre otras cuestiones, se pregunta "por qué después de la mala acogida de este proyecto el director se redimió y ganó premios con otra película [Elle] y Elizabeth Berkley apenas volvió a trabajar, cuando, si te fijas, todo lo que hace ella en la película, con mejor o peor resultado, es muy difícil técnicamente".

Con Antonio L. Pedraza en una imagen de ‘Yo quiero ser Nomi Malone’.
Con Antonio L. Pedraza en una imagen de ‘Yo quiero ser Nomi Malone’. / Marie Delgado

Prados es noticia estos días también por otro motivo: El purgatorio, que protagoniza junto a la veterana Silvia Tortosa, está nominado en la categoría de mejor cortometraje en los Premios Asecan. Una historia que dirige David Baquero, seleccionada en festivales como el Cortodino de Nápoles y el Outfest de Santo Domingo, en la República Dominicana, y en la que confluyen, en un tanatorio, dos soledades: la de Pepa, una mujer con terror a envejecer, y Pablo, que arregla cadáveres y se comunica mejor con ellos que con los vivos que tiene a su alrededor. "El corto habla de temas que me interesan mucho, y espero lo mismo que con Yo quiero ser Nomi Malone, que pueda verse pronto en Sevilla", apunta el intérprete sobre una producción que rodaron "antes del confinamiento de 2020. Yo estaba nervioso porque había hecho poquito audiovisual y era la primera vez que tenía un protagonista, además porque soy admirador de Silvia y eso me imponía, pero en cuanto nos conocimos y leímos el guión juntos, con el director, me calmé. Silvia es muy profesional, muy seria, muy tranquila, y propició que todo fuera muy sencillo. A mí me cuesta verme en pantalla, pero estoy muy contento con cómo ha quedado este trabajo", celebra Prados, licenciado en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla y en Arts du Spectacle por la Universidad de Artois (Arrás, Francia), responsable de dos espectáculos que interpretó en solitario, El camino brillante y #Autotune, y autor también del poemario De carne y plástico.

Además, Hans: The cosmic dancer, el proyecto en el que trabaja Prados actualmente, fue seleccionado para la última edición de Magalia, un encuentro organizado por la Red de Teatros Alternativos que se desarrolla en Las Navas del Marqués, en Ávila, y en el que coinciden creadores de toda España. En esa cita pudo avanzar junto a Victoria Aime y Adrián Díaz en una propuesta en la que llevaba dos años investigando y en la que se inspira en Hans Christian Andersen. "Me interesan mucho los cuentos, el folclore, porque las estructuras de las historias que conocemos ya están recogidas ahí", analiza el sevillano, para quien Andersen "es el primer autor que toma toda esta narración oral pero la hace suya, el primero que crea personajes originales, que tiene un estilo literario propio. A mí su universo me interesaba mucho porque habla del sacrificio, del esfuerzo, de temas que igual están hoy pasados de moda, y además hay una lectura que no se ha hecho de Andersen: que él era bisexual. Parece ser que no tuvo nunca relaciones, pero sí enamoramientos. Hay cartas de amor, diarios que han aparecido, y ante esos fragmentos sus cuentos adquieren otros matices. Sus personajes no encajan en el molde, intentan cambiar el statu quo en el que viven, y la mayoría de las veces no lo consiguen. Hoy se habla mucho de ser uno mismo, de liberarse, pero la realidad es que cuando uno toma ciertas decisiones se encuentra baches en el camino, porque la sociedad no está preparada, y de eso no se habla tanto".

Caracterizado como el detective Arturo G. Holmes, con el que estará en Navidad en Sala Cero.
Caracterizado como el detective Arturo G. Holmes, con el que estará en Navidad en Sala Cero. / Rafa Núñez

Asimismo, Prados se meterá de nuevo en la piel de Arturo G. Holmes, "un descendiente muy torpe de Sherlock que no se entera de nada", en El secuestro de los reyes magos, una obra para público infantil de La Madeja Teatro, escrita por Borja de Diego y dirigida por José Chía, que se programa durante la Navidad en la Sala Cero. "Yo había trabajado con adolescentes, pero no con niños, y estoy acostumbrado a actuar con interrupciones, con preguntas, aunque tras El collar de la duquesa de Malva [la anterior propuesta de Holmes] ahora sabemos dónde debemos dar espacio al chascarrillo y dónde no, para que avance la obra".

Después, en enero, el actor se pondrá de nuevo a las órdenes de Elena Bolaños, con BricAbrac Teatro y Recursos Educativos, para la gira de Cyrano de Bergerac. Definitivamente, Prados parece haber hecho de aquel título de una obra suya, El camino brillante, una hoja de ruta para su carrera.

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