Música

'Así canta nuestra tierra en Navidad': un territorio fértil en buenos sentimientos

Laura Gallego, fotografiada al comienzo del espectáculo ‘Así canta nuestra tierra en Navidad’.

Laura Gallego, fotografiada al comienzo del espectáculo ‘Así canta nuestra tierra en Navidad’. / Antonio Pizarro

El músico Manuel Marvizón tiene asociada la Navidad a un recuerdo, cuando desembalaba junto a su abuelo las figuras del Belén. Lo escribió en uno de sus villancicos, Una manera de amar: "Mi abuelo me decía: En la cara del Niño se refleja el cariño de la Virgen María". No faltó esa composición en Así canta nuestra tierra en Navidad, el concierto que todos los años programa la Fundación Cajasol dentro de la oferta de Los gozos de diciembre, este año en el Teatro Maestranza, un espectáculo que dirigía el propio Marvizón y en el que Laura Gallego ejercía de radiante maestra de ceremonias. Una fiesta en la que la cantante estuvo rodeada de amigos, "que además de amigos son artistas increíbles", una nómina que incluyó, entre otros, a José Manuel Soto, Pedro el Granaíno, los Cantores de Híspalis y Carlos Álvarez.

La intención, tal como resaltaron los Cantores de Híspalis, era "comprobar que el espíritu navideño de esta tierra es más fuerte que en ningún sitio". El público que agotó las entradas lo suscribía: hoy más que nunca –la noche arrancaba en el camino que lleva a Belén– uno quiere que reine la paz. Y ahí estaba la música, todo un despliegue, al servicio de los buenos sentimientos, recordando con la belleza de las partituras que estas fiestas quieren ser un tiempo de esperanza. Lo proclamaba Laura Gallego: "El niño que somos, el que llevamos dentro, sonríe ilusionadísimo al paso de los Reyes Magos. Si no pueden disfrutar por el motivo que sea esta Navidad, háganlo por los niños: por los que tienen alrededor, por el que tienen dentro", pidió la intérprete, que exhibió su potencia vocal y un desparpajo con el que se ganó al auditorio. "Se me lengua la traba", bromeó tras equivocarse con una frase. "Soy Barbie Navidad, tengo muchos vestidos", dijo después de cambiar el traje rojo del primer tramo por un conjunto níveo, como esa blanca navidad que invocaba con su garganta.

La Banda Sinfónica Municipal, dirigida por Francisco Javier Gutiérrez Juan, el coro de voces blancas del colegio Entreolivos, el Coro Entreángeles, la Coral Polifónica Virgen de la Hiniesta y la Escuela de Cante de la Fundación Alalá plasmaron cómo canta nuestra tierra en Navidad: con el corazón en la mano y algún ser querido en la memoria. "En estas fechas siempre nos acordamos de la gente que nos falta", señaló José Manuel Soto, antes de destacar la contribución de un músico que "cantó como nadie las cosas de Sevilla", Pascual González, fallecido en febrero de 2022, y del que se recuperaban algunos villancicos en el programa. La presencia de cantantes salidas de la cantera de Alalá tenía un potente simbolismo: la recaudación del concierto iba destinada a esta fundación que ayuda a niños y niñas de barrios desfavorecidos a conseguir un futuro mejor a través de la música y el arte.

Para Cantores de Híspalis, el espíritu navideño “es más fuerte en esta tierra”

El fantasma de la guerra volvió a asomar en el repertorio con una versión muy andaluza de Carol of the bells, que compuso Mykola Leontovych, "un músico de Ucrania, aunque hoy ese villancico nos suene tan estadounidense", contó Gallego, que encadenó actuaciones con otros cantantes prodigiosos: el tenor Héctor Sandoval y los barítonos David Lagares y Carlos Álvarez. Ante la compañía de este último, la gaditana no ocultó su nerviosismo y confesó estar al borde de "caer desmayada": antes de compartir escenario con el malagueño, desgranó su impresionante currículum y los premios que avalan su trayectoria, pero matizó que Álvarez era "reconocido tanto por su voz como por su gran corazón".

Porque Así canta nuestra tierra en Navidad venía a ser un recordatorio de la bondad que aún albergamos. Cuando todos los participantes de la noche salieron a despedirse y entonaron el Adeste fideles más de un espectador volvió en su pensamiento a la infancia, a esos días primeros en que rescataba con algún familiar las piezas del belén, y la esperanza era aún la única forma posible de habitar el mundo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios