Los caminos de la mar

El ancho ancho mar

Capitán Swing publica 'El ancho ancho mar' del historiador norteamericano Hampton Sides, una narración histórico-periodística del último viaje del capitán Cook, emprendido en julio de 1776, y cuyo final, para el célebre explorador y navegante británico, se hallará en las playas de Hawai, el 14 de febrero de 1779

La Resolution y la Adventure, comandadas por Cook, en la bahía de Matavai. William Hodges. 1776.
La Resolution y la Adventure, comandadas por Cook, en la bahía de Matavai. William Hodges. 1776. / R
Manuel Gregorio González

21 de diciembre 2025 - 06:00

La ficha

El ancho ancho mar. Hampton Sides. Trad. Amado Diéguez. Capitán Swing. Madrid, 2025. 488 págs. 26 €

En 1776 el capitán Cook emprende su tercera y última expedición, al mando de las embarcaciones Resolution y Adventure, con el objetivo de buscar un paso al norte de Alaska, siguiendo las recientes expediciones españolas de Heceta y Mourelle, que procurara una salida al pacífico desde el Atlántico. Antes Cook había buscado infructuosamente un continente austral, en la extremadura sur del globo, largamente conjeturado, pero sobre el que el navegante había expresado sus dudas. En este tercer viaje, la misión encomendada pretendía abrir, esquivando el predominio español en ambos océanos, el Atlántico y el Pacífico, una ruta comercial que comunicara con facilidad las islas británicas con Asia. Como es sabido, el resultado de la expedición fue adverso en su exploración septentrional y trágico en sus resultados humanos. El capitán Cook encontró la muerte el 14 de febrero de 1779, en la isla mayor de Hawai, a manos de sus pobladores autóctonos. Magallanes, dos siglos y medio antes, había encontrado la muerte de forma similar en las playas de Mactán, en el archipiélago filipino. Bouganville, que también conoció las hostilidades nativas en las islas Salomon, tuvo mejor suerte.

Tahití, la “Nueva Citera”, implicará la ensoñación europea de un paraíso sensual, todavía vigente en Gauguín

De hecho, será Bougainville quien recupere o extienda, tras sus exploraciones recogidas en los Viajes alrededor del mundo (1771), cierta visión arcádica de la Polinesia, que afectará notablemente a la tripulación de Cook, como Sides recoge en esta detenida narración de su viaje último. La descripción de Tahití, la “Nueva Citera”, implicará la ensoñación europea de un paraíso sensual, todavía vigente en Gauguín, pero que al contacto con su expedición conocería también las enfermedades venéreas. Un paraíso, por otra parte, que desde las utopías de Moro, Campanella y Bacon, se transformará en las islas fabuladas por Defoe y Swift, o en las imaginaciones edénicas de Diderot y Voltaire, y donde se alude a cierta pureza genuina, no degradada por la civilización, que encontramos ya en Montaigne y que Cook repetirá con conocimiento de causa. Esta misma visión ambivalente, civilización/naturaleza, sabiduría/pureza, es la que Defoe formaliza con su célebre náufrago (uno de sus probables modelos reales fue el capitán sevillano Pedro Serrano, quien sobrevivió en un bancal del Caribe a comienzos del XVI) y cuyas repercusiones culturales son las mismas que sustancian el debate colonialista actual y dan pie, en cierto modo, a esta obra del historiador y periodista norteamericano Hampton Sides.

Al cabo, lo que se recoge en esta obra de Sides es una visión amplia y matizada del siglo XVIII, donde a los hallazgos y las exploraciones europeas (la cura del escorbuto que Cook aplica, revelada por el escocés Lind en 1753, repetía el tratamiento con cítricos establecido por el médico español Pedro García Farfán en 1579, en su Tratado breve de anatomía y cirugía, y conocido desde el siglo anterior por navegantes portugueses y españoles), se unen los hechos y las consecuencias adversas de tales viajes. El modo cruel y despótico con el que Cook, en ocasiones, trató a las tribus que le dieron acogida, no es sino reflejo de cierta superioridad -espiritual, técnica, racial, etc.-, de la que se supo imbuido el orbe ilustrado; lo cual es fácilmente comprobable en Buffon y el elucidario de las razas y las naciones que ofrece en su Espíritu. Es esta “infancia” de los pueblos, por otra parte, próxima al “estado de naturaleza” (una de las cuestiones capitales de la Ilustración), la que propicia una visión tutelar sobre las tribus visitadas y la que instigará, de algún modo, el fin cruento de Cook en la orilla hawaiana. En todo caso, y, quizá debido a esta atención preferente de Sides a la textura cultural en la que se desenvolvieron Cook y otros expedicionarios europeos, en El ancho ancho mar pasa casi desapercibido un hecho determinante, cual es la guerra de la Independencia de las colonias británicas, declarada en 1775, donde participarían, de modo decisivo, España y Francia, como aliados de la futura república. No parece menor, en tal sentido, que la misión de Cook sea buscar un paso muy al norte, por encima tanto de las posesiones británicas en litigio, como de sus adversarios franceses y españoles. Lo cual quedaría de manifiesto en la intervención del propio Bougainville como combatiente por mar en dicho conflicto. Es, pues, en esta situación de hostilidades cruzadas, que implicaban a la totalidad de América y al ámbito de dos océanos, donde cabe inscribir estas largas y meritorias navegaciones del capitán Cook, cuyo servicio a la corona era expresión, en no poca medida, de su probidad científica.

stats