Crítica de Teatro-Danza

El dilema de para qué ser artista

Yo antes era mejor

Mes de Danza. Alberto Cortés / Braverío. Idea, dirección y dramaturgia: Alberto Cortés. Bailaoras: María del Mar Suárez y Mariché López. Intérpretes: Omar Janaan y Alberto Cortés. Percusión y espacio sonoro: David Ojeda. Coreografía: María del Mar Suárez, Mariché López y A. Cortés. Lugar: Teatro de la Maestranza (Sala Manuel García). Fecha: Lunes, 31 de octubre. Aforo: Poco más de media entrada.

Cuando un Estado no tiene nada que celebrar, sus artistas se miran a sí mismos (lo dice Peter Brook) y hace falta mucho talento para expresar algo más que la propia confusión.

Como otros muchos, el malagueño Alberto Cortés se centra en la figura del artista en Yo antes era mejor, una pieza en la que lleva dos años trabajando. Un artista maldito y sin futuro -rata lo llama- encarnado aquí en dos bailaoras que se exhiben ante un público que anoche estuvo constituido en su mayor parte por bailarines y gente del sector.

Sin entrar en el debate de la endogamia y de la falta de público para la danza (que no estaría mal empezar a plantear), Cortés desaprovecha la oportunidad de darle carne y vida a un discurso -justísimo, nadie lo niega- que en lugar de defender con su fuerza y su frescura las dos bailaoras en primera persona, lo plantean en plan conceptual los dos intérpretes, que colonizan el escenario para hablar de ellas como si lo hicieran en la barra de un bar, negando cualquier posibilidad real de comunicación y mucho menos de emoción. Y si lo que se plantean es provocar, mal momento han elegido. Sin recordar la política o la situación de Oriente Medio, ayer llegamos al teatro con 30.000 evacuados en Italia. Y San Benito sin casa.

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