Tres gatos en un fin del mundo
El Lope acoge mañana el estreno absoluto de 'En el oscuro corazón del bosque', una obra 'chejoviana' de Alonso de Santos sobre las emociones y las relaciones humanasl 'En el oscuro corazón del bosque'. Mañana (21:00), el sábado (19:00 y 22:00) y el domingo (20:00), en el Lope de Vega. Entradas de 4 a 21 euros.
En el oscuro corazón del bosque, una obra escrita por José Luis Alonso de Santos, montada por el Teatro Calderón de Valladolid y programada por el Lope de Vega mañana y durante el resto del fin de semana, constituirá el primer estreno absoluto que se podrá ver en este escenario, una semana después del estreno nacional de la versión de Calígula de Albert Camus que puso en escena L'Om-Imprebís.
El dramaturgo vallisoletano, que ya estrenó en Sevilla el año pasado La cena de los generales, regresa con un texto muy distinto, con el que ha tratado de "alejarse un poco de los humanos" para "verlos mejor", y en el que más que el humor, un filtro habitual en el autor de Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas o Salvajes, está presenta la emoción, que es, apuntó, "nuestro caldo de cultivo esencial, guste o no".
El resultado, dice Ignacio García, director de la obra, es un texto "maravilloso", que "abre una puerta al oscuro corazón de muchos bosques" con un "aroma chejoviano". Unos gatos -interpretados por Héctor Colomé, Beatriz Bergamín y Claudio Sierra de manera "simbolista"- rapasan momentos de su vida en una casa de campo justo cuando en ésta sus humanos habitantes se disponen a demolerla y ya los encargados de vaciarla (Roberto Pérez e Itxaso González) hacen su trabajo. Ante este "derrumbe", que es también "el final de un mundo", cada uno de ellos (cada uno de los gatos) adoptará una actitud distinta, aunque todas serán "violentas" y "llegarán al corazón" de los espectadores, explica García.
Muchas lecturas de Marco Aurelio y no menos composiciones de Mozart, dice Alonso, indujeron en él un estado de ánimo que le empujó hace "cuatro, cinco años", con el cambio de siglo aún reciente y sin saber muy bien por qué, a escrutar las profundidades de los sentimientos y "el misterio de la vida". "La obra tiene un punto de estoicismo. Como en el caso de Marco Aurelio, el pensamiento filosófico casi siempre nace de la soledad, y mientras tanto otros se divierten. Hay quien se la plantea filosóficamente y a quien le basta con vivirla", dice el dramaturgo, que quiso que estos "dos planos" estuvieran enfrentados en la obra, "la más rara" de las 30 estrenadas de este creador que ya no se siente tentado por el realismo como en sus comienzos. "A lo mejor -añade- yo mismo me siento como un gato ante un mundo que se derrumba; que es normal que se derrumbe. En cualquier caso, siempre que algo acaba, algo empieza".
Se derrumba una casa, un mundo y también el amor. En el oscuro corazón del bosque cuenta también dos historias de amor que no se entrelazan pero están relacionadas entre sí. "Para nosotros [los autores teatrales] todo es al final una metáfora: una cocinera, un piano... En este caso, los gatos putean a los débiles y a veces se besan y luego se arañan...", dice Alonso de Santos, que se ríe: "Pues como las personas, ¿verdad?".
Beatriz Bergamín, que anteriormente ha trabajado en varias ocasiones con el autor vallisoletano, siente que de alguna manera su participación en este montaje "cierra un círculo". "Es un texto mágico, profundo y al mismo tiempo muy directo. A mí, como gata, me ha permitido explorar impulsos, intuiciones", afirma la actriz. Colomé, el otro gato del montaje, define como "mágico e irreal" el mundo en que ocurre todo, un mundo, como escribe Alonso de Santos, que es también "barroco y decadente".
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