EL PERRO FIEL | CRÍTICA DE TEATRO

El grito 'trágico' de Huelva

Julio Fraga conquistó al público con su monólogo andaluz

Julio Fraga conquistó al público con su monólogo andaluz / Antonio López de Ahumada

En la historia del Teatro Andaluz Julio Fraga tiene un capítulo propio. Alrededor de 30 obras dirigidas entre las que destacan su ópera prima con la Cía La Imperdible, Marcado por el típex, tres espectáculos para el extinto CAT de la que sobresale El rey de Algeciras. Y en los últimos años: Julia. Un viaje teatrástico para Teatro Clásico de Sevilla o los dos montajes para Avanti Teatro, El profeta loco y El encuentro. Una carrera, por tanto, que lo convierte en uno de los creadores de la dramaturgia de nuestra comunidad. También ha probado con el cine, en el que ha obtenido el reconocimiento de su película Seis y medio y, hasta ahora, la última, el largometraje documental sobre la violencia de género: SinLaVenia.

Hacía 14 años que no se subía a un escenario. Y ha elegido su trigésimo aniversario en la profesión para obsequiarnos con un anti-monólogo de la comedia que, sin embargo, hizo desternillarse al público que asistió a la Sala Cero completando el aforo.

La propuesta de Julio Fraga, con la dirección cuidada, medida y muy acertada de Verónica Rodríguez, entronca, desde el humor, con los grandes poetas de nuestra tierra y con la figura de Pericón de Cádiz que creara José Luis Ortiz Nuevo y Fernando Quiñones.

El protagonista de El perro fiel es un trágico nacido en Huelva, provincia a la que Fraga retrata con gracia y acerada crítica a través de los palos del flamenco y de la que salta al resto de Andalucía creando una fotografía que, al que suscribe, le pareció una maravillosa forma de empoderamiento de una tierra que tiene un enorme futuro.

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