Arte

Juan del Junco, el hombre en el paisaje

  • El artista inaugura 'Conceptual Andalusia', una exposición en la Sala Atín Aya en la que la ornitología y la naturaleza le permiten explorar sus emociones y recorrer su autobiografía

Juan del Junco, fotografiado el pasado jueves junto a su obra ‘2 manos y 10 plumas’.

Juan del Junco, fotografiado el pasado jueves junto a su obra ‘2 manos y 10 plumas’. / Lolo Vasco

El término filopatría define la costumbre que tienen algunas especies animales de volver al territorio en el que nacieron, el ritual por el que algunas aves regresan para reproducirse o construir sus nidos en ese espacio que fue relevante en sus vidas. A Juan del Junco (Jerez, 1972) le emociona ese término y todo lo que implica, por la profunda conexión que tiene con los pájaros y porque él mismo está emprendiendo, con la exposición que inaugura en la Sala Atín Aya, en Sevilla, un retorno simbólico a una ciudad en la que vivió durante casi un cuarto de siglo y con la que se reencuentra ahora con una alegría desprovista de rencores.

Conceptual Andalusia [o el esfuerzo sin fin por entender mi condición filopátrica], que permanecerá abierta hasta el 10 de septiembre, muestra algunos de los proyectos en los que este artista que se expresa mediante la fotografía ha trabajado en la última década. Un conjunto de obras en las que el autor se acerca a la ornitología y reivindica su condición de diletante y amateur que observa fascinado los prodigios que reserva la naturaleza.

En la muestra, Del Junco cruza, sirviéndose principalmente de la fotografía analógica, las referencias a su memoria sentimental –esos libros únicos que informaban de diferentes tipos de aves con fabulosas ilustraciones, que pertenecían a la biblioteca de su padre y que dejaron una huella indeleble en la sensibilidad de aquel niño– con el homenaje a movimientos de los años 60 y 70 como el minimal, el land art o el arte conceptual, por los que un creador que asegura que sólo trabaja con "asuntos que me fascinen o que me atañen" manifiesta su debilidad.

“Me considero un diletante, en el buen sentido. Alguien que busca el deleite”

El jerezano, que actualmente reside en Málaga, en cuya Universidad ejerce como profesor, dedica la primera sala de la muestra a la autobiografía. Aparecen esos volúmenes sobre ornitología que avivaban su imaginación. Una serie de imágenes en las que conviven unas manos y diez plumas hablan de ese hombre que dialoga con los pájaros y a menudo se siente más adaptado entre ellos que junto a sus iguales. En otra propuesta, Del Junco camina por los barrios más ricos de Málaga buscando mirlos, y en esos paseos cae en la cuenta de su "situación precaria y nómada", confiesa.

En esa estancia destaca una pieza que el artista ha concebido expresamente para Sevilla: Un recorrido por los monumentos del parque, Sevilla, una obra que se ha editado en una publicación y que esconde un tributo en su título, inspirado en Un recorrido por los monumentos de Passaic, Nueva Jersey, de Robert Smithson. Con sus imágenes, Del Junco recrea el itinerario que hacía de adolescente desde el Instituto Murillo, entonces ubicado en la Avenida de la Palmera, a su casa en la Avenida de la Borbolla. "Todo lo que trato aquí está vinculado con la oscuridad: un parque remite al deseo, a un arbusto en el que te escondes, tiene un componente sexual fuerte", plantea sobre una serie en la que también hay un guiño a "esa imagen pintoresca que tiene que ver con lo oriental" con la que Sevilla acostumbra a mostrarse al mundo "y que llama la atención vista desde fuera".

Unas imágenes de la serie dedicada al Parque de María Luisa. Unas imágenes de la serie dedicada al Parque de María Luisa.

Unas imágenes de la serie dedicada al Parque de María Luisa. / Juan del Junco

La segunda sala gira alrededor de la idea de libro. Muchos de los trabajos del autor toman la apariencia de una maqueta que será mandada a imprenta, sea o no realmente éste su destino, o de un fuelle desplegable al modo del Every Building on The Sunset Strip de Edward Ruscha. La edad le ha permitido a Del Junco abordar sus emociones sin miedo, como en la obra Invierno, mar y fango, en la que se describe inmerso en el lodo por una depresión. "Salir a ver pájaros era el modo de dejar ese fango", reconoce. También, en estas piezas, hay una mirada abiertamente política, una defensa de los idealistas en un tiempo marcado por el pragmatismo y el desencanto.

En Buscando oropéndolas obsesivamente persigue el rastro de "un pájaro amarillo, que se escucha pero que no se ve, y del que dicen que da buena suerte. Es algo que me hace pensar en la utopía. Realmente yo no estoy buscando un pájaro, yo me estoy buscando a mí. Yo uso la etología de los pájaros para entender mi propia etología", declara un artista que se resiste a darse importancia. "Me considero un diletante, en el buen sentido. La palabra se ha tratado de forma peyorativa, alude a alguien que no acaba las cosas, que no se centra, pero a mí me gusta entenderlo como alguien que se deleita, su significado original... Yo escribo pero no soy escritor, hago fotos pero no soy fotógrafo, y me siento cómodo con el término amateur, cuya raíz es la misma que la de amor".

Otros apuntes políticos de Conceptual Andalusia se aprecian en obras como Européens en vol, en la que se precisa la cifra de españoles que tuvieron que emigrar por culpa de la crisis del ladrillo en 2008, o en Expolio, una intervención que hizo Del Junco en el Jardín Botánico de Bogotá, "que lleva el nombre de alguien de Cádiz, Celestino Mutis". A la manera de los insectos que devoran las hojas, el artista hizo "boquetes" con un perforador de papel para proponer "una alegoría de lo que hemos hecho los europeos en América: llegar, expoliar e irnos. Cuando estuve en Colombia me di cuenta de que mi historia como español me desagradaba", explica.

“Me interesa mucho la utopía. Cuando yo busco un pájaro, también me busco a mí mismo”

La tercera y última sala analiza "el paisaje como territorio compartido". Paisajes que, frente a las vastas extensiones que suele retratar el arte, aquí son perspectivas reducidas, rincones casi íntimos, que invitan a esa trascendencia que encuentra Del Junco en sus caminatas. "Tú puedes subir una montaña buscando un águila, pero al llegar a la cumbre te darás cuenta de que alrededor hay otras montañas, otros desafíos. Esa búsqueda no es más que un símbolo de lo que nos ocurre en lo personal y en lo profesional".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios