Hace ya ocho meses de la explosión en Afganistán en la que el fotógrafo jerezano Emilio Morenatti perdió un pie. Desde entonces ha seguido un largo proceso de rehabilitación en un hospital militar de Washington, pero ya advirtió de que su intención era volver a trabajar lo antes posible y así ha sido.

Aunque está dispuesto a marcharse "donde me mande" la agencia AP, en la que trabaja, para su vuelta a la actividad laboral ha elegido algo tan diametralmente opuesta a un conflicto bélico como es la Semana Santa. Ha estado fotografiando procesiones en Sevilla y también en Jerez, algo que le apetecía muchísimo "porque, curiosamente, en Jerez no había hecho casi nada de Semana Santa".

Además, su mujer Marta Ramoneda, que también es fotógrafa y trabaja para la agencia Polaris, no conocía esta fiesta, "así que tenía ganas de enseñársela". El resultado de este reencuentro el Viernes Santo son las fotografías que ilustran estas dos páginas.

"Lo primero que hice tras mi regreso -explica- fue el traslado de una Virgen en Vejer, luego cubrimos la Semana Santa de Sevilla desde el Domingo de Ramos y el Viernes Santo estuvimos en Jerez".

Básicamente se planteó este primer trabajo después del accidente "como un entrenamiento, ya que me ha servido para ver en qué estado me encuentro y la calidad de las fotos. Al principio me sentía un poco sorprendido, porque la verdad es que he realizado un trabajo de rehabilitación bastante duro y luego lo he notado, me ha servido y estoy también disfrutándolo. He vuelto disfrutándolo".

Ahora se marcha a trabajar a Barcelona, donde piensan instalarse, "pero voy a salir a cualquier situación para la que se me requiera, ya sea un conflicto o cualquier cosa que la AP me diga".

Recientemente, la National Press Photographers Assotiation de Estados Unidos lo ha nombrado fotógrafo del año y se siente tan sobrepasado por la larga lista de galardones acumulada durante los últimos tiempos que "con todos mis respetos, pienso que basta ya. Yo lo que quiero es centrarme en mi fotografía, aunque no por eso he dejado de disfrutar este reconocimiento, que ha sido genial y bastante sonado. Me ha sorprendido y me siento muy orgulloso. Además, esto también me da ánimos para regresar".

Su propuesta a Diario de Jerez para mostrar estas imágenes surge de que "yo tengo una visión muy espléndida de la fotografía. Quiero que se vean, que es mi vuelta al trabajo. Además, hacerlo con mi mujer, que me ha ayudado tantísimo en mi recuperación. He vuelto aquí y como era Semana Santa, me he dicho que esta era la mía para volver a coger la cámara".

Trabajar junto a su mujer lo califica como "una experiencia muy positiva, ya que yo he aprendido mucho de Marta y ella mucho de mí. Hemos decidido que el trabajo no sea algo que nos separe, sino que nos una. Es proponérselo. Incluso cuando no trabajamos hacemos fotos para nosotros. Es una vocación muy enfermiza".

A Marta Ramoneda le ha sorprendido que "aquí la Semana Santa se vive con una intensidad como en ninguna otra parte, al menos de donde yo vengo, esta mezcla de religión y folklore con la gente tan arreglada... Ha sido muy agradecido trabajar en esta fiesta, especialmente en Jerez". Asegura que "prácticamente todo lo que se de fotografía lo he aprendido de Emilio y a la hora de editar también nos ayudamos mutuamente".

Tras el accidente de Afganistán, Marta no logró encontrarse con su marido hasta que lo trasladaron a Dubai. "No pude llegar a Kandahar -explica-, así que nos encontramos al día siguiente de que lo hirieran. Estuve con él la mayor parte del tiempo en Baltimore y luego en Washington, pero también comencé a volver a mi trabajo cuando Emilio empezó a poder moverse mejor y a ser más independiente. Al principio tenía unos dolores muy fuertes pero cuando mejoró volví al trabajo: me fui a Pakistán un par de veces y luego estuve en Barcelona organizando la logística, porque nos vamos a vivir allí. He estado con él la mayor parte del tiempo, pero he podido empezar a hacer mis historias".

A pesar de todo, reconoce que "lo he vivido como algo muy positivo en el sentido de que él siempre ha tenido mucha fuerza para seguir adelante. Evidentemente, cuando ocurre algo así es muy importante tener alguien al lado, tanto para él como para mí. Además, ha demostrado tener una fuerza de voluntad tremenda. Es una persona muy positiva que ama su profesión y ese ha sido uno de los motores para recuperarse tan rápido. Normalmente la gente tarda más y yo creo que ha sido por eso, porque además de que ya era deportista antes y estaba en muy buena forma, se propuso volver a la fotografía, sabía qué necesitaba para volver a la fotografía y ha trabajado para eso todos los días incansablemente, yendo al gimnasio horas y horas. Yo le he ayudado en todo lo que he podido, pero ha dado una lección de fuerza de voluntad tremenda a todo el mundo. También ha estado atendido por buenísimos profesionales y él ha intentado aprovecharse de eso y salir cuanto antes del hospital para volver a hacer fotos, que es lo que quiere".