Marlena y la fiesta de los corazones rotos
El dúo compuesto por Ana Legazpi y Carolina Moyano presentarán este viernes, 13 de diciembre, su trabajo 'Entre cuatro paredes y una verdad' en la sala Custom
María Peláe: "Si suelto lo que suelto... imagínate lo que me callo"
"Si me enamoro de ti, cariño, voy a hacer una canción y si me has roto el corazón... te hago un disco". Estas contundentes declaraciones fueron pronunciadas por la cantante Ana Legazpi durante un concierto de Marlena –nombre del dúo que comparte con su inseparable Carolina Moyano– el año pasado. Lo cierto es que la cantante no mentía. El resultado de esta advertencia se llama Entre cuatro paredes y una verdad. Un puñado de canciones –catorce– que abordan las fases de un duelo. La honestidad más pura del que tiene el corazón hecho pedazos. Confesiones que saben a dolor, a lágrimas y al afán por sacudirse en cada verso toda la rabia contenida. Pero también contienen el destello del que sale adelante ante el inesperado revés, con las penas esfumándose por las grietas de la vida. Todo ello sobre una base pop que invita, como indica Moyano a este periódico, a "bailar llorando o llorar bailando". El grupo montará una fiesta -porque eso es lo que mejor saben hacer cuando se enfrentan al directo- alrededor del desamor este viernes, 13 de diciembre, en la sala Custom.
También han confirmado su presencia en la edición 2025 del festival sevillano Interestelar. Y es que se han convertido en una de las formaciones más reclamadas del país. Hazaña que han conseguido sin perder su esencia y sin imposturas. Con una carrera de fondo en la que ambas consideran que "se ha ido redescubriendo". Sin tirar la toalla, a base de ensayo y error. Un inicio que se remonta a 2017, año en el que las madrileñas se conocieron mientras cursaban Administración y Dirección de Empresas y Arquitectura.
Una carrera de fondo
Lo que definen como "el poco a poco que cualquier artista debería hacer" se traduce en haber pasado por la edición italiana de Factor X y después por la española bajo el nombre de W Caps, donde ganaron cierta popularidad a golpe de versiones de otros artistas. El punto de inflexión llegó en 2020. Con la pandemia hicieron la transmutación a Marlena y "empezamos a componer". Este no fue un paso minúsculo. "Era algo que no veíamos, pero en un primer mal de amores que tuve, salió Sociedad Limitada", recuerda Legazpi y añade que después vinieron grandes éxitos como Me sabe mal, Gitana y bailamorena que formaron parte de su primer álbum 1000 Primeras Veces.
Quizás uno de los ingredientes de la popularidad que han ganado se deba a que todas las canciones se han confeccionado, según Legazpi, "de forma natural y sincera". "He contado las movidas mentales que pasaban por mi cabeza", reflexiona la intérprete, a lo que añade Moyano otro factor crucial: "Nuestras letras pueden ser tristes, pero en los conciertos te das cuenta de que estás disfrutando dándolo todo".
Así llegaron a Entre cuatro paredes y una verdad, que aunque sea su segundo trabajo, lo tratan como su ópera prima. "El primer álbum fue recopilatorio de una serie de canciones que habíamos ido sacando desde Me sabe mal y este Entre cuatro paredes y una verdad sí que consideramos que es como el disco con un hilo conductor", señala Moyano quien valora que "no sabíamos que estábamos haciendo un disco, sino que han sido las frases de un duelo por las que ha ido pasando Ana y se han ido escribiendo canciones". De hecho, ambas lo definen como "un manual de supervivencia contra la ruptura". "A ver... es un poco como tirarte flores", bromea Legazpi, "pero sí que creo que la experiencia propia ayuda a otras personas que no saben ponerle palabras a lo que están sintiendo". Algo que consideran una "responsabilidad por cómo contar las cosas y el modo en que le van a llegar a la gente".
De la polémica al hartazgo
¿Por qué es más sencillo cantar al desamor? Las dos artistas lo tienen claro: "La pena te lleva a refugiarte, a no querer irte con mierda a la cama, a soltarlo". Además, "cuando estás mal siempre recurrimos a la música y a que un artista ponga voz a nuestras movidas internas", indica Moyano. A pesar de que es un tema universal, abordado por millones de intérpretes a lo largo de la historia, Entre cuatro paredes y una verdad ha vivido su particular polémica. El motivo es que las afiladas composiciones están dirigidas -a través de dulces eufemismos- a una conocida influencer patria. Sin dar más vueltas a este asunto -porque esto no es no una revista de papel cuché- el dúo se mantiene firme: "Somos artistas y, desde la época de los romanos, la gente lleva escribiendo a exparejas y desamores sin ningún tipo de miedo". "Me hace gracia que se cuestione que lo hemos utilizado para darnos a conocer. Siempre dejamos claro en nuestros conciertos que no estamos aquí por nadie y si nos hubiéramos aprovechado, todo habría sido de otra manera", abunda Moyano.
Lo que es cierto es que ambas han roto ciertos moldes ligados al prototipo de mujer en la industria musical. Mencionan algunos de los estereotipos que han roto como "ser dos chicas que no visten femenino sobre un escenario, que hablan de mujeres en sus letras y el no callarnos lo que sentimos". Sobre este punto, Legazpi considera que "damos incluso coraje a mucha gente", pero también recalca que a ella, de pequeña, le habría gustado tener al dúo como referente: "En esa época es no había información, por más que buscaba y me comía la cabeza para ver si alguien decía en letras lo que yo estaba sintiendo no lo encontraba. De la manera más natural posible hemos roto moldes y hemos conectado con gente de diferentes ideologías". El secreto reside en "contar siempre la verdad", moleste a quien moleste y pese a quien le pese.
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