Los nuevos años 30

"Ése sí que fue un concierto de garito. Qué calor, ¡horrible!, le caían chorreones de sudor a todo el mundo". Paula Padilla habla del primer concierto de O Sister! en La Casa de Max, en la Alameda de Hércules. La fecha, finales de junio, comienzos de languidez general, no era espléndida, pero el concierto se abarrotó y la formación ya es saludada con entusiasmo en internet (www.myspace.com/osisterjazz ) y en el imbatible boca a boca. "Yo salí muy contenta, la gente se lo pasó bien y hemos recibido ya muy buenos comentarios, incluso de otros grupos de jazz", dice la cantante sevillana, impulsora de estos bocados deliciosos de swing y dixie, miembro también de la formación de música contemporánea ProyectoEle, de Solina, ahora en un impasse indeterminado, y colaboradora ocasional de Maga y Sr. Chinarro.

La idea surgió "sobre todo" gracias a un recopilatorio de música de los años 30 de su padre. "Ahí descrubrí a The Boswell Sisters [trío femenino pionero en el jazz vocal]. Me gustó mucho, y vi que había canciones que eran dignas de recuperarse. Por otro lado, yo tenía ganas de hacer algo vocal. Se me ocurrió esto, a tres voces. En España hay muchos grupos vocales, pero tienen un carácter mucho más formal, demasiado pulido. Yo quería darle otro aire, porque la premisa era hacer música que divierta a la gente y a nosotros mismos, e ignorar el carácter elitista que ha ido adquiriendo el jazz. El jazz que se hacía en los años 30 era sobre todo para bailar, la música de evasión y popular por excelencia, y eso es lo que me atrae de él", explica.

Para su nueva aventura, Paula Padilla ha contado con su hermano Marcos y con Helena Amado, ambos también implicados en ProyectoEle. "En principio, la idea era que el grupo fuera sólo de chicas, pero después, al comentárselo a mi hermano, que suena tan... antiguo [risas], cambié de opinión y pensé que podría funcionar con los tres. También barajé la posibilidad de montar una banda más grande, pero el factor práctico ganó: las tres voces funcionaban bien, solas o apoyadas con un guitarrista". Aquí entra Matías Comino, cuarto miembro del proyecto, cuya ampliación en un futuro no desagrada a su ideóloga. "Claro que me gustaría contar con más músicos, aunque la base de la formación seguiríamos siendo nosotros", afirma.

De momento, O Sister! recrea canciones de The Boswell Sisters y otras composiciones jazzísticas de los años 20, 30 y 40. "Principalmente de las épocas del dixie y del swing -continúa Padilla-. Queremos, más adelante, abarcar más repertorio, aunque sin salirnos mucho de estos terrenos". El grupo, dice, está aún "muy fresquito", y no descarta firmar composiciones propias, aunque no es la prioridad de la formación. "Todo depende de cómo se desarrollen las cosas. También he pensado en basarme en compositores clásicos, a los que armonizaría, pero es algo que no me planteo todavía".

El grupo ha grabado ya una maqueta en el estudio de Jordi Gil, productor, creador de Solina y actualmente miembro fijo de la banda de Sr. Chinarro. Aportación suya es, en expresión de la cantante, el "filtro viejuno" que tan bien le sienta a las canciones. En cualquier caso, los temas se registraron en una sola mañana y Padilla advierte de que el resultado, funcional, mejorable, se hizo porque el cuarteto necesitaba "algún material grabado buscar conciertos y mover el grupo". "Nos gustaría grabar un disco, por supuesto, pero cuando estemos más rodados en directo. Lo cierto es que éste es un proyecto muy de directo, o sea que a lo mejor también nos podríamos plantear en el futuro grabar un concierto. Se trata de no hacer las cosas de cualquier manera, sino bien, con ganas, con dedicación", dice.

A partir de septiembre, la formación empezará a confeccionar un calendario de actuaciones. Por ahora, aunque la fecha no está cerrada, hay un concierto previsto para principios de octubre en el Jazz Corner, el local del Polígono Calonge.

"Yo sí creo que estamos en un momento de efervescencia particular", dice sobre la aparición de nuevas e interesantes propuestas en la ciudad, desde Pony Bravo, el caso más evidente, a los todavía más desconocidos Las Buenas Noches, proyecto en el que participa el dibujante Miguel Brieva. "Hay mucha gente haciendo cosas. Aunque es difícil que eso sea un todo, al final los grupos siempre están en contacto de una u otra manera".